El excelente nivel que presentan los productos de Volvo más actuales es más que notable. No solo a la vista, también al tacto y también si atendemos a los datos técnicos. En constate evolución en esta y otras características, es ahora el turno del eléctrico más grande (o de los más grandes de Volvo), el EX90, un eléctrico puro con multitud de características positivas y, sin lugar a dudas, un vehículo premium por muchos motivos con un atractivo innegable y una conducción exquisitamente óptima.
Es más grande que el XC90 de la marca en casi todas las cotas, pero especialmente en longitud, y con el que parece inevitable buscarle el parentesco más cercano ya sea por similitud a primera vista o por tamaño, aunque la plataforma de nuevo integrante de la familia sueca es la SPA2 frente a la SPA del XC, y que únicamente está disponible con uno o varios motores eléctricos. Disipada esa “duda” porque no lo sustituye, el camino está claro, seguir contribuyendo a la buena marcha de la compañía en ventas mundiales, y en nuestro mercado, donde la electrificación está jugando un papel importante y parece ser que en aumento.

Por tanto, un vehículo “cinco estrellas” por imagen donde la exquisitez de exposición es quasi perfecta, con líneas perfiladas que marcan mucho el estilo, materiales de excelente calidad percibida e, incluso, una aerodinámica de solo 0,29 (Cx) porque los detalles como el enrasamiento de las manetas de apertura de la puertas, de la luna delantera y otros detalles han sido muy estudiados para contribuir a ese propósito, y que además en un vehículo de este tipo son aún más importantes si cabe señalar. Por ahí empiezan los motivos, primero estéticos, y luego técnicos, para admirar esta versión. Pero, lógicamente no son los únicos. La intención de Volvo no es solo ofrecer un producto atractivo y atrayente a la vista. Se ha querido ir más allá y se ha ido.
Espacio y tacto en el nuevo Volvo EX90
La conducción es perfecta también por varias circunstancias concurrentes. El espacio interior en las dos primeras filas de asientos (hay versiones de cinco o siete plazas) es amplia, y ni el conductor especialmente, ni el copiloto se van a sentir ni incómodos ni a encontrarse con estrecheces en anchura o longitud para las piernas. Empezamos no bien, muy bien.
El cockpit o puesto de conducción empieza precisamente por hacer sentir a gusto al conductor, y aquí está más que conseguido. Si el conductor es precisamente quien hace más contacto táctil con el que coche, enseguida se empieza a notarse la también excelente calidad del tacto en los mandos, en el volante, los asientos etc., y con todas sus particularidades. Eso contribuye a sentirse no solo seguro, también con una confianza casi total para mover un coche de más de cinco metros (5 cms más que el XC90).

La visibilidad es perfecta sin que los ángulos menos directos al conductor puedan suponer nunca un inconveniente y, encima, la maniobrabilidad con el volante es suave pero con tacto. El equipo de ruedas es generoso, claro, y aún así tanto la dureza de la dirección como el ángulo de giro no suponen tampoco el más mínimo inconveniente. Se maneja bien y se maniobra muy bien con él, no hay sensación ni de grandeza del conjunto ni de pesadez.
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Sí la sensación de lujo acompaña, como decimos, hace lo propio el equipamiento, generoso a tope. Por lo pronto, la pantalla de detrás del volante tiene, a nuestro juicio, las proporciones perfectas (8 pulgadas en horizontal), entre otras cosas para que se vea bien por detrás del aro del mismo aportando a la vez buena resolución y facilidad de consulta sin apartar la vista del cometido primordial, la marcha. En ella la información es menor que en la central, pero relativamente suficiente y rápida para lo que se necesita en cualquier circunstancia de conducción: velocidad (esencial, claro), autonomía, los asistentes de conducción y poco más. La central, en vertical, es de 14,5 pulgadas y en la que, como es normal, la información de entretenimiento, el mapa del navegador, o funciones varias mediante los menús de turno permiten bajar o subir el volante, acceder al teléfono y muchas cosas más contribuyen también a un salpicadero de líneas muy suaves, claras y limpias en cuanto a botonería y demás, ofreciendo un estilo de materiales y “agradabilidad” a la vista notablemente óptima y haciendo gala de un diseño muy Volvo y escandinavo muy preciso y evolucionado. Si cabe, hay muchos menús para muchas cosas en esa pantalla.

Volvo ha tenido en cuenta las necesidades claras de una carrocería y vehículo de su tamaño, alejando cualquier duda de cualquier tipo en cuanto a capacidades de motores a la hora de mover este vehículo. La primera motorización eléctrica para el EX90 es la de 279 caballos, en la gama con denominación Single Motor. Aquí encontramos un solo motor, dispuesto detrás, que además manda esa potencia a las ruedas posteriores. Más que suficientemente potente para mover con soltura a este coche vaya o no cargado (de cinco o siete plazas) y con una calidad de rodadura, afín igualmente a todas las posibilidades de la gama, también excelentes.
En la grada superior están las versiones Twin (dos motores y siempre de siete plazas) que ya equipan dos motores, el posterior y otro delantero, y que ya se convierten en tracción a las cuatro ruedas. Aquí Volvo ha introducido dos posibilidades a elegir, el denominado Twin Motor de 408 caballos de potencia, y el Twin Motor Performance, toda una declaración de poderío con esos 517 caballos oficiales confesados, en ambos casos, y tratándose de eléctricos más, la solicitación de potencia inmediata es enérgica y raro será que un adelantamiento o situación similar se resista.
La diferencia entre el primer EX90 de dos motores es que mientras el motor eléctrico delantero es de 173 caballos, en el de más potencia final es de 272; y lo mismo sucede con el trasero (235 frente a 245 CV). En ambos casos también, en realidad es el motor delantero el que impulsa el vehículo en la mayor parte de las circunstancias, mientras que el trasero aporta su fuerza cuando se necesita y para ello basta, en general, solo con pisar más el acelerador o más rápido (hay un engranaje central o embrague para unir ambos ejes). De esta forma se prima el consumo de energía cuando no se necesita toda la capacidad de tracción de ambos motores, como en demanda de potencia normal, bajadas, etc. De cualquier forma, hablamos de potencias y empujes excelentes tanto en conducción relajada como cuando se necesita requerir todo ese potencial... una auténtica gozada.

Hasta 619 km de autonomía en el nuevo SUV eléctrico
En cuestión de autonomías (casi las mismas en las tres versiones), y por las correspondientes capacidades de batería (y consumos), el EX90 ofrece mucho camino por delante por recorrer. Con el Single Motor la batería es de 111 kWh brutos, o 107 netos, y la autonomía declarada es de 619 kilómetros y un consumo medio homologado de 18,2 kWh/100 km. El paso al “intermedio” es el Twin Motor de 408 caballos (misma capacidad de batería), donde la autonomía es de 618 kilómetros y el consumo medio de 20,7 km/h; valores oficiales calcados a los de la versión de 517 caballos. Lo que significa sobre el papel, más o menos, autonomía suficiente, en todos, para que, con una carga rápida en cualquier punto de unos 20-30 minutos, se puedan alcanzar los 1.000 kilómetros sin preocuparse mucho. Y ello porque admite cargas de hasta 235 en CC en el de un motor, y de hasta 250 en los otros dos…. Además es bidireccional.
Oficialmente, para pasar así del 0 al 80% de carga (un valor más real que otros que oficializan esa cifra por encima del 0%) solo hacen falta 30 minutos; el alterna se convierten en 10 horas. También es posible registrarse una vez, junto a los datos del coche, para que en muchos cargadores baste con enchufarse a los mismos sin necesidad de identificación previa del pago (tarjetas de crédito/débito o de la empresa suministradora) para hacer más fácil ese proceso que a veces no es tan sutil y siempre que el administrador de la electricidad lo permita, es el llamado Plus & Charge.

Nuestra opinión: Punto de equilibrio
Está clara la importancia de la electrificación en Volvo y lo que se quiere conseguir con sus productos. Si un XC90 ya atrae, el EX90 totalmente eléctrico, y me da igual que sea con uno dos motores, con 5 o 7 plazas, es un modelo exquisito y placentero que además de buena potencia consigue altos niveles de autonomía entre lo que actualmente se gasta en el mercado. Por ello, un coche de lujo para el día a día, para viajar casi en silencio y muy muy confortable.