Cuando la mayoría de los países europeos estaban centrados en la campaña electoral por las elecciones a la UE, Turquía se desmarcó de todos ellos anunciando este sábado que subiría los aranceles un 40% a los coches eléctricos que se exportan desde China. Según Europa Press, esta medida ha sido tomada para frenar los intercambios comerciales y podría ayudar a reducir el déficit que tiene actualmente el país euroasiático.
Publicado en el Boletín Oficial turco por el actual gobierno de Recep Tayyip Erdogan, esta subida de los aranceles entrará en vigor dentro de 30 días. El plan es aplicar una tasa mínima de 7.000 dólares (unos 6.507 euros al cambio de hoy) por cada coche que llegue procedente del gigante asiático.

Esta subida de los aranceles por parte de Turquía a los coches eléctricos provenientes de China no es la primera. Precisamente, el pasado año también se subieron los impuestos para dar un mayor empuje a la marca local Togg. Este fabricante, creado en 2018 a través de la unión de varias empresas turcas (Anadolu Group, BMC Turkey, Turkcell, Zorlu Holding y TOBB), comercializa actualmente un SUV (el T10X) y una berlina (T10F), movidos con motores eléctricos que entrarían en competencia con sus rivales llegados del mercado chino.
El mundo está en contra de los coches chinos
Ahora que parece que las marcas de automóviles chinas se han marcado conquistar el mundo con sus productos, porque ya llevaban muchos años fabricándolas para el mercado local, el resto de los países se han vuelto recelosos de sus productos y muchos de ellos tienen pensando aplicar medidas proteccionistas como la anunciada por Turquía.

Uno de los más importantes que se ha pronunciado en este aspecto es Estados Unidos. El Gobierno de Joe Biden tiene planteado subir del arancel actual del 25% hasta el 100% (se estima que serían por valor de 18.000 millones de dólares o 16.720 millones de euros) para todos aquellos vehículos eléctricos procedentes de China el próximo 1 de agosto. Por tanto, irían un paso más allá que Turquía a la hora de aplicar sus medidas.
Luego está el caso de la Unión Europea. El pasado mes de octubre se abrió una investigación para estudiar si el gobierno chino estaba ayudando a los fabricantes de automóviles con subsidios que les pudieran beneficiar en el mercado internacional. También se anunció que analizarían los aranceles antes mencionados de Estados Unidos, pero dado que hubo elecciones ayer mismo, todas estas tareas han quedado un poco paradas. Eso sí, según estudios como los del Instituto Kiel, si se impusiera un arancel del 20% la llegada de coches chinos se podría reducir a una cuarta parte (unas 125.000 unidades).
Mientras tanto, en China todavía no han respondido a todos estos anuncios de subidas de aranceles en sus mercados internacionales. Pero algunos medios han publicado que desde el gobierno chino se podrían aplicar medidas parecidas, subiendo hasta un 25% los impuestos para los coches extranjeros con motores de gran cilindrada, como podrían ser los Mercedes o BMW.