El año pasado se renovó el BMW Serie 5 que llegó nada menos que a su octava generación. Con los años ha ido ganando en tamaño, situándose ya en unos importantes 5,05 metros de longitud, que de alguna manera le convierten en el buque insignia de la marca entre las berlinas, dejando al Serie 7 reservado para las grandes fortunas en tiradas más limitadas (en este 2024 se han vendido 230 en España).
Más allá del cambio a nivel estético que supuso la llegada de esta nueva entrega del Serie 5, quizás lo más destacado fue su naturaleza camaleónica que le ha permitido contar con una amplia gama de motores. Disponibles tanto para su carrocería sedán, como la analizada aquí, como para el Touring, ahora se puede escoger entre dos opciones diésel, otra en gasolina y tres híbridos enchufables entre los que incluso está el deportivo y prestacional M5. Sin olvidar su variantes completamente eléctricas del i5.

Nosotros tuvimos la oportunidad de probar en nuestra guía de compra la variante 530e, que dentro de las tres híbridas enchufables es la más económica al partir de los 71.350 euros (suma otros 2.550 euros más si quieres la tracción total xDrive). Se caracteriza por contar con un motor de gasolina de 190 CV que trabaja en conjunto con otro eléctrico de 135 kW y en su momento óptimo consiguen una potencia conjunta de 299 CV.
Siguiendo con el análisis de este 530e, y que podríamos hacer extensivo al resto de motorizaciones híbridas enchufables, es que se ha registrado una importante evolución en materia de las baterías que alimentan el sistema. En concreto aquí contamos con una capacidad de 22,1 kWh, lo que le ha permitido homologar 102 kilómetros de autonomía eléctrica, pero que nosotros en un entorno real nos hemos quedado en un intervalo entre los 85 y los 90 kilómetros (más o menos el doble que antes). A esto tenemos que sumar que se ha aumentado la velocidad de carga, que ahora se establece en 7,4 kW (no permite cargas en corriente continua), con la que hemos tardado 3 horas y media en alcanzar el 100% de la capacidad.

Porque lo que está claro a la hora de comprar un coche híbrido enchufable es que de poco nos servirá su ventaja si luego no lo cargamos habitualmente. Para refrendar este argumento hemos circulado bastantes kilómetros sin carga en la batería y el ordenador de a bordo nos devolvió unos consumos de 8 litros circulando a ritmos constantes en carretera, mientras que en ciudad fue muy fácil sobrepasar los 10 litros. Y te decimos más, combinando de la mejor manera ambos combustibles es posible alcanzar autonomías cercanas a los 900 kilómetros.
Los últimos detalles de nuestro vídeo con el Serie 5 530e los hemos dado al volante. Es un coche que nos ha parecido la mar de cómodo y eso que la unidad de pruebas contaba con unas ruedas de perfil 35 que te pueden hacer pensar justo lo contrario. A esto habría que añadir lo bien insonorizado que está el habitáculo, digno de una gran berlina de representación. Pero si quieres saber más detalles no te pierdas nuestra prueba completa de este modelo.