En el largo camino hacia las 0 muertes en accidentes de tráfico, una estrategia en la que creen firmemente a largo plazo los fabricantes y las administraciones, a pesar de que hoy se ve claramente como una utopía a corto y medio, es indispensable seguir regulando nuevas normas que obliguen a equipar sistemas que se ha demostrado que salvan vidas. Y eso es lo que ya llevamos años comprobando.
El Parlamento Europeo, por ejemplo, acordó a través de su programa “Vision Cero” con objetivo para el año 2050, que todos los coches nuevos homologados comenzaran desde julio 2022 a incorporar obligatoriamente nuevos sistemas de seguridad, entre los que hoy nos encontramos ya el Asistente de Velocidad Inteligente, la cámara trasera, el detector de fatiga o la nueva caja negra de los vehículos, entre otros componentes. En este artículo puedes conocerlos todos.
La frenada automática debe llegar al transporte pesado
Pues bien, hoy conocemos que la Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico por Carretera de EE.UU, el organismo conocido como NHTSA por sus siglas en inglés, ha realizado junto a la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA) del departamento de transportes de los Estados Unidos, un aviso de propuesta de reglamentación, un procedimiento oficial que se conoce como NPRM, para aumentar en este caso la seguridad en los vehículos pesados superiores a las 10.000 libras de peso, equivalentes a 4.535 kilos.

Según informa hoy Europa Press, este nuevo aviso de normativa consistiría en implementar obligatoriamente en todos estos vehículos un nuevo sistema de frenada automática de emergencia (AEB), con el objetivo inminente de reducir y mitigar la frecuencia y la gravedad de los siniestros que se producen por choques traseros con este tipo de vehículo tan pesado y al que le cuesta más frenar que a otros vehículos, obviamente.
Los datos publicados hoy por la NHTSA aseguran que en Estados Unidos estos vehículos pesados provocan más de 60.000 accidentes al año, una cifra que podría, al menos, reducirse en casi 20.000 siniestros con el nuevo sistema obligatorio. El número de vidas que se calcula que podría salvar ascendería, solo en el país, a más de 155 personas, evitando al mismo tiempo otras más de 8.800 lesiones.
Un paso importante para mejorar la seguridad
Según ha declarado Ann Carlson, consejera principal interina de la NHTSA, “este anuncio es un paso importante para mejorar la seguridad en las carreteras”, recalcando también que “los sistemas avanzados de asistencia al conductor como AEB tiene el poder de salvar vidas”.
Este tipo de sistema de frenada de emergencia, ya empleado en muchos coches más pequeños, emplea tecnología mediante sensores que funcionan en combinación para detectar situaciones de riesgo inminente de accidentes de tráfico o de colisiones, activando automáticamente los frenos si considera que el conductor no actúa como se necesita e incluso aplicando más fuerza de frenada si detecta que con la actuación del conductor no es suficiente.

El aviso de reglamentación emitido por la NHTSA, y que espera pueda ser aprobado a la mayor brevedad posible, propone que esta tecnología se emplee en todos los vehículos pesados tanto en situaciones de baja velocidad, a partir de solo 9 km/h, como de alta velocidad, hasta los 80 km/h.
La NHTSA completa así una tentativa de normativa común, que a finales de mayo ya extendió también a los vehículos de pasajeros y camiones ligeros, augurando que en estos casos se podrían salvar 360 vidas al año. Apoyamos como siempre toda la tecnología que sea capaz de reducir el número de accidentes y de víctimas en carretera.