La industria europea no pasa por su mejor momento. Las normas anticontaminación y la transición hacia el coche eléctrico no han sentado nada bien a los fabricantes europeos, hasta el punto de tener que Bruselas esta misma semana pasada que prorrogar sus planes de reducción de emisiones de CO2 en las flotas de los coches y furgonetas hasta 2027 para no castigar más a unas marcas que, de imponerse nuevas sanciones millonarias, verían muy comprometido su futuro.
Los analistas europeos consideran que nuestra industria está quedándose atrás “en tecnologías estratégicas” como baterías, software, sistemas de infoentretenimiento y conducción autónoma, debido en parte al menor control que tienen sobre materias primas clave y ante la falta de competitividad ante constructores extranjeros que disponen de más ayudas y subvenciones estatales, como son los provenientes ya de China, Estados Unidos, Corea del Sur o Japón. Los aranceles a los coches chinos han sido una de las primeras medidas proteccionistas anunciadas, pero van a llegar más.
El potencial de Marruecos: sube un 12% su producción automovilística anual
Y es que en Europa, y en España, preocupa además ya el potencial industrial que han empezado a explotar también algunos países extracomunitarios como Turquía y, especialmente, Marruecos. Si nuestro país el pasado año descendió al noveno puesto en el ranking de países fabricantes de coches a nivel mundial, con la previsión de que vuelva a caer un 15% más, Marruecos se sitúa en el lado opuesto, creciendo a cambio a un ritmo del 12% anual en la construcción automovilística y fabricando ya hasta medio millón de unidades al año.

El país africano ya que más coche produce pasará a ensamblar en Kenitra la próxima generación del Citroën C4, fabricada hasta ahora en Villaverde (Madrid), uniéndose a otros importantes modelos que también se construyen en Marruecos, como son los Dacia Logan, Jogger y Sandero, el Renault Express, el Peugeot 208, el Citroën Ami, el Opel Rocks Electric o el Fiat Topolino, entre otros coches. La lista crece cada año, así como la de componentes.
La UE vigilará que coches "Made in Europe" no tengan la mayoría de componentes fabricados en Marruecos o Turquía
Debido a esta realidad que tanto daño empieza a causar a la industria europea, y que puede poner en riesgo claramente a la española por nuestra proximidad geográfica, la Unión Europea ha decidido actuar y anuncia su intención de blindar la industria europea vigilando especialmente los componentes también que lleguen de países como Marruecos o Turquía. La explicación se encuentra en que muchos coches considerados hoy como “Made in Europe” por fabricarse en terreno comunitario, en realidad están empezando a ser construidos con mayoría de componentes fabricados en estos países extracomunitarios, donde Marruecos se erige ya en actor principal.
La Comisión Europea ha anunciado así que tiene previsto endurecer por tanto las normas para que no se puedan catalogar por tanto como “fabricados en la UE” a este tipo de vehículos, introduciendo nuevos incentivos y normas para que los vehículos vendidos en nuestro continente contengan un mayor alto porcentaje de componentes fabricados en Europa, y avisando de que vigilará de que no haya competencia desleal.

Marruecos, con los costes laborales más bajos
Entre las razones que están impulsando a la industria marroquí se sitúa, sin duda, la mano de obra barata en la fabricación de coches. Así lo ha constatado en las últimas horas un estudio internacional de la consultora en gestión de riesgos Oliver Wyman, que en su comparativa de costes laborales en las líneas de producción y montaje del sector automovilístico los costes laborales directos e indirectos de Marruecos son de los más bajos, con tan solo 173 dólares por vehículo, un dato significativamente inferior al de países como México (414 ), China (585), Corea del Sur (769) o República Checa (769), por citar algunos de los ejemplos que figuran en el informe.
Los fabricantes ya miran a Marruecos en su producción
La aparición de países emergentes como Marruecos en la industria automotriz está así animando a los fabricantes de automóviles a reconsiderar su estructura de costes y sus ubicaciones de producción, según concluye el propio estudio.
Pero hay otras razones además añadidas, como son también un coste de la energía en estos territorios claramente menor que en los principales países europeos o que la legislación medioambiental comunitaria sea mucho más restrictiva, lo que conlleva mayores esfuerzos en las instalaciones, mientras que Marruecos es un país más laxo por ejemplo en este tipo de aspectos.