Hablar de Kia Sportage es hablar de un SUV superventas, más de dos millones y medio vendidos en todo el mundo -168.000 en España- en sus 28 años de vida lo avalan. Pero esta quinta generación llega con novedades importantes, al menos para el mercado europeo. Nuevo diseño exterior mucho más atractivo, nueva plataforma N3 del Grupo Hyundai, como su primo el Tucson con el que comparte muchos elementos, y, por primera vez, dimensiones específicas para el mercado europeo, que recortan la distancia entre ejes en 85 mm respecto al resto de mercados. Crece 3 centímetros en total, mide 4,51 m de largo ofreciendo un modelo más compacto, pero interiormente más habitable.
El nuevo Kia Sportage llega con una amplia oferta de versiones electrificadas mild-hybrid con tecnología de 48 voltios, asociadas tanto a motor diésel como a gasolina, que disfrutan de la etiqueta ECO de la DGT; una versión híbrida convencional que es la que conducimos y una versión híbrida enchufable que llegará en dos meses (al igual que las versiones diésel). No contará con versión eléctrica cien por cien. Según nos cuentan fuentes de la propia marca una versión de este SUV puramente eléctrica se puede descartar porque los nuevos eléctricos de la marca se derivarán de la plataforma EGMP específica para esta propulsión, una arquitectura sobre la que se ha desarrollado el EV6 y de la que derivarán los nuevos EV9, EV1, EV2...

Por fuera, la nueva generación del SUV gana mucho en atractivo, con un frontal atrevido que se caracteriza por las dos luces tipo led en forma de boomerang, una línea de techo muy dinámica y una trasera con personalidad. Por dentro, se aprecia una calidad percibida superior, con un ambiente mucho más tecnológico, y diversos elementos de segmentos superiores. Comparte con el EV6, por ejemplo, gran parte de los elementos de la botonería, con las dos pantallas de 12,3 pulgadas, una central y otra como cuadro de instrumentos y la tira digital que se ubica bajo la primera. Cuenta también con carga inalámbrica y dos puertos USB, uno de cada tipo, desde el que poder conectar el Smartphone.
A prueba el Kia Sportage HEV híbrido
Nos subimos al volante de la versión híbrida HEV del Kia Sportage equipada con el motor 1.6 T-GDi turbo que se combina con un motor eléctrico de tracción con imanes permanentes y 44,2 kW, (60 CV), que alcanzan una potencia combinada de 230 CV. La batería de iones litio de alto voltaje tiene 1,49 kWh de capacidad situada bajo los asientos traseros de los pasajeros (lo que permite que el espacio para las piernas sea el mismo que el de los Sportage con motor de combustión) y una batería auxiliar de 12V. Vemos que ambos motores se van alternando o incluso funcionan juntos en algunos momentos, es el sistema HEV es que elige el uso de uno u otro o de ambos a la vez. Un gráfico en la pantalla central de 12,3” nos permite ver el uso de la energía en cada momento. En la información que se ofrece al conductor, el cuadro de instrumentos es completamente digital, con la información justa y necesaria, nos permite ver si estamos regenerando energía en desaceleraciones o frenado regenerativo en la batería o la estamos gastándola. Algo que personalmente me gusta mucho. En todo momento, el confort de marcha es total para conductor y pasajeros para quienes es imperceptible este funcionamiento. Es un coche muy cómodo de conducir.

En nuestro caso, este Kia Sportage 1.6 T-GDi HEV dispone solo de dos modos de conducción, ECO y el SPORT, más deportivo, que se nota ligeramente en la respuesta del acelerador y la transmisión. La diferencia entre ambos modos es ligera ya que el modo ECO no retiene demasiado. El cambio es automático de seis velocidades que se acciona con un dial circular by wire ubicado en la consola central. También es posible el cambio de marcha con las levas ubicadas a ambos lados del volante. El cambio de automático a manual es inmediato al presionar la leva correspondiente.
La versión híbrida como la que conducimos del Kia Sportage 1.6 T-GDi Hybrid homologa un consumo de 5,6 litros según la legislación WLTP. En nuestra prueba de conducción de algo más de 200 kilómetros hemos obtenido un consumo medio que ronda los 7,0 litros, ahora bien, ha habido mucha conducción por autovía, viéndose penalizado el resultado, siendo en la conducción por carreteras a una media de 80 o 90 km/h un consumo más cercano a los 6,5 litros.

El nuevo Sportage ha crecido 3 centímetros de largo respecto a su antecesor y a pesar de que la batalla solo lo hace en 1 cm mejora la habitabilidad, sobre todo en las plazas traseras aumentando el espacio para la cabeza los hombros y las piernas, con un acceso cómodo. Pero lo que gana sobre todo es en capacidad de maletero con 88 litros más que su predecesor rozando los 600 litros y aumentando a casi 1.800 con los asientos abatidos.
Conducimos el acabado GT-Line que es el más alto de gama y además de ofrecer diversos elemento estéticos como el techo en negro, llantas de mayores dimensiones y ligeros cambios en el diseño de la parrilla, incorpora muchas ayudas a la conducción, ADAS, como el control de crucero inteligente basado en la navegación (NSCC por sus siglas en inglés) que reduce la velocidad automaticamete antes de llegar a curvas y luego vuelve a colocarlo a la velocidad normal en recta. También el monitor de ángulo muerto, que se activa cuando accionamos el intermitente para realizar un cambio de carril, mostrando en el cuadro de instrumentos la imagen captada.
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El acabado GT-Line como el que conducimos en versión 4x2 cuesta 40.226 euros (43.826 en versión 4x4), pero el híbrido más económico parte de los 31.450 euros, que se corresponde al acabado Drive.