Parece que en los últimos meses la palabra “arancel” se ha puesto de moda a nivel informativo. Desde el pasado año fue la Unión Europea la que formalizó su idea de aumentar las tasas a los coches eléctricos procedentes de China, con todos estos modelos afectados, y ahora es Estados Unidos, desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, el país más activo en este aspecto.
El polémico presidente cree que para salvar la industria estadounidense debe aumentar los aranceles en la exportación de los automóviles que llegan allí desde fuera de sus fronteras. Por ejemplo, una de sus primeras víctimas puede ser su país vecino de Canadá, al que le podría aplicar una tasa de hasta el 100%. Para Trump “los canadienses tienen una industria automovilística muy grande. Nos la robaron. Y si no llegamos a un acuerdo con ellos, les vamos a imponer un gran arancel a los coches. Nosotros queremos fabricar coches en Detroit”.

Lo que no sabemos si se da cuenta Trump es que aumentar los aranceles a los coches fabricados en Canadá afectará a algunas marcas de su propio país. Hasta donde sabemos, actualmente se montan allí el Chevrolet Silverado, el Dodge Charger o el Chrysler Pacifica, por poner algunos ejemplos.
Las marcas europeas temerosas ante los aranceles de Estados Unidos
Pero Canadá no es el único país en el punto de mira de la administración estadounidense. También se quiere apuntar a otros como México, China y, la que más nos afectaría a nosotros, a los procedentes de la Unión Europea. Ante esta tesitura, la empresa Scope Ratings ha publicado que tanto Stellantis como el Grupo Volkswagen serían los más afectados por estas medidas.

Ante esta guerra comercial lo mejor es hacer una radiografía de como están actualmente las importaciones de coches a Estados Unidos. En cabeza se encuentra México con un valor aproximado de 130.000 millones de dólares (unos 125.818 millones de euros), según los datos de 2023 que son los últimos disponibles.
Por detrás de los mexicanos aparecerían los vehículos procedentes de Canadá, con un valor estimado de 56.000 millones de dólares (54.198 millones de euros), seguidos de la Unión Europea con 54.000 millones de dólares (52.263 millones de euros) y por último queda China con 18.000 millones de dólares (17.421 millones de euros).

Teniendo en cuenta ese panorama, desde Scope Ratings creen que Stellantis podría sufrir el mayor impacto ya que tiene una gran dependencia de la producción tanto de Canadá como de México. Y por detrás estaría el Grupo Volkswagen, con menos producción en suelo americano, pero al que se sumaría todo lo que exporta desde Europa.
Otros de los grupos sobre los que ponen el foco tienen que ver con Mercedes y BMW. Aunque en ambos casos creen que les afectará mucho menos ya que al ser marcas premium pueden subir ligeramente los precios de sus modelos sin que el cliente final lo note demasiado.