Como tu móvil, el bolso o la cartera. La crisis del coronavirus ha traído un nuevo utensilio indispensable en la vida de todos: la mascarilla. Y no solo como herramienta clave para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad, sino porque además ya es obligatoria la mayor parte del tiempo que pasemos en la calle y acarrea multas que, en el mejor de los casos, pueden ascender ya a 600 euros.
Obligatorias en todos los espacios cerrados públicos, y también en la calle si no se puede garantizar la distancia social de 2 metros, el uso de las mascarillas también está regulado en los coches claramente. En el caso de viajar personas que no convivan en el mismo domicilio, todas están obligadas a llevar mascarilla y solo se permitiría no hacerlo si en los desplazamiento solo van de pasajeros los que conviven en un mismo domicilio.
Ahora bien, ¿qué mascarillas debemos llevar en el coche y cuánto tiempo pueden usarse? En las últimas semanas ya te contamos una completa guía con las mascarillas que debes utilizar en función de tu situación personal, que puedes leer aquí. Incluso te advertimos de qué mascarillas no cumplían las normativas de seguridad. Esta vez, nos centramos en su uso.
En el coche, mejor mascarilla higiénica o quirúrgica
Según todos los expertos, salvo contraindicación médica, en el coche es recomendable siempre llevar mascarilla higiénica o quirúrgica. ¿Por qué? Pues muy sencillo: las de más protección, como por ejemplo las FFP3, en zonas como coches o lugares con poca ventilación pueden reducir mucho la transmisión de oxígeno y de dióxido de carbono, pudiendo llegar a provocar mareos o desvanecimientos ocasionales. Así que mejor no usarlas.
Y, ¿cuánto tiempo hay que usar cada tipo de mascarilla en el coche? En este sentido, las recomendaciones son las mismas que imponen los fabricantes para cualquier tipo de uso en espacios cerrados o abiertos. Aunque como advierte ya la OCU, solo para ir a trabajar cada persona gastará en los próximos meses unos 24 euros al mes en mascarillas quirúrgicas, que para una familia de 4 puede ascender a 115 euros (o 266 euros si se apuesta por las FFP2 de más protección), es fundamental alargar al máximo su vida útil, pero siempre dentro de los límites de uso que nos marcan para no comprometer nuestra seguridad.
Cuánto dura cada tipo de mascarilla
Así, si empezamos por las mascarillas higiénicas, las desechables básicas, que son la mayoría que se venden hoy en supermercados y farmacias, aconsejan un uso de 8 horas continuado. Si las usas menos tiempo, los expertos médicos aconsejan guardarlas tras cada pequeño uso en una bolsa o recipiente de plástico hermético y volver a utilizarlas hasta que se alcance esa duración máxima.
En el caso de mascarillas quirúrgicas, las recomendadas directamente por la OMS, el uso máximo permitido se cifra entre 8 y 12 horas de uso. También podrían reutilizarse si solo se han usado poco tiempo, pero de la misma manera, con cuidado y procediendo a su cierre con seguridad e higiene.
Las mascarillas de máxima protección, las FFP2 y FPP3, reservadas según la guía del Gobierno solo para personal sanitario, tendrían una vida útil de entre 8 y 20 horas, dependiendo de cada fabricante. En algunos casos, eso sí, si cuentan con la letra R significaría que son reutilizables, pudiendo procederse a su esterilización y nuevos usos.
Por último, las mascarillas de tela pueden reutilizarse bajo la recomendación de que se laven a una temperatura de al menos 60 grados. Su utilización podría prolongarse hasta que el tejido y los materiales se encuentren deteriorados y el ajuste sea el óptimo y correcto.
Estirarlas solo si se cumplen estas normas de higiene
Eso sí, todos los expertos médicos recomiendan solo reutilizar las mascarillas hasta alcanzar esta duración máxima si se cumplen todas las normas de higiene de uso, así como de colocación y extracción. Es fundamental retirar un mal hábito para empezar: jamás deben ponerse en posición de espera en la frente o por debajo de la barbilla, para evitar su contaminación.
Para colocarnos la mascarilla, lo ideal es primero tener una buena higiene de manos antes de manipularla; a continuación, colocarla sobre la piel directa y sin accesorios, identificando la parte superior y ajustando la pinza a la nariz; sujetar por detrás de las orejas, bajar la parte inferior de la mascarilla a la barbilla y ya no tocarla más con las manos.
Para retirar la mascarilla, lo ideal es quitarse primero los guantes de protección si los llevas; lavarse luego las manos con agua y jabón, o gel hidro-alcohólico; no tocar luego la parte frontal y colocarla en una bolsa de plástico o un contenedor. Por último, hay que volver a lavarse bien las manos.