Martin Sander es el nuevo director de ventas de VW desde el 1 de julio de 2024. Desde el día 2 de ese mismo mes, tenía claro que había que superar más desafíos de los esperados para volver a convertir VW en el líder mundial en volumen de producción y ventas. Uno de ellos es la pérdida de penetración de coches como el Golf y otros “clásicos” en mercados —principalmente europeos— en los que siempre ha sido un verdadero superventas, a lo que hay que sumar la llegada a Europa de marcas asiáticas, que han recuperado la generación y media de desventaja que hasta hace poco les sacaban los fabricantes europeos, y la pérdida de cuota en el mercado chino —descenso de 2 a 1 en relación con el aumento de ventas—. Pero, sobre todo, se enfrenta a una estrategia de electrificación con debilidades que va a requerir borrón y cuenta nueva.
El Golf 9 será el primer coche basado en la nueva plataforma eléctrica SSP
Ya en su segundo día de trabajo de Martin, la junta directiva de Volkswagen pospuso el lanzamiento de casi todos los modelos basados en la SSP o Scalable Systems Platform, considerada el megakit de construcción modular en vehículo eléctrico que abarcará las diferentes marcas del grupo. Viene a ser una evolución de la actual PPE que utilizan Audi y Porsche, y la base necesaria para conciliar coche eléctrico, altamente conectado y cien por cien autónomo, que es el principal fundamento del Proyecto Trinity, inicialmente programado para 2026, aplazado a 2029 y ya definitivamente postergado a 2032. Antes, hay otras necesidades en VW, y entre ellas está conectar presente y pasado: coches eléctricos basados en arquitecturas más flexibles industrialmente hablando, impulsar mejoras de software gracias al apoyo de nuevos socios como Rivian y Xpeng, y apuntalar las gamas utilizando denominaciones que resuenen con fuerza, sea cual sea la edad del cliente.

Es cierto que MEB ha presentado ciertas debilidades desde su origen. Pero si algo tiene claro VW es que el bajo éxito de coches como el ID.3 o ID.4, dejando de lado un arranque comercial con precios estratosféricos, no reside en problemas de la arquitectura, motores, baterías, autonomías o potencia de carga, a nivel más que competitivo comparado con coches más modernos, sino en el coche en sí. Hacer un traspaso de poder y ligar al renovado Golf 8.5 en la gama de versiones de combustión e híbridas enchufables, pero basado en MEB en el caso de la versión cien por cien eléctrica, sería perfectamente viable, pero para Thomas Schäfer, jefe de la marca, sería volver a tropezar con la misma piedra: “queremos un Golf eléctrico, pero tiene que ser un verdadero Golf en proporciones y rendimiento”. Con esas directrices, toca esperar a producirlo sobre la nueva plataforma SSP, ya perfectamente afinada.
El definitivo adiós al VW Golf de combustión
Toma nota porque se acercan momentos críticos: 2029 es la fecha en la que finalmente se lanzará al mercado el Golf 9. Y sí, será cien por cien eléctrico. Esto supone un retraso de quince meses sobre los planes iniciales que, obviamente, también arrastran a la renovación del ID.4, ID.5 y resto de modelos del grupo basados actualmente en MEB, los cuales mutarán a SSP. Otros modelos, como el SUV eléctrico T-Sport, se esperan para 2031, tres años más tarde de lo previsto. Entretanto, la plataforma MEB experimentará una evolución en 2026 y pasará a denominarse MEB+, mientras que la PPE recibirá una actualización en un plazo de tres años.
VW quiere ofrecer un vehículo capaz de recorrer no menos de 400 km reales en su versión básica, no según cifras de homologación. Habrá un trasvase de tecnología de motores y baterías de la actual PPE, sobre todo en velocidad de carga, con un tiempo objetivo de 15 minutos para conseguir una carga al 80 por ciento incluso en sus versiones más caras, con autonomías que deberían superar los 600 km.

Regreso del GTI… y no sólo en formato Golf
Además, Schäfer planea el regreso de la legendaria denominación GTI también para modelos eléctricos, pero sólo para verdaderos iconos de la marca. Naturalmente, un ID.Golf podría cumplir con este requisito, siempre y cuando su rendimiento esté al nivel de un GTI. Durante la IAA Mobility, VW presentó un concepto de ID.GTI, que se espera entre en producción en 2026.
La base para el primer GTI eléctrico de VW será probablemente el próximo ID.2, con una potencia superior a los 200 kW y, sobre todo, con una maniobrabilidad y placer de uso que hagan honor al concepto de coche deportivo que siempre ha caracterizado al GTI. Pero el Golf GTI debería estar técnicamente vinculado a la novena generación de este modelo. Los GTX, introducidos en el ID.4 en 2020, seguirán ligado a modelos deportivos basados en MEB, desde el ID.3 al ID.7.