El pasado verano ya anunciamos la llegada del Tesla Model S, con dos versiones: la llamada como Gran Autonomía, con 670 CV, una autonomía de 663 km, y la nueva versión Plaid, la variante más rápida de Tesla, que acaba de pasar por nuestras manos.
Al jefe de Tesla, Elon Musk, le encanta la película "Spaceballs", conocida en España como “La loca historia de las galaxias”. Las referencias a la velocidad de Tesla proceden de la disparatada comedia de ciencia ficción de 1987. En "Spaceballs", cuando una nave espacial vuela por encima de la velocidad de la luz, deja tras de sí un dibujo a cuadros, que es el nombre que recibe el Model S más rápido (Plaid significa “tela de cuadros escoceses” en inglés).
Para que el Tesla Model S Plaid sea tan rápido ha sido necesario prepararlo antes. En el llamado modo Cheetah (el nuevo modo de Tesla para mejorar (aún más) la aceleración de sus coches), el vehículo de 1020 caballos baja su parte delantera para mejorar la tracción hasta que una luz amarilla en la pantalla alcanza su tamaño máximo. Antes, tras pulsar el botón de arranque, hemos acondicionado la batería durante unos minutos hasta alcanzar la temperatura adecuada.
Estamos ya preparados. El pie derecho permanece firme en el pedal del acelerador, soportando una tensión expectante; el izquierdo, en el freno. Momento ya de liberar este pie izquierdo y soltar el freno. La cabeza se empotra contra el reposacabezas como si fuera golpeada por una viga de acero, los brazos que estaban ligeramente doblados se aferran al volante, la espalda se funde con el asiento de cuero. Todo es tan brutal que las personas sensibles a los desmayos deberían preguntar antes a su médico de cabecera si su cuerpo está preparado para estas cosas. Lo irritante -al menos para los aficionados a los motores de combustión interna- es la absoluta facilidad con la que el monstruo de tres motores se catapulta hacia delante. Según el dispositivo de medición, el espectáculo termina en sólo 2,48 segundos en el 0-100 km/h, y te das cuenta de que con neumáticos de carretera apenas hay rivales para la velocidad que alcanza este Plaid.
Aquellos que tengan en su cabeza las cifras que anuncia la marca para este modelo comprobarán que el dato de 2,48 segundos no cumple la especificación de fábrica de 2,1 segundos a los 100 km de aceleración. La razón es que la aceleración del Tesla Model S Plaid se midió a la manera americana con una salida rodada (rollout) y no desde una parada, como en las pruebas automovilísticas. Eso compensa unas décimas de segundo, pero no cambia en nada una de las experiencias de aceleración más espectaculares de la historia del automóvil.
Tesla Model S Plaid. Va como un torbellino
A estas alturas, el Tesla Model S Plaid ya tiene su comunidad de fans, y cuando sube como un torbellino por las grandiosas y sinuosas carreteras de montaña de Malibú, algunos transeúntes pueden evitar gritar: ¡Tenga cuidado! No entres en la curva demasiado rápido, no se trata de un superdeportivo de pies ligeros, sino de un pesado coche estadounidense que también puede subvirar notablemente cuando se conduce con demasiada fuerza (2,2 toneladas de peso que cifra en su ficha técnica). La base de este poderío dinámico es su ingeniería: el centro de gravedad, definido principalmente por la batería, es bajo, y la suspensión neumática adaptativa se ha mejorado considerablemente en comparación con su predecesor. Ahora cuenta con un eje trasero de cinco brazos apropiado para su clase, encajado en un nuevo bastidor de aluminio.
Los dos motores síncronos de imanes permanentes de la parte trasera -antes eran asíncronos- permiten que gire un rotor revestido de fibra de carbono, lo que reduce las masas de rotación y mantiene mejor la estructura a 20.000 revoluciones. Además, también controlan la distribución individual de la potencia a las ruedas (torque vectoring). Además, el eje delantero es accionado por otro motor síncrono con imanes permanentes, especialmente diseñado para mejorar la eficiencia.
Las llantas de aluminio de 19 pulgadas, optimizadas aerodinámicamente con tapacubos de plástico y equipadas con neumáticos 285 en la parte trasera y 255 Pirelli P-Zero en la delantera, parecen más bien convencionales. Al Tesla Model S Plaid permite lo sentimos al frenar, porque el tacto del pedal no es tan firme como nos gustaría. Comprobamos la distancia de frenado a partir de 100 km/h con un dispositivo de medición: es de poco más de 36 metros. Esto es sólo nuestra primera medida en esta toma de contacto; todavía tiene que ser verificado en una prueba real.
Tesla Model S Plaid. ¿Te gusta su volante?
Lamentablemente, su discutido volante (al más puro estilo de los coches de competición, sin tener un aro cerrado en la parte superior) no nos ha convencido. Les gustará a quienes sólo conduzcan en radios grandes o medianos y no tengan que maniobrar o contravirar rápidamente. Sin embargo, las curvas estrechas hacen que una mano busque el agarre y el peligro de resbalar no sólo es inminente, sino que también nos ha ocurrido en varias ocasiones. Sí, se parece a un volante de Fórmula 1, pero tiene una transmisión mucho más directa. El hecho de que la clásica palanca de los intermitentes haya sido sustituida por dos botones táctiles a la izquierda del deflector no mejora la ergonomía.
Los que pensaban que los mandos del Tesla eran de otro planeta, ahora sienten un universo diferente: el avance y la marcha atrás se activan deslizando el dedo en la nueva pantalla táctil, ahora horizontal, y todas las palancas del volante han desaparecido.
Tesla Model S Plaid. Más de 500 km de autonomía
Lo que nos parece sobresaliente, por otra parte, es lo económico que resulta el muy aerodinámico Tesla Model S Plaid, con un valor Cx de 0,21, a pesar de su inmensa potencia. En nuestro viaje de prueba, con temperatura de 20 °C, apenas consumió más de 21 kWh/100 km, a pesar de nuestra conducción típica de una toma de contacto. Contando con más etapas en autopista, incluso se queda en 18,8 kWh de media. Ello es suficiente para obtener más de 500 km con su batería de 100 kWh. También pusimos el Plaid en un dinamómetro en Los Ángeles para ver si realmente tiene 1020 caballos de fuerza americanos. En el banco de pruebas, "sólo" alcanza para 829 CV. En cualquier caso, es más que suficiente.
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En el lado negativo, el tema de las suspensiones. Incluso en el modo confort, las juntas transversales se toman con fuerza y los “guardias tumbados” se cortan en seco en lugar de amortiguarse suavemente. Que no estamos solos en esta apreciación lo confirma un conductor del Tesla Model S Plaid que encontramos en un Supercharger. El empresario dice que le encanta este coche, pero que la suspensión y el confort acústico dejan mucho que desear, y la calidad también.
