Los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China van a dar mucho que hablar en los próximos días. La Unión Europea pronto tendrá que fijar la fecha de la votación definitiva sobre si los aplicará o no, con países como España que parecen haber cambiado de opinión por el camino. Mientras tanto, las marcas del gigante asiático no parecen muy preocupadas por estas nuevas tasas ahora mismo.
Así se desprenden de las últimas declaraciones recogidas por Europa Press tanto de responsables de BYD como de las marcas del grupo Chery que se venden en nuestro país, Omoda y Jaecoo, que ya están avisando que no tienen planes de subir los precios pese a que se puedan aprobar definitivamente los aranceles previstos desde la UE.

Empezando por BYD, que es de las marcas que menos estará gravada ya que le han aplicado un 17%, su director general Jordi Cuesta, ha declarado que “no aumentaremos los precios, pero en algún momento de la cadena se tendrá que absorber, pero al cliente final vamos a hacer todo el esfuerzo para que no se le aumente”. El directivo entiende que esto se haga para “fomentar la industrialización a nivel local, lo que le parece perfecto y eso una de las cosas que nosotros haremos (van a fabricar una planta en Hungría), pero creemos que estos aranceles solo es un perjuicio para el cliente final”.
En el caso de las marcas Jaecoo y Omoda, Francesco Colonnese, director de ventas, han confirmado que “nosotros de momento mantendremos los precios que anunciamos en mayo, no podemos permitir que algunas decisiones repercutan en el cliente final”. Recordamos que a estas dos firmas le aplicaron un 21% y también hay que tener en cuenta, viendo sus primeros resultados, es que están vendiendo un mix mayoritariamente de gasolina, por lo que no les afecta tanto como a BYD con una gama más completa de eléctricos.

Fracaso en las negociaciones
Y mientras los diferentes fabricantes se van pronunciado sobre los aranceles, ayer concluyeron sin éxito las negociaciones que se estaban celebrando entre el vicepresidente económico de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, y el ministro de comercio de China, Wang Wentao, para intentar encontrar una solución consensuada al tema de los coches eléctricos producidos en el gigante asiático.
Desde la eurozona se sigue insistiendo que su investigación sobre lo que ellos consideran subsidios ilegales tienen suficientes “hechos y pruebas”. De esta manera se justifican las tasas para garantizar la competencia justa como se intenta luchar desde la Organización Mundial del Comercio. Y también se ha pedido a Pekín que cierre las investigaciones injustificadas que ha iniciado sobre productos como el brandy, el porcino o los lácteos exportados de Europa como represalia por los citados aranceles.

De todos modos, tanto Dombrovskis como Wang han acordado mantener abiertas las comunicaciones en los próximos días con el fin de poder evaluar nuevas propuestas de precios mínimos que puedan compensar las subvenciones que reciben las marcas. Hasta ahora ya se han presentado algunas, pero como indicar en Europa Press, todas fueron rechazadas por no cumplir los criterios necesarios para corregir el daño al sector europeo.
Desde otros organismos como AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica) han pedido a través de su presidente Adriano Mones que sean revisados, porque es muy difícil que a largo plazo se pueda impedir que China venda sus coches eléctricos en Europa. Según comentó en un evento en Gijón, “si no los traen pagando los aranceles lo harán montado sus propias fábricas en Europa, como ya están haciendo”.