Un año después de haberlo conducido por primera vez, en la presentación internacional en Dinamarca en junio de 2022 con unidades pre-serie y unos meses después de haber convivido fugazmente con una unidad en un contacto comparativo de los siete + 1 finalistas del COTY 2023 he podido convivir con un bZ4X durante varios días en las condiciones más variadas. Desde los entornos más cotidianos de los desplazamientos diarios a los días de trabajo de campo en recorridos de consumo, de adquisición de prestaciones que me han dado muchas satisfacciones, conocimiento de la realidad de un automóvil eléctrico y remordimientos al no haberme atrevido a ir un triatlon en Talavera de la Reina al dudar de su autonomía ante un trayecto de ida y vuelta que se acercaría a los 300 km.
Error. Y grande. Porque en una suma de recorridos a velocidades legales conseguí hacer exactamente 400 kilómetros, con un remanente de un 6% de batería y la sospecha de que Toyota se guarda un as en la manga en los datos cuando el indicador de autonomía se acerca a los 0 km y pueden haber unos kilómetros no confesados ocultos esperándote, eso sí a costa de reducir el rendimiento. ¿Cuánto? Mejor no comprobarlo y tener que buscar un sitio cómodo para quedarte «tirado» voluntariamente y esperar a la grúa. Tampoco logré descubrir cuantos kilómetros requiere la actualización del cálculo de autonomía: aspectos que un propietario descubrirá conviviendo a diario: la mejor manera de conocer la realidad de un coche eléctrico.

Aprendizaje diario con un coche eléctrico
En Toyota saben mucho de la mejora continua: el Kaizen que introdujeron en sus fábricas hace ya décadas y guía cada uno de sus lanzamientos. Y su primer eléctrico puro no iba a romper tan recomendable teoría. De hecho, «nuestra» unidad de pruebas tenía un comportamiento bastante diferente a la que tuvimos a principios de enero. Más equilibrada en las transferencias de masas al acelerar, con una autonomía prácticamente un tercio mayor y, sobre todo, un consumo de energía mucho menor, pero no una pérdida en la capacidad de aceleración máxima ni en un adelantamiento, sino circulando a velocidades constantes o a ritmo del tráfico. Sí.
Me llamó la atención haciendo el recorrido de consumo de ciudad y poco después, tras el de carretera donde también había mejorado los registros, Toyota España me confirmó que los bZ4X habían recibido una reprogramación cuyos beneficios también se podían ver en la recarga por corriente continua. ¡Y vaya si lo había hecho! Porque en media hora vimos cómo el estado de carga alcanzaba el habitual 80%, cómo durante otro 10% de carga mantenía unos niveles más que dignos y sólo ralentizaaaaaba a partir del 95%, en un comportamiento que te puede permitir plantearte afrontar un viaje largo y, ¿por qué no? que un bZ4X pudiera ser el coche único familiar.

Esa mejora es la más perceptible en un automóvil que cuando se presentó no preveía estar disponible para venta directa, sino reservado a contratos de alquiler a medio plazo, y ahora sí puede adquirirse en propiedad, como permitía Subaru con su Solterra. Los dos fueron desarrollados conjuntamente, con el trabajo repartido entre ambas marcas, aunque a diferencia de Subaru, Toyota también ofrece junto a la versión 4x4 de 218 CV la de tracción delantera y 204 CV, que protagoniza estas páginas, con un precio 3.000 euros inferior al de cuatro ruedas motrices y una gama sencilla, de sólo dos acabados comerciales diferenciados por 4.000 euros.
Eléctrico sí, pero el Toyota bZ4X es también un gran familiar
Con 4,7 m de longitud y 2,85 entre ejes, el bZ4X cuenta con un interesante espacio interior, con unas plazas delanteras generosas en anchura y cota vertical y unas plazas traseras que brillan más por espacio para las piernas que en anchura y espacio vertical. Estas premisas le convierten en un coche muy válido para familias, especialmente si hay niños pequeños que yendo en sus dispositivos de retención deban ir con las piernas estiradas. También es bastante cómodo el acceso de los adultos dado el gran espacio desde el montante del pilar B al asiento, aunque sería deseable que el ángulo de apertura de la puerta fuese mayor, especialmente si quieren acceder personas de movilidad limitada. Como referencia, estos datos de habitabilidad le sitúan al nivel de propuestas tan reputadas en su aspecto familiar como el Skoda Octavia Combi o SUvs eléctricos como BMW iX1 o Audi Q4 e-tron, de modo que si su espacio disponible tuviese críticas, éstas no serían justas.
Más allá de los centímetros disponibles, el habitáculo queda marcado por un diseño muy personal en cuanto a ubicación de la instrumentación, revestimientos textiles y cuidado a los pasajeros traseros, que cuentan con conexiones tipo C y salidas de aire centrales regulables y sólo mejoraría incorporando la posibilidad de regular la temperatura, algo que le acercaría a la consideración de equipamiento Premium.

Cumple sobradamente con los requisitos ya cotidianos de conectividad para Smartphone Android/CarPlay y en ayudas a la conducción en cualquiera de las dos propuestas comerciales. De hecho, los Advance incluyen elementos como los airbag laterales traseros y central, espejos calefactados y ADAS como el control de crucero adaptativo, cámara de visión trasera, la alerta de cambio de carril, el asistente de luz de cruce carretera, reconocimiento señales de tráfico detector de vehículos trasero y asistente para mantener distancia de seguridad y faros led. Así pues, siempre y cuando no nos preocupen la distinción de una carrocería bitono, los raíles del techo o el techo solar, bien podemos quedarnos con la versión Advance, con llantas de 18” en lugar de 20” que, además, homologa un consumo medio 1,7 kWh/100 km inferior y 60 km más de autonomía…además del plus de confort de bacheo de un neumático con mayor perfil.
Un SUV que va a más
Iniciaba este análisis aludiendo a cómo el bZ4X que hemos podido probar en profundidad me había causado una impresión mucho mejor que las que había tenido en mis dos fugaces tomas de contacto. Es un coche eléctrico y como tal hace gala de un carácter clásico, dulce, aprovechable. Muy agradable en cualquiera de sus manifestaciones e intenciones de uso.
Si éstas son calmadas, obtenemos suavidad en los pedales, volante e impresión de movimiento, tanto en el modo Normal de conducción como en el modo Eco, activable pulsando un botón específico y van a más en el modo Sport. Las pulsaciones sobre el acelerador tienen entonces una respuesta inmediata y más contundente. Y sin llegar a intimidar, tenemos un potencial de arrancada convincente, con una buena motricidad en seco y buen potencial para ganar velocidad hasta las velocidades legales —no se aleja mucho de coches tan selectos como el BMW iX1, Skoda Enyaq o Audi Q4 e-tron 50—. A partir de ahí, la lógica protección de la batería limita su potencial, pese a lo cual alcanza su velocidad máxima antes de los 1.000 m de aceleración y es capaz de bajar de los 30 segundos, lo que ya es más que razonable…y no hace mucho eran valores propios de deportivos o contundentes berlinas familiares.

Peor sensación da el comprobar las distancias de frenado. No por tacto de pedal, consistente y dosificable, sino por unas distancias de parada que, simplemente no han sido buenas y no acabo de encontrar el culpable al que señalar con el dedo ¿Los neumáticos? Quizá recaiga en ellos buena parte de responsabilidad en una maniobra al límite que, posiblemente, nunca haga falta llevar a la práctica.
Obviado este aspecto, el bZ4X tiene mucho y bueno para que no de pereza utilizar e ir descubriendo. Por ejemplo, la utilización del climatizador puede condicionar un 5% la autonomía en su modo más conservador y estar por encima del 10% una vez estabilizada la temperatura —cuestión diferente serían los arranques con el coche al sol en verano, o a algunos grados bajo cero en invierno— e incluye un modo One Pedal que sin llegar a la violencia que condicionaría su uso en carretera, sí ofrece un efecto visible especialmente en ciudad, donde también se puede beneficiar de la circulación por zonas de bajas emisiones. Eso sí, no hay que olvidar que la capacidad de giro no es su fuerte y en calles tortuosas puede obligarnos a hacer no pocas maniobras. ¡Bendito problema si has podido llegar a una de esas zonas en un vehículo privado!
Nuestra opinión del Toyota bZ4X: mejora continua
La magia de las reprogramaciones han convertido al bZ4X en un coche mucho más grato de conducir que el probado apenas unos meses atrás. Es igualmente rápido, más progresivo en sus reacciones y necesita bastante menos electricidad para moverse. Ahora sí, en Toyota pueden estar orgullosos de su primer coche eléctrico. Personalidad no le falta y tampoco el aura de fiabilidad clásico de Toyota. Como muestra, la garantía de que haciendo los pertinentes mantenimientos la batería puede estar garantizada durante 10 años o 1 millón de kilómetros.