Mal pronóstico el de la industria del automóvil en Europa. Según nuevos datos de S&P Global, las perspectivas para los vehículos eléctricos de batería que debían impulsar las ventas de coches en la Unión Europea en los próximos meses siguen empeorando y se estima ya que su proporción en 2025 seguirá bajando. De este modo, la agencia ha tenido que realizar una revisión a la baja de última hora de la proporción de estos vehículos con respecto a su previsión inicial para el primer semestre de 2025, que era del 27% y pasará ahora a ser de solo el 21 por ciento.
Esta revisión anunciada por S&P Global “se debe principalmente a las condiciones cambiantes del mercado, ya que la demanda de vehículos eléctricos se ve afectada a nivel mundial”. Esta realidad ya nos ha dejado indicadores de lo más preocupantes, como el anuncio de cierres en el Grupo Volkswagen en fábricas de Alemania por primera vez en su historia o la confirmación de miles de despidos en todo el mundo por parte de Nissan. Esto solo en las últimas horas.

Europa se queda atrás de Estados Unidos y China
Pero las previsiones reflejan aún peores pronósticos, ya que esta menor cuota de mercado de vehículos eléctricos de batería para 2025 provocará directamente que sea más difícil que la UE cumpla sus objetivos de emisiones de carbono, causando al mismo tiempo mayores multas en marcas de coches que ya están sufriendo enormemente la ralentización general del mercado.
Ante todas estas realidades que ya sacuden a nuestra industria automovilística, las primeras voces de alarma ya corren por toda la Unión Europea. El ministro de Transportes de la República Checa, Martin Kupka, ha asegurado en las últimas horas que “sin un plan de acción industrial automotriz específico, corremos el riesgo de quedarnos atrás de Estados Unidos y China. La realidad muestra que la UE necesita contar con un sistema más flexible para que los fabricantes de automóviles alcancen los ambiciosos objetivos de reducción de CO2. Deberíamos asegurarnos de que la industria utilice las ganancias para invertir en nuevas soluciones en lugar de pagar sanciones".

La política de descarbonización en Europa está en riesgo
Por su parte, Sigrid de Vries, director general de ACEA, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, alerta también de que "la crisis que se avecina requiere medidas urgentes. Todos los indicadores apuntan a un mercado de vehículos eléctricos de la UE estancado, en un momento en el que se necesita aceleración. Aparte de los costes de cumplimiento desproporcionados. Para los fabricantes de la UE en 2025, el éxito de toda la política de descarbonización del transporte por carretera está en riesgo”.
Para contribuir a una mayor inestabilidad general de la industria, muchas de estas voces también advierten de las consecuencias que tendrá la imposición de los nuevos aranceles de la UE a los vehículos eléctricos producidos en China, ya que se considera que frenarán aún más este mercado. Estas tasas, que gravan ahora con un 18,8% más a marcas como Geely, con un 17% a BYD o con un 35,3% a SAIC, por poner solo algunos ejemplos, provocará según la industria que estos vehículos económicos suban sus precios, desalentando así sus ventas que estaban al alza. La polémica, sin duda, está servida.