La polémica está, de nuevo, servida. Barcelona mantiene su ofensiva de radares de velocidad por toda la ciudad, con el objetivo de reducir la siniestralidad en sus calles y conseguir que se respeten los nuevos límites de 30 km/h. Sin embargo, sobre los planes previstos, el anuncio ayer de los planes definitivos para este 2022 sorprende con una reducción a la mitad de los cinemómetros prometidos. ¿Cuál es la causa?
El Ayuntamiento de la Ciudad Condal asegura que se trata de una decisión consensuada, no definitiva, para valorar en función de los resultados si posteriormente se instalan todos o no hace falta. Sin embargo, medios catalanes, como El Periódico, sugieren que como trasfondo podría encontrarse el hecho de implantar de manera radical una medida tan polémica para los ciudadanos a poco más de un año de las elecciones municipales.
En cualquier caso, lo que es evidente es que el Ayuntamiento de Barcelona mantiene su estrategia de multiplicar los controles de velocidad en las calles de la ciudad. De hecho, según los datos disponibles, desde que Ada Colau es alcaldesa la Ciudad Condal ha incrementado en más de un 40 por ciento las cámaras de control de velocidad en las calles. Y, como decimos, en este 2022 llegarán también más… aunque sean menos de los prometidos inicialmente.

Nuevos radares en Barcelona: cuáles son y dónde se instalan
Así, la actual concejala de Movilidad, Laia Bonet, ofreció ayer los datos de siniestralidad de Barcelona en una rueda de prensa, en la que aprovechó también para detallar ya el nuevo plan de radares. En él, podemos observar ya cómo se mantienen los 12 radares previstos en entornos escolares, así como los nuevos 4 radares de tramos ya anunciados. Sin embargo, de los 32 radares más fijos prometidos para las calles de la ciudad, finalmente la previsión es instalar de momento solo 5.
Según el plan detallado por la Concejalía de Barcelona, los 4 radares de tramo se instalarán en la Ronda Litoral, en el Túnel de Glóries, en el Túnel de la Rovira y en el Túnel de Badal. Mientras tanto, 12 radares fijos se implantarán en entornos escolares donde la velocidad está limitada a 30 km/h, y los otros 5 radares fijos que quedan se pondrán en marcha en los puntos críticos de alta siniestralidad de la ciudad. Estos son: calle Aragó entre las calles Urgell y Casanova; Gran Vía de Les Corts Catalanes con la calle Sant Roc; avenida Diagonal con la Plaza Pius XII en dirección Llobregat; avenida Diagonal con la calle Numáncia en dirección Besós; Paseo de la Bonanova con la calle Angí en dirección Llobregat.
Cuándo comenzarán a multar los nuevos radares de Barcelona
Los radares comenzarán su instalación este próximo mes de mayo, aunque de momento los fijos y de entornos escolares contarán con tres fases de implementación: en septiembre funcionarán de modo pedagógico, simplemente mostrando en una pantalla la velocidad a modo de información; de octubre a finales de diciembre, los infractores recibirán cartas en casa de momento informativas; y en enero de 2023 ya habrá, directamente, multas y sanciones.
Por su parte, los radares de tramo actuarán con cartas informativas entre mayo y finales de julio para, ya desde el mes de agosto, multar directamente también por exceso de velocidad.
Según los nuevos datos de siniestralidad ofrecidos por el Ayuntamiento de Barcelona, la ciudad registró un total de 7.000 accidentes de tráfico con víctimas, un 23,4% más que durante un año 2020, eso sí marcado por las restricciones de la pandemia del Covid-19. La cifra, sin embargo, es un 24 por ciento menor a la de 2019, año ya prepandemia.