Segunda entrega cien por cien eléctrica de Volvo en los últimos meses. Si el primero fue, precisamente, el XC40, su donante, ahora es el turno de una llamativa y muy elegante carrocería couperizada que vuelve a retomar la denominación C en la marca. Mismo mimbres —arquitectura CMA, la "pequeña" de la marca—, mismos componentes que la versión Twin Recharge Eléctrico Puro, pero con meses de diferencia que han permitido afinar el C40 casi, casi a la perfección.
Fui crítico con ciertos aspecto de aquel XC40 Recharge Eléctrico Puro que probamos por primera vez aun cuando la mascarilla era obligatoria, con una desbordante potencia que no encajaba para nada con la filosofía y puesta a punto del coche, y también con un consumo energético bien por encima de lo esperado. Estos meses parecen haber sido suficientes para que Volvo repasara y reajustara parámetros para un coche que será exclusivamente eléctrico. Ahora sí, el C40 demuestra que Volvo va muy en serio en materia de electrificación. Se puede reservar vía online —venta exclusiva a través de este canal— aunque las primeras entregas no se harán hasta el primer trimestre del próximo año.
Volvo C40 Recharge Eléctrico Puro: buen diseño, mínima pérdida de funcionalidad
Aunque es 69 mm más bajo que el XC40, la diferencia no está en el chasis sino la nueva línea descendente del techo, elemento visual que, junto con los deflectores posteriores, un pequeño alerón y unos grupos ópticos con efecto pista de aterrizaje —se prolongan hasta el techo— hacen que el Volvo C40 tenga un altísimo impacto visual y resulte un coche estilizado, dinámico y muy elegante —la pequeña luneta trasera sí resta algo de visibilidad—.
Todos los C40 vienen con techo panorámico de serie y tienen casi la misma capacidad que un XC40 equivalente. Como es lógico, cuesta algo más acceder a las plazas posteriores por la forma descendente del techo y aunque hay una reducción significativa de la altura libre en estas plazas, la habitabilidad interior sigue siendo óptima; no varía la anchura ni el espacio de piernas.
Conserva el “frunk” delantero de 31 litros —ideal para los cables de carga— mientras que el maletero apenas pierde capacidad: 413 litros, poco en valor absoluto pero comparativamente mejor que muchos de sus competidores. Dentro, ambiente Volvo, apostando por una falsa simplicidad en el manejo —hay que seguir buscando muchas funciones en los menús del sistema de infoentretenimiento—, calidades con el estándar de siempre e indiscutible ambiente Premium aún cuando Volvo deja de utilizar a partir de este modelo pieles naturales en favor de tejidos sintéticos.
Eso sí, la guinda es la integración del ecosistema Google en la navegación, pudiendo configurar la cuenta particular en el sistema multimedia y registrar perfiles, rutas, etc. La navegación incluye también una aplicación de estimación de autonomía a destino, puntos de carga y su ocupación en tiempo real. En resumen, es como sintetizar las mejores aplicaciones del smarphone en el propio sistema del coche, siendo, sin lugar a dudas, un asistente y sistema de navegación imbatible. Por cierto, el cálculo de autonomía en destino, programando incluso rutas de más de un centenar de kilómetros, ha sido absolutamente preciso lo cual resulta especialmente práctico a la hora programarse cualquier tipo de desplazamiento.
Volvo C40 Recharge Eléctrico Puro: más “eléctrico” que el XC40 equivalente
Volvo actualiza multimedia y software de sus coches a través de la nube, de manera remota, así que imagino que muchas de las mejoras y evoluciones que hemos advertido en el C40 acabarán llegando, sino lo han hecho ya, al SUV XC40. Una de las diferencias principales que he pedido sentir claramente es una gestión de aceleración más gradual, hasta el punto de ya no se colapsa el tren delantero cuando aceleras de golpe con el volante levemente girado —con el XC40,el tren delantero reaccionaba con mucha brusquedad al envite mecánico—.
Apostaría a que también se han revisado parámetros de los asistentes de conducción, siendo mucho menos intrusivos aunque igual de efectivos —prácticamente el 50% de la ruta ha sido lloviendo o con el suelo húmedo— o que también la suspensión es —o al menos, a mi me lo parece— algo menos flexible que la del XC40 equivalente, aunque el confort de rodadura sigue siendo uno de los principales valores de este coche.
Como os decía, aunque técnicamente es exactamente igual al XC40 equivalente, creo que el hecho de ser un coche exclusivamente eléctrico implica una mejor integración y puesta a punto global del coche. Sobre aspectos ya comentados, citar también un mejor tacto de pedal de freno. También me parece que está mejor lograda la gestión de la recuperación de energía y el funcionamiento del modo One Pedal —echamos en falta un medio más rápido para acceder a esta función—, especialmente en esas transiciones en las que se usa muy poco recorrido de pedal —uso urbano— o se levanta bruscamente el pie del acelerador —la retención sigue siendo muy intensa, pero más gradual, afectando menos al confort de los pasajeros—.
Detalle a detalle, el C40 deja ya el pabellón bien alto tanto en materia dinámica como prestacional, agrado o tacto. Silencio y aislamiento, refinamiento, alto agarre lateral, oscilaciones muy bien controladas de carrocería, dirección con retorno muy natural. Un magnífico rodador.
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Volvo C40 Recharge Eléctrico Puro: sus consumos
Otra de los aspectos que me parecían mejorables del XC40 equivalente es que su consumo resultó algo alto durante la toma de contacto; en este caso, moviéndome incluso con temperaturas exteriores menos favorables —sin exceder la velocidad genética de las diferentes vías pero siendo poco cuidadoso para llegar a ellas—, me he mantenido en cifras de entre 20,5 y 22,5 kWh cada 100 km —anuncia 22 kWh/100 km—, llegando en todos los casos —trayectos programados en el navegador de más de cien kilómetros— con la autonomía indicada en el momento de iniciar el recorrido. Con semejantes registros creo que es factible alcanzar un rango medio de 360 por carga de batería de los 444 km finalmente confirmados por la marca —24 km más que lo declarado inicialmente debido a las actualizaciones finales—.
Los dos motores siguen ofreciendo una potencia tan descomunal como instantánea y convierten al C40 en un coche rapidísimo gracias a sus 408 CV globales, tanto que deja en bandeja un nuevo punto de equilibrio en la gama con menos potencia y algo más de autonomía. De momento, la marca no confirma otra nueva variante como no tampoco lo hizo con XC40, el cual ya ofrece una versión con un solo motor, 231 CV y baterías algo más pequeñas para una autonomía de alrededor de 400 km.
Como es habitual en la marca, el equipamiento es impresionante en elementos de confort y más especialmente en seguridad activa y pasiva, dejando como opción mínimos detalles de personalización. La batería está garantizada a 8 años de vida a 160.000 km. Como te decía, puedes adquirir el C40 Recharge Eléctrico Puro vía Online aunque tendrás que formalizar la compra en el concesionario indicado. Sólo hay una versión con precios que oscilan entre los 54.167 euros si pagas al contado, 56.100 euros si lo adquieres junto a un paquete de mantenimiento y seguro a todo riesgo durante tres años, o 53.000 euros si lo financias. Precios Premium que, sin embargo, son los más competitivos entre sus semejantes.
