Continúa la polémica entorno las etiquetas medioambientales de la DGT para coches, que ya sirven en España de filtro para permitir circular o no por determinadas áreas con restricciones como son, por ejemplo, todas las Zonas de Bajas Emisiones. Por norma general, todos los vehículos que tienen derecho a estos distintivos ya tienen limitada su movilidad, mientras que los que lucen las pegatinas B y C comienzan también a comprobar cómo a corto plazo empezarán del mismo modo a padecer prohibiciones de uso.
Sin embargo, desde muchos sectores sociales se lleva años solicitando una revisión de este sistema de etiquetas, con el objetivo de “adaptarlas a los cambios tecnológicos, a los objetivos y compromisos actuales en materia económica, energética, sanitaria, ambiental, social y climática”, como definen ya las organizaciones ecologistas. Como trasfondo surge la controversia de ver circular a diario a vehículos con etiqueta Cero Emisiones que son híbridos enchufables y circulan a diario con grandes motores de gasolina y sin carga, o la de cada vez más coches con etiqueta ECO simplemente por disponer de una tecnología complementaria de 48V micro-híbrida que apenas reduce las emisiones.
Nueva proposición no de Ley en el Congreso para cambiar las etiquetas
Ahora, no obstante, el debate se eleva un paso más, llega ya a la política y acaba de aterrizar incluso en el Congreso de los Diputados. Y es que si ya te hemos contado como en la última semana un diputado del PNV había preguntado al Gobierno en el Senado por posibles modificaciones en el sistema, ahora es la propia formación política vasca la que acaba de registrar en el Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley para pedir directamente ya a la cámara este cambio en la clasificación de los vehículos.

El PNV, por tanto, solicita ya formalmente al Gobierno una nueva normativa que promueva criterios “más justos” en la clasificación medioambiental de los vehículos en España, a la vez que solicita igualmente nuevas etiquetas armonizadas en Europa para las Zonas de Bajas Emisiones, de modo que los vehículos que pasen de un estado miembro a otro, como ocurre con el tránsito habitual de coches que a diario circulan entre el País Vasco y Francia no se vean perjudicados.
El PNV pide así en el Congreso que “Europa se abra ya a este debate y tiene que haber una interoperabilidad entre las diferentes viñetas”, tal y como ha afirmado su portavoz, Maribel Vaquero. Según informa el propio partido en su iniciativa registrada en el Congreso, “en la UE cada Estado tiene su sistema de etiquetado ambiental. El proyecto de distintivos de Francia clasifica los vehículos en 6 categorías y en el Estado español, en cambio, hay cuatro categorías distintas”. Esto, según el partido vasco, está generando ya “un problema en las zonas fronterizas como Euskadi, sobre todo para los y las ciudadanas guipuzcoanas y navarras, que cruzan a diario a Iparralde, donde se calcula que hay un cruce de 62.000 vehículos diarios”.
El PNV pide así abordar ya este cambio con “criterios más justos” en la clasificación de las etiquetas, que, por ejemplo, tengan ya en cuenta las emisiones reales, la eficiencia energética del vehículo o el análisis del ciclo de vida de las emisiones y no la fecha de matriculación. Ante esta propuesta ya oficial, ¿qué opina el Gobierno? ¿Está abierto el Ejecutivo de Pedro Sánchez a cambiar la clasificación medioambiental?

Esta es la opinión del Gobierno respecto al cambio en las etiquetas
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado en el Senado que ya en 2020 se llevó a cabo en España un estudio de modificación de las actuales etiquetas de la DGT, pero que entonces “todos los actores del sector entendieron que en ese momento no se daban las condiciones necesarias para la actualización”. Ahora, sin embargo, el ministro asegura que “el Gobierno siempre estará de acuerdo en proceder a la misma (a la revisión) cuando nos pongan encima los expertos ese acuerdo, que lo entiendan necesario y cuenten con el aval de los sectores implicados”.
Fernando Grande-Marlaska continúa así la línea que hace ya un año avanzó el propio director de la DGT, Pere Navarro, cuando confirmaba que desde Tráfico se estaba estudiando ya la modificación de las etiquetas medioambientales en base a parámetros más justos y que reflejen mejor la realidad del mercado. “La actualización del sistema vigente de distintivos medioambientales es una de las tareas que se viene estudiando desde hace tiempo con varias opciones identificadas sobre la mesa”, confirmaba entonces un Navarro que, a pesar de declarar también entonces que el nuevo sistema no estaba aún 100% definido, el sistema se encontraba ya en “proceso de cambio”.

Eso sí, desde la DGT y desde el Ministerio del Interior se sigue defendiendo también el actual sistema de etiquetas, asegurando que es “más restrictivo que el de muchos otros países de la Unión Europea”, al tiempo que confirman que sus prioridades en todo caso serán acompañar estas posibles modificaciones futuras con una “una estrategia de comunicación muy amplia con la colaboración de fabricantes e instituciones junto con la DGT, con un período de información de duración suficiente que permita reducir las confusiones”. Si es que llegan a cambiarse, claro. Pero el primer paso, sin duda, parece ya dado.