Como todos sabemos, la DGT es un ente muy vivo, en constante evolución. Y aunque alguna de sus últimas decisiones no ha sido muy aplaudida, como es el tema de las balizas V16, todas las decisiones que toman dentro del organismo de tráfico buscan mejorar la seguridad en todas nuestras carreteras. Por ello es normal que ahora se ponga el foco en los medicamentos, un aspecto que algunos conductores no tienen en cuenta y que puede llegar a ser vital.
Porque hay ciertos fármacos en el mercado que pueden afectar a nuestra conducción de una manera directa. Los efectos pueden ser la disminución de la capacidad de concentración o provocar sueño al volante. Si te suenan estos síntomas, lo mejor es que consultes el prospecto de los medicamentos que tomas habitualmente para ver si encuentras una contraindicación para conducir. Tu vida y la de los que te rodean están en juego por ello.
¿Qué medicamentos son malos para conducir?
Para tener una perspectiva amplia de cuáles son los medicamentos que no son recomendables para conducir podemos empezar citando a los ansiolíticos y antidepresivos, ya que pueden provocar somnolencia y una disminución en los reflejos. En el mismo saco también podríamos poner a los antihistamínicos, muy comunes en la época primaveral por las alergias y que también producen sueño mientras conducimos.
Podríamos seguir posteriormente con los opiáceos y analgésicos fuertes, que pueden hacernos perder reflejos y la concentración, la insulina que toman los diabéticos pues es propensa a generar hipoglucemias con pérdidas de conciencia, o aquellos indicados para tratar la apnea del sueño.
Con estos medicamentos, adiós al carnet
Ante esta tesitura, desde la DGT estarían estudiando, como publican en El Heraldo, la posibilidad de que a los mayores de 65 años no se les renueve el carnet de conducir en caso de declarar que consumen alguno de los medicamentos antes descritos por prescripción médica y que pueden afectar gravemente a su conducción.
Según la información del medio, deberán poner especial atención los conductores que tengan enfermedades neurológicas como epilepsia o episodios recientes de pérdida de conciencia, también aquellos con enfermedades cardiovasculares como arritmias o infartos recientes o endocrinas como puede ser la diabetes insulinodependiente que no cuente de un control apropiado, así como otras respiratorias como la apnea del sueño.
También se pondrá el foco en las enfermedades mentales en los que entrarían personas con trastornos psiquiátricos, demencia, esquizofrenia o trastorno bipolar. Aunque para todas estas se indica que podrían seguir conduciendo siempre y cuando un facultativo acredite y respalde que esta persona tiene la capacidad suficiente para conducir sin peligro.









