Como suele suceder en los deportivos más especiales del planeta, nunca se suele lanzar a la vez su carrocería “cerrada” y la “abierta”. Claro ejemplo es el Aston Martin Vantage, del que el año pasado vimos su renovación y ahora se acaba de presentar su Roadster. Y en su denominación está el primer detalle importante, ya no se clasifica como Volante, que se reservará para cabrios con cuatro plazas.
Y de lo primero que presume este Vantage Roadster es que promete ser el más rápido del mercado en desplegar su capota. Siendo de lona, puede aparecer o desaparecer en apenas 6,8 segundos, siempre y cuando no superemos los 50 km/h. Para hacernos una idea de esta marca, uno de sus principales rivales como es el Ferrari Roma Spider tarda el doble. Dicho techo nos cuentan que tiene hasta ocho capas de aislamiento, con una configuración de plegado en “Z”, que es más rápida que la utilizada en el DB12 Volante, que es en “K”. Y, además, también es más ligera, por lo que tan solo suma 60 kg más que el coupé en la báscula (1.665 kg en total).

No es de extrañar que se hayan tenido que realizar ciertos retoques en el chasis para ofrecer una rigidez estructural cercano a la versión de techo fijo. Para ello se han añadido placas en la parte trasera que limitan la torsión transversal y así compensan la pérdida de rigidez típica de un descapotable. Desde la marca también nos comentaron que se ha retocado la suspensión trasera para tener en cuenta el aumento de peso comentado en el párrafo anterior.
A partir de aquí el Vantage Roadster hereda las mismas innovaciones que el año pasado estrenó el coupé con un soporte de las suspensiones reforzado, amortiguadores adaptativos fabricados por Bilstein, diferencial autoblocante electrónico o un control de estabilidad perfectamente ajustado con los frenos carbocerámicos. Estos últimos, con tamaño de 410 mm, están sujetos por pinzas de seis pistones y escondidos tras unas bonitas llantas de 21 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport S 5 con marcado específico.

Por descontado, debajo de ese largo y estiloso capó se esconde un V8 4.0 biturbo de origen AMG. De la misma manera que sucedió en el coupé, su potencia crece respecto a su antecesor en 155 CV y 115 Nm. Esto fue posible gracias a la instalación de turbocompresores más grandes y a la optimización del sistema de refrigeración (la parrilla es un 38% más grande). El resultado final para este Vantage Roadster son 665 CV y 800 Nm, que se envían directamente al eje posterior a través de una caja de cambios automática de ocho velocidades.
Para los amantes de la conducción tendrán a su disposición hasta cinco modos de conducción, mientras que el control de tracción cuenta con hasta ocho configuraciones que van desde superficies mojadas a obtener el mejor rendimiento en circuito. Y no nos olvidemos de sus prestaciones, con una marca en el 0-100 km/h de 3,5 segundos y una velocidad máxima de 325 km/h.

Más allá de rodar sin techo, la cabina de este Vantage Roadster es idéntico al que podemos encontrar en la otra carrocería del deportivo británico. Por ello no faltará la nueva pantalla de 10,25 pulgadas con un sistema multimedia de última generación, así como todos los elementos de personalización que se quieran incluir a través del catálogo de Q by Aston Martin.
Por ahora desde la marca no nos han comunicado los precios de este Vantage Roadster, pero según las primeras estimaciones podría alcanzar los 210.000 euros, usando la misma diferencia de precio entre el coupé y el cabrio de la generación anterior (10.000 euros). Eso sí, las primeras entregas se esperan formalizar en el segundo trimestre de este año.