Para que se dé la metamorfosis de una mariposa es necesario que una oruga se digiera a sí misma utilizando enzimas desencadenadas por hormonas. Luego, las células durmientes (similares a las células madre) se convierten en las partes del cuerpo de la futura mariposa.
Vayamos por pasos. Una oruga hambrienta que acaba de salir del cascarón (también llamada larva) se llena de hojas, creciendo poco a poco. Cuando éstas han superado su piel, se libera una hormona llamada ecdisona, que le indica a la larva que mude.
La larva deja de alimentarse, se cuelga boca abajo de una ramita u hoja y se convierte en un capullo sedoso o se transforma en una crisálida brillante
Después de hacerlo unas cinco veces, la larva deja de alimentarse, se cuelga boca abajo de una ramita u hoja y se convierte en un capullo sedoso o se transforma en una crisálida brillante. Este proceso es impulsado por la misma hormona, la ecdisona, pero esta vez funciona en conjunto con otra llamada juvenil.
En realidad, es la falta de esta última lo que desencadena el mecanismo de la metamorfosis de la mariposa. Actúa para retrasarla durante toda la etapa de larva, que funciona bloqueando los genes en los discos imaginales: pequeñas bolsas de células que entran en acción cuando la oruga se envuelve en la crisálida, convirtiéndose finalmente en diferentes partes de la mariposa.

Como tal, la hormona juvenil es esencial para la supervivencia de la oruga antes de la metamorfosis. Y es que, una vez que la larva llega a su muda final y comienza su proceso de metamorfosis, le suceden cosas extrañas a su cuerpo. Las células de los músculos, el intestino y las glándulas salivales se digieren y actúan como repuestos para la futura mariposa.
En una impresionante muestra del mecanismo evolutivo, las mariposas y las orugas no solo se ven y son diferentes, también se comportan de manera diferente
Cada célula está programada para autodestruirse a través de la activación de enzimas llamadas caspasas, que desgarran las proteínas de ésta, liberando material de primera para hacer mariposas. Si no fuera por la hormona juvenil, esto podría haber sucedido en cualquier momento, matando a la oruga. En cambio, la naturaleza programa la hormona para reducir sus niveles.
Además, en una impresionante muestra del mecanismo evolutivo, las mariposas y las orugas no solo se ven y son diferentes, también se comportan de manera diferente. Unas viven en los árboles y otras vuelan. Y lo más curioso: unas comen hojas y otras se alimentan únicamente de néctar.
Fuente: ZME Science.