Si en 2005 había en España, según los propios datos de la DGT, 90 radares operativos en nuestras carreteras, solo 5 años después llegaban ya a 300 y, hoy, podemos confirmar que podemos encontrarnos con un cinemómetro en España hasta en 2.100 ubicaciones. No es que haya tantos radares, ni mucho menos, pero sí la mayoría de móviles van rotando y podemos encontrarlos en cualquier momento en cualquiera de esos puntos.
Actualmente, según la DGT, España dispone de más de 400 radares activos en las vías interurbanas que gestiona, sin contar por supuesto con todos los radares que manejan los ayuntamientos o los servicios de tráfico que tienen las competencias transferidas, como es el caso de Cataluña o el País Vasco. Ana Blanco, subdirector adjunta de Circulación de la DGT asegura que “los controles fijos de velocidad y de velocidad media son muy eficaces para reducir los accidentes”, como demuestra el descenso de hasta dos tercios de los fallecidos en accidentes en vías interurbanas en las dos últimas décadas.
Según nos confirma ahora la DGT, actualmente el organismo cuenta con hasta 355 radares activos en puntos fijos que miden la velocidad instantánea y con otros 64 de tramo que miden las velocidades medias, sin contar claro todos los dispositivos móviles que maneja, y que son mayoritarios. Pero, ¿cómo son todo estos radares?
Así son los radares de tipo Doppler de la DGT, el 90% de todos
El 90% de los más de 400 radares que acaba de confirmar que tiene la DGT ya en puntos de España son de tipo Doppler, es decir, radares propiamente dichos que emiten oleadas de micro ondas contra los vehículos en movimiento para calcular su velocidad. Estas micro ondas rebotan contra el vehículo en movimiento y, con su cambio de frecuencia, permiten calcular la velocidad.

Estos radares de tipo Doppler están instalados en cabinas y postes en los laterales de las vías y en pórticos sobre la calzada. Se alimentan además con tomas de corriente o placas solares y, cuando detectan cualquier exceso de velocidad de un vehículo, envían las imágenes y los datos de la infracción al CTDA (Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas) por fibra óptica o tecnología 4G.
Así son los radares láser de la DGT, operados en su mayoría por la Guardia Civil
Por su parte, el resto de equipos de medición instalados hoy en carreteras, es decir, el otro 10 por ciento restante de los radares fijos, emplean tecnología láser. Estos, por su parte, proyectan líneas láser transversales, que el vehículo “corta” y así se calcula la velocidad. Los radares móviles emplean siempre esta tecnología y son generalmente operados en su mayoría por agentes de la Guardia Civil de Tráfico.
En el caso de los radares móviles y con tecnología láser, las denuncias de exceso de velocidad se realizan con parada al vehículo o a través también del servicio automatizado que ya hemos explicado y que efectúa el CTDA.
Según informa la DGT, todo estos radares fijos son cada año calibrados por el Instituto Nacional de Metrología, que es quien garantiza su buen funcionamiento y legalidad. Y se ubican, según sus responsables, donde más accidentes se producen.

Dónde elige la DGT la ubicación de los radares
“La selección de las localizaciones para las ubicaciones de los radares se realizan atendiendo a rigurosos estudios de accidentalidad, dando prioridad a las carreteras convencionales, el tipo de vía con mayor siniestralidad mortal”, explica Ana Blanco, aunque la impresión de los conductores en carretera no es precisamente la misma que transmite la DGT.
El futuro de nuestras carreteras seguirá además tiñéndose de radares, ya que la propia subdirectora adjunta de Circulación de la DGT asegura que en los próximos 3 años se instalarán 150 nuevos radares en España, la mayoría de ellos, el 80%, en carreteras convencionales, y el resto en autopistas y autovías. El 60 por ciento además de todos estos nuevos radares serán de tramo, porque según Ana Blanco “son los más efectivos”. Atentos.