En España está en vigor un manual técnico y legal que indica las características que debe cumplir un vehículo para poder circular. Se trata del Reglamento General de Vehículos, y también establece cómo debe comportarse ese vehículo en la vía pública.
Su importancia es mayor de lo que muchos imaginan. Este reglamento regula desde frenos y luces hasta emisiones contaminantes. Afecta a cualquier persona que posea, conduzca o fabrique un coche. Aunque muchos lo desconozcan, forma parte imprescindible de la seguridad vial y la sostenibilidad en las carreteras. Veamos qué recoge.
¿Qué regula el Reglamento General de Vehículos?
Seguridad mecánica y sistemas obligatorios
El reglamento exige que todos los vehículos dispongan de sistemas de frenado eficaces. La normativa establece parámetros de respuesta y eficacia mínima para garantizar que cualquier coche pueda detenerse en condiciones seguras.
Además, regula la instalación y homologación de elementos como frenos ABS, sistemas de asistencia en la frenada y controles electrónicos de estabilidad (ESP), entre otros.
Diseño estructural y protección de los ocupantes
La estructura del vehículo también está sujeta a normativa. No basta con que funcione, debe proteger. Por eso, el reglamento exige zonas de deformación programada, carrocerías con materiales resistentes y sistemas como airbags y cinturones de seguridad de tres puntos. Todo pensado para que en caso de accidente, aumenten las probabilidades de salir ileso.
Normas medioambientales y alumbrado
Control de emisiones y sostenibilidad
El Reglamento General de Vehículos establece límites claros para las emisiones de gases contaminantes. Gracias a los sistemas de control como filtros de partículas y catalizadores, se reduce el impacto ambiental del tráfico rodado. Además, se adapta a las normativas europeas más exigentes, como los estándares Euro 6, y continúa evolucionando hacia tecnologías más limpias.
Iluminación reglada para evitar accidentes
Los faros, intermitentes y luces de freno también deben cumplir requisitos específicos. Se controla el tipo de luz, su intensidad, color y comportamiento. Todo está regulado para evitar deslumbramientos y garantizar que el coche sea visible en todo momento.
Homologaciones y modificaciones del vehículo
Aprobación de nuevos modelos
Antes de que un coche nuevo llegue al mercado, debe superar un proceso de homologación técnica. Esto asegura que el modelo cumple con todos los requisitos de seguridad, emisiones, diseño y equipamiento. Elementos como la frenada automática, sensores de ángulo muerto o ayudas al aparcamiento ya se contemplan en muchas de estas exigencias actuales.
Cambios tras la matriculación
Si decides instalar un motor eléctrico en tu coche clásico o modificar la suspensión, necesitarás autorización administrativa y pasar una inspección técnica. Estas modificaciones deben ser notificadas, y el vehículo debe seguir cumpliendo con los estándares exigidos. El objetivo es que las mejoras no pongan en riesgo la seguridad ni violen la legalidad vigente.
Una normativa clave para la movilidad del presente y futuro
El Reglamento General de Vehículos no es un documento estático. Evoluciona con el tiempo para adaptarse a las innovaciones tecnológicas y a los desafíos medioambientales actuales. Sin él, circular por carretera sería caótico y peligroso.
Gracias a esta regulación, se garantiza que todos los coches en España no solo funcionen, sino que lo hagan de forma segura y con menor impacto ambiental. Cumplirlo no es solo una obligación legal, también es una forma de contribuir a una movilidad más responsable.
Conviene estar siempre al día, ya que una infracción relacionada con este reglamento puede implicar sanciones económicas, pérdida de puntos e incluso inmovilización del vehículo. Respetar estas normas es cuidar de todos y, sobre todo, evitar disgustos.