Si Mazda “salva” al Diésel en su nuevo SUV grande, el Mazda CX-60 e-Skyactiv D desarrollando grandes motores de nueva generación que disponen de tecnología microhíbrida y distintivo medioambiental ECO, en el caso del Mazda CX-5, el foco se ha puesto en los motores de gasolina, manteniendo por lo tanto sin cambios el, dicho sea de paso, magnífico 2.2 Skyactiv D de cuatro cilindros que la marca ofrece en versiones de 150 CV, tracción delantera y cambio manual o con 184 CV y tracción delantera o total, siempre ligado al cambio automático.

Mazda CX-5 e-Skyactiv G MHEV: hibridación, ECO, desconexión de cilindros…
Son por tanto los propulsores 2.0 y 2.5 los que pasan a usar la tecnología e-Skyactiv G MHEV. Es decir, pasan a contar con un sistema de microhibridación compuesto por una red de 24 voltios que dispone de una pequeña batería de 0,22 kWh de capacidad ubicada bajo el asiento del acompañante, la cual acciona una pequeña unidad eléctrica que aporta diferentes beneficios al motor. De un lado, los dos motores se benefician de ser ECO; de otro, en el plano estrictamente de uso, este sistema permite que el motor pueda apagarse al completo cuando el coche avanza por inercia. También rearranca el propulsor térmico con una velocidad supersónica tanto en las fases en las que el coche circula a “vela” o cuando el iStop está activo con el coche completamente detenido y, como último y no menos importante beneficio, contribuye con una ligera aportación de par reducir el esfuerzo del motor de gasolina en fase de aceleración.

Hasta aquí, todo ello es común tanto en el bloque de 2.0 litros como en el 2.5. Si bien, este último incorpora una importante novedad técnica más: un sistema de desactivación de cilindros. Lo hace actuando sobre los cilindros 1 y 4, concretamente, desactivando sus válvulas de cuando la demanda de potencia es baja, se acelera con suavidad y las condiciones del terreno son favorables, algo que durante un trayecto de pruebas totalmente representativo con una versión equipada con la tracción total y cambio automático ha ocurrido con bastante frecuencia. Lo que no impide esta tecnología es que el 2.5 eSkyactiv G MHEV se siga sintiendo un motor algo perezoso teniendo en cuanto su cilindrada, potencia y par, siendo la suavidad y el agrado de funcionamiento dos de sus principales virtudes.
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Mazda CX-5 e-Skyactiv GMHEV, hasta 0,6 l/100 km menos de consumo
Tanto el 2.0 como el 2.5 e-Skyactiv G MEHV han experimentado una importante reducción de consumo en todas sus posibles combinaciones de transmisión y caja de cambios, e igualmente, también se han reducido las emisiones de CO2 de estos dos motores en hasta 13 gr/km. En el caso de la versión menos potente, el consumo de la versión con cambio manual baja de 7,6 a 7,0 l/100 cuando va ligado a la tracción total y de 7,3 a 6,9 l/100 km en el caso las versiones de tracción delantera.
Los automáticos, por cierto, con una mejora en la caja de cambios para lograr mayor suavidad, pasan de 7,8 a 7,3 l/100 en el caso de los AWD y de 6,8 a 6,5 l/100 para los 2WD. No menos significativa es la superior eficiencia de los 2.5 e-Skyactiv G MHEV de 194 CV. En este caso, las cifras bajan desde los 8,1 a 7,6 l/100 km en las versiones AWD y de 7,6 a 7,2 l/100 km en los 2WD.

Paralelamente estos cambios técnicos, el Mazda CX-5 2023 también estrena novedades en el sistema Mazda Connect, como el funcionamiento táctil de la pantalla de 10,25 pulgadas cuanto el coche no está en movimiento o revisada conectividad Apple Car Play y Android Auto sin necesidad de cables. En el caso de las dos nuevas motorizaciones de gasolina, el precio mínimo de acceso es de 33.607 euros en el caso de los 2.0 e-Skyactiv G MHEV de 165 CV y de 39.507 euros para los 2.5 e-Skyactiv G MHEV de 194 CV.