En cuestión de días se acerca el 50 aniversario BMW M y está cantado que la marca quiere celebrarlo por lo alto. De momento, ya ha lanzado un globo sonda en forma de SUV híper deportivo ligado exclusivamente a la familia de modelos M y con tecnología híbrida enchufable, el BMW XM, pero a buen seguro no será la única sorpresa que tiene la marca para fechas tan señaladas. Si no, ¿por qué se apresura BMW poniendo a rodar un Serie 5 de la actual generación con la tecnología que usará la siguiente? Sí, en cierto modo, es trabajo de campo. La séptima generación del BMW Serie 5 está prevista para finales 2024 y gran parte de sus motorizaciones serán híbridas enchufables, así que la marca está poniendo a punto, más que nuevos desarrollos de chasis, nuevos paquetes de transmisión híbrida enchufable y también nuevos sistemas de conectividad y asistentes de conducción.

Lo que sí está claro que es que BMW ha apostado por una solución “híbrida” en su libro de ruta en tanto en cuanto no sólo sigue desarrollando motores de combustión, sino que lo seguirá haciendo para encontrar un equilibrio de emisiones, manteniendo coches con esta tecnología —con algún tipo de electrificación— y vehículos cien por cien eléctricos a partes iguales… Y cada cosa llegará a su debido tiempo. En palabras de BMW, el M5 es el modelo de la saga M con el que el usuario realiza desplazamientos mayores, así que de momento es inimaginable un M5 puramente eléctrico, honor —tal vez no para muchos— que recaerá más que probablemente en un futuro BMW M3 cuando se extienda por la marca la arquitectura de la Nueva Clase. Es un secreto a voces que BMW se quiere apuntar al club de los coches de más de 1.000 CV, y el BMW M3 eléctrico tiene no sólo todas las papeletas para entrar en él, sino hacerlo estableciendo nuevos récords porque se estima en 1.000 kW el rendimiento perseguido, 1.360 CV en total, potencia que gracias a nuevos motores eléctricos actualmente en desarrollo que alcanzarán un rendimiento del 98 por ciento y nueva generación de baterías de estado sólido con mejor relación peso/autonomía que la actual generación de baterías de litio.
BMW M5 PHEV. A por la tecnología E-Performance de Mercedes.
Mercedes lleva ya una cabeza de ventaja. Su AMG GT 63 S E-Performance es el primer modelo que equipa el paquete híbrido enchufable desarrollado por y para AMG, con un rendimiento final de 843 CV y no pocas singularidades. V8 4.0 con turbo eléctrico asistido por una unidad de arranque de 48V y 13,6 CV que proporcina 639 CV, motor poterior eléctrico embutido en la carcasa del diferencial con 204 CV y dos marchas. Caja de cambios SpeedShift AMG de nueve relaciones y baterías refrigeradas por inmersión que, eso sí, sólo permiten moverse durante 12 km con electricidad. En origen, BMW parte de elementos que permitirán simplificar la ecuación para fabricar un grupo propulsor casi tan poderoso, pero mucho más eficiente y adaptado a la nueva normalidad, un verdadero deportivo dos en uno para el que incluso se estiman 80 km de autonomía en modo eléctrico.

¿El secreto? El motor térmico, su V8 biturbo de 4.4 litros. Por su construcción del tipo “culata caliente” no requeriría ningún complemento auxiliar para conseguir un sistema de sobrealimentación más efectivo que el que ya usa. Y efectivo no es el mayor soplado absoluto que sea capaz de soportar el motor, sino que lo haga de la forma más gradual y rápida posible. El punto de partida no podría ser más óptimo al utilizar turbocompresores dentro de la V del motor recibiendo los gases de escape desde el lado interior de cada una de las culatas, originando un flujo rápido y efectivo de gases. Hasta el momento, BMW no se plantea ni un sistema de turbo eléctrico como el que ha desarrollado Mercedes o usan modelos de Audi como SQ7, ni tampoco un sistema de compresor adicional alimentado por una fuente eléctrica: sumaría kilos y complejidad al sistema, y por ahora, hay nuevos retos que solucionar, como conseguir límites de emisiones que permitan superar con holgura la futura normativa Euro 7, incluso, prescindiendo de inyección de agua dentro de la cámara de combustión.
El motor en sí ya es una realidad, también lo es el sistema híbrido como tal, como os hemos dicho, todo ello derivado del, actualmente, prototipo BMW XM, pero el futuro M5 parece ser que tendrá elementos técnicos incluso más exclusivos que aumentarían la potencia desde los 748 que anuncia ese SUV hasta casi los 800 CV. Sin duda, a BMW sigue mirando de reojo la nueva joya que se ha sacado AMG de la manga con su kit híbrido enchufable E-Performance, pero BMW parece en absoluto obsesionado con la potencia bruta y su intención no es tanto desarrollar un motor más potente como un coche más completo. Su mayor autonomía eléctrica podrá ser una baza para muchos, pero BMW también se está volcando a fondo en el comportamiento del coche, especialmente en la manera de “sincronizar” el funcionamiento del motor térmico y eléctrico para conseguir la mejor dinámica de conducción posible.

Será un modelo de tracción total aunque mantendrá la conexión mecánica del eje delantero al trasero. Es más que probable que BMW no utilice una caja de cambios de dos velocidades para la unidad eléctrica como sí ha hecho AMG, pero está en estudio añadir un segundo motor eléctrico en el eje posterior con efecto vectorización para seguir dividiendo la saga M5 en dos: el M5 “normal” una versión CS todavía mucho más radical que también tendría algo más de potencia. ¿Fechas? Teniendo en cuenta que la nueva generación del Serie 5 se conocerá en 2024 aunque no llegará al mercado hasta 2025 deberíamos esperar no menos de un año más para el lanzamiento del nuevo BMW M5. Lo dicho, que el futuro M5 será híbrido enchufable es tan seguro en este momento como que la base técnica derivará del BMW XM… Esperemos que en mayo de 2022, fecha clave en la historia de BMW M, la marca nos ponga la miel en los labios adelantándonos algunas claves y planes de su futuro más inmediato.