Si en los últimos meses nos hemos alegrado de las buenas cifras que se están consiguiendo en la venta de coches nuevos, no se quedan atrás los de segunda mano. Según datos de Ideauto, en el pasado julio se cerraron un total de 218.292 unidades transferidas, lo que supone un crecimiento del 5,5% respecto al mismo periodo del año pasado. Este tipo de vehículos aportan el valor de su menor coste económico o la entrega inmediata, que como vemos atrae a muchos compradores.
Aunque en el tema económico nos llegan datos un poco preocupantes. Según las cifras que maneja el portal coches.net el precio medio de este tipo de vehículos está alcanzando máximos históricos en nuestro país. Para verlo más claro, en julio se registró un incremento del 8,7%, el “mayor de los últimos 30 meses”, lo que sitúa el valor medio en 17.795 euros.

Si hacemos un análisis por motorizaciones, los de gasolina se sitúan en 17.220 euros (suben un 8,3%), mientras que los diésel llegan a los 14.095 euros (crecen un 5,5% interanual). Mientras, los datos de los eléctricos e híbridos los aportan juntos, con un coste de 30.553 euros, aunque en su caso con una tendencia bajista a diferencia de los anteriores del -6,4% respecto al pasado año.
Y es que mientras entre los coches nuevos cada vez hay más opciones con etiquetas Eco o 0 emisiones, en el mercado de ocasión siguen triunfando los más “clásicos”. Volviendo al mismo estudio, los diésel es la opción preferida con el 50,2% del total, seguidos por los gasolina (37,4%), los híbridos en sus diferentes configuraciones (casi el 11%) y dejando a los 100% eléctricos en apenas un 1%.

Los coches de segunda mano que no se venden
Dentro de ese porcentaje tan bajo que todavía hoy representan los coches eléctricos, hay una serie de modelos que son prácticamente invendibles. Así lo han publicado en la Cadena Ser en donde apuntan a que los coches que fueron pioneros en este tipo de movilidad sin emisiones son muy complicados de traspasar de segunda mano por su estado técnico o la duración de su batería.
En muchos de estos casos, estos coches de segunda mano apenas tienen una década de antigüedad, una cifra bastante baja si tenemos en cuenta, según los datos de cochet.net, que el 57,5% de los coches vendidos en el pasado julio superaban los diez años. Y si los particulares huyen de ellos, los concesionarios tampoco los contemplan.

Por citar algunos ejemplos podremos encontrar al Nissan Leaf en su primera generación (la que se comercializó del 2010 al 2017) o el grupo que compartió base y desarrollo como fueron los Peugeot iOn, Citroën C-Zero y el Mitsubishi i-MiEV. Hay que tener en cuenta que estos modelos han tenido que realizar muchas recargas durante este tiempo, pues su autonomía inicial ya era baja, pero es que ahora pueden estar en rangos entre los 50 y los 80 kilómetros, algo bastante escaso. Y claro, si se quiere sustituir su batería el coste será mucho más alto que el valor del propio coche.
Según fuentes consultadas por la radio, los concesionarios de segunda mano reconocen que directamente los retiran del mercado ya que “son chatarra y la gente no los compra, porque un coche sin batería utilizable es un coche muerto”. Apuntando a que generalmente son modelos que fueron matriculados entre el 2011 y el 2014.

Ante esta tesitura ya solo queda trasladarlos a un desguace o recurrir a una de esas nuevas empresas de reciclaje de este tipo de vehículos que está surgiendo últimamente. Las primeras han nacido en Estados Unidos, en donde son capaces de obtener piezas, materias primas o reciclan las baterías, pero parece que en Europa todavía queda un poco de tiempo para que sean notables.