Se trata de las medidas que la DGT va a ejercer contra el preocupante incremento de actos vandálicos contra radares. Esta es una corriente que se ha hecho popular los últimos años, sin ir más lejos, en Francia hubo una época de revuelta en el que los conductores rompían estos radares como señal de protesta.
Caso reciente en España
Hace poco tiempo, un cinemómetro fue atacado por un conductor tras haberle hecho una foto con flash. Este se bajó del coche y golpeó al dispositivo con un martillo a pesar de ya haber sido identificado tanto él como su coche. Más tarde quiso pedir disculpas justificando su acción como un “calentón”.
Coste elevado
Puede que haya alguien a quien le parezca gracioso, sin embargo, el coste de cada radar ronda los 60.000 euros, 15.000 euros de la caja de radar y 45.000 euros de los componentes interno, como cámaras y velocímetros, tal y como ha desvelado el Ministerio del Interior, algo que como es lógico, acaba pagando quien lo haya roto.

Multas
Aquellas personas que rompan un radar, si son pillados, no solo tendrán que pagar el dispositivo del cual ya hemos mencionado anteriormente el valor, sino que además deberán enfrentarse a una multa de 3.000 euros.
No obstante, la Dirección General de Tráfico ha ideado un sistema de seguridad para proteger a los cinemómetros de estos actos vandálicos y harán que sus cajas sean pequeños búnkeres difícilmente expugnables.

Estrategia de la DGT
La Dirección General de Tráfico quiera hacer frente a estos ataques. Por ello, se está apostando por elevar los radares fijos mediante soportes de altura, lo que dificulta claramente la tarea de los que quieran vandalizarlo.
Además, las cajas comienzan a ser blindadas con una estructura de tornillería de aluminio y se van a montar sobre postes. En su interior hay dos ventanas, una frontal y una lateral en las que se suelen colocar las cámaras. Para garantizar su funcionamiento, también se añaden sistemas de climatización. Estas cajas, también equipan cierres de seguridad y los cristales, blindados son de al menos 23 mm de grosor, contando con la resistencia necesaria a golpes u otro tipo de ataques. Por último, la conexión del dispositivo se realiza de manera inalámbrica a través de un sistema satelital de tipo GSM o similar, siendo alimentados por placas solares.