Este año 2025 del que ya se ha consumido el primer trimestre al completo se presenta sin duda clave para la industria del automóvil en Europa. Tras aprobar ya el Parlamento Europeo la prohibición de venta de los coches de combustión en todos los países de la UE a partir de 2035, en las últimas semanas te hemos venido contando cómo numerosas corrientes siguen extendiéndose por todo el continente para solicitar un aplazamiento al menos de esta estricta normativa que podría castigar aún más a un ya debilitado sector, que afronta cambios industriales de gran calado en medio de una coyuntura comercial que no termina de sacar rédito de las nuevas tecnologías.
En este sentido, ya te contamos que la Comisión Europea, según nos confirmaba desde Alemania el prestigioso medio Auto Motor und Sport, estaría estudiando ya la posibilidad de eliminar más progresivamente esta prohibición de venta de los motores de combustión. El propio Comisario de Transporte de la UE, Apostolos Tzitzikostas, había anunciado en Bruselas incluso que noticias al respecto deberían llegar ya este año 2025 y no en 2026, como se preveía originalmente. Mientras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también insinuaba en sus intervenciones que “nos prepararemos para acelerar el trabajo de revisión de 2035, siendo la total neutralidad tecnológica un principio clave”.

El PPE solicita formalmente que la UE abandone el plan de prohibir la venta de coches de combustión
Pues bien, la última hora nos lleva precisamente a todo el panorama de la centroderecha europea que, por boca de Manfred Weber, máximo dirigente del Partido Popular Europeo al que precisamente pertenece también la propia presidenta de la Comisión, ha solicitado ya a la UE formalmente que abandone su plan de prohibir los motores de combustión interna. El líder del PPE considera que es una medida esencial para “preservar la industria automovilística” europea.
El líder del que es ya claramente el mayor grupo político del Parlamento Europeo ha señalado en una entrevista a Financial Times que “la gente debería poder comprar automóviles de gasolina y diésel siempre que se compense el carbono emitido. Utilizo un motor de combustión clásico, con combustible clásico, pero luego pago por almacenar CO en el suelo: probablemente ese sea un modelo de negocio para el futuro”. En opinión de Manfred Weber, otras opciones podrían incluir híbridos y extensores de autonomía.
Una exigencia de fabricantes, proveedores, países...
La intervención del líder del PPE se suma así ahora a numerosas voces que llevan pidiendo meses desde el sector un aplazamiento de la prohibición anunciada desde Bruselas, entre los que destacan algunos de los mayores fabricantes de automóviles, como Volkswagen o BMW, y proveedores de componentes como Bosch. También países como Alemania e Italia han solicitado ya al menos excepciones para los combustibles alternativos, pidiendo que se permitan para seguir comercializando vehículos de combustión.

A todo ello, los nuevos aranceles además del 25% a las importaciones de coches anunciados por la administración norteamericana de Donald Trump ha supuestos en las últimas semanas un nuevo varapalo para una industria que en Europa exige nuevas medidas que le permitan salvar una situación ya muy comprometida.
La medida por tanto de anulación o, al menos, aplazamiento de la prohibición de venta de los coches de combustión sobrevuela cada vez con más probabilidades en la Unión Europea, especialmente también tras conocerse el pasado mes de marzo que Bruselas ya accedió también a relajar los próximos objetivos de emisiones de CO2 más estrictos que iban a entrar ya en vigor, decidiendo promediarlos en un período de 3 años hasta 2027 para conceder más facilidades para su cumplimiento, a la vista de las presiones de una industria que, de lo contrario, debía haberse enfrentado ya a multas millonarias que podían haber hundido a numerosas marcas de coches.

Reino Unido también aplaza ya parte de sus prohibiciones de venta
Al margen de la Unión Europea, y como ya te contamos también hace solo unos días, Reino Unido ha decidido replantear ya del mismo modo sus normativas de prohibición de vehículos de combustión y anuncia una relajación de la ley para algunos tipos de sistemas de propulsión. El Gobierno, de momento, ha retirado ya la prohibición de venta de los coches híbridos e híbridos enchufables que, como los vehículos tradicionales diésel y gasolina, tenían comprometido ya su final en el Reino Unido para 2030. El período de comercialización solo de los coches híbridos sencillos e híbridos enchufables se extenderá ahora hasta al menos 2035, al igual que todos los comerciales ligeros, estos también además con motores diésel y de gasolina junto a las variantes híbridas y enchufables.