El pangolín, un mamífero de cuatro patas con garras parecidas a las del perezoso, hocicos similares a los de un oso hormiguero y una armadura de escamas en forma de diamante, es un animal esquivo y solitario. Los estudios de población no han podido estimar cuántos pangolines quedan en libertad. Sí se sabe que más de un millón de ejemplares han sido asesinados víctimas del tráfico de especies y hoy se considera un animal al borde de la extinción. También son extremadamente difíciles de cuidar en cautiverio, a menudo mueren sin una causa clara.
En el sudeste asiático, la mayor amenaza para estos animales es la caza furtiva. Son buscados por su carne y también para su uso en medicina tradicional
Ocho especies se encuentran en África y Asia. En el sudeste asiático, la mayor amenaza para estos animales es la caza furtiva. Son buscados por su carne y también para su uso en medicina tradicional. Se cree que sus escamas, que tienen una gran demanda en los mercados asiáticos, sin evidencia, poseen propiedades medicinales, como estimular la menstruación y la lactancia, así como tratar el reumatismo y la artritis. Al igual que el cuerno de rinoceronte, éstas están hechas de queratina y no es diferente de las uñas de los pies humanos.

El príncipe William de Inglatera ha declarado que estas extrañas criaturas corren "el riesgo de extinguirse antes de que la mayoría de la gente haya oído hablar de ellas".
También son conocidos como osos hormigueros escamosos, debido a su armadura plateada y lenguas largas.
Tráfico de pangolín
Como las cuatro especies de pangolín de Asia están en declive -se considera que al menos el 80% de los pangolines asiáticos han sido víctimas de la caza furtiva-, los traficantes se han fijado cada vez más en las cuatro especies de África, también protegidas.
De tal forma que, entre 2016 y 2019, las fuerzas del orden en todo el mundo incautaron unas 200 toneladas métricas de escamas de pangolín, y más de la mitad de este total está vinculado a Nigeria.
Los funcionarios aprehendieron 7 toneladas métricas de escamas de pangolín, 4,6 kilogramos de garras de pangolín y 845 kilos de marfil de elefante, en en una propiedad residencial
En julio, las autoridades realizaron la tercera incautación más grande de escamas de pangolín dentro del país.

Los funcionarios aprehendieron 7 toneladas métricas de escamas de pangolín, 4,6 kilogramos de garras de pangolín y 845 kilos de marfil de elefante, en en una propiedad residencial no lejos del puerto en la capital comercial, Lagos.
El portavoz del Servicio de Aduanas de Nigeria, Joseph Attah, dijo que se actuó después de recibir información de inteligencia. Tres ciudadanos extranjeros fueron arrestados y el funcionario de aduanas aseguró que el envío no se originó en Nigeria.
No hay evidencia de que la frecuencia de los envíos ilegales dentro o fuera de Nigeria se haya desacelerado en los últimos dos años, ni siquiera como resultado de la pandemia de Covid-19
A pesar de estas importantes incautaciones, todavía no hay evidencia de que la frecuencia de los envíos ilegales dentro o fuera de Nigeria se haya desacelerado en los últimos dos años, ni siquiera como resultado de la pandemia de Covid-19.
Origen del tráfico
Históricamente, los pangolines se cazaban furtivamente principalmente para obtener carne de animales silvestres, y sus escamas se desechaban como subproductos.

Sin embargo, durante la última década, el precio alcanzado por las pieles, las escamas y todo el animal en países como Vietnam y China, así como en los Estados Unidos, ha logrado que las poblaciones se vean diezmadas considerablemente.
Las ocho especies de pangolines que existen en todo el mundo están protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), el nivel más alto del derecho internacional.