En Autopista.es solemos informarte de forma bastante frecuente sobre todos los cambios y novedades relativos a la ITV. Una de las modificaciones más importantes en la inspección técnica de vehículos en nuestro país entró en vigor el pasado 1 de junio, fecha en las que las inspecciones técnicas españolas pasaron a tipificar como graves dos fallos que antes eran considerados como leves.
Uno de esos defectos considerados ahora como graves es el posible desprendimiento de los espejos retrovisores al no estar bien anclados sobre la base correspondiente. El otro nuevo fallo grave es un defecto en el funcionamiento del sistema antibloqueo de frenos ABS.
Conviene recordar, según señala la web de la DGT, que los defectos graves suponen no pasar la ITV e inhabilitan al vehículo para circular por las vías públicas, excepto para su traslado al taller. Además, es necesario repetir la inspección en un plazo no superior a dos meses.
LO QUE TE PUEDE LLEGAR A COSTAR REPARAR UN FALLO DE FUNCIONAMIENTO DEL ABS
Según los talleres mecánicos que hemos podido consultar, los sistemas ABS suelen ser bastantes seguros y fiables y no suelen presentar fallos en su funcionamiento. Sin embargo, sí que pueden detectarse defectos en su funcionamiento. Por ello, para evitar un susto en la ITV, siempre recomendamos a nuestros lector acudir antes de ir a pasar la inspección a un taller de confianza para realizar lo que se viene conociendo como revisiones de reparación y mantenimiento PreITV. Aquí, el operario del taller realiza multitud de comprobaciones y se puede percatar (en primer lugar, al encenderse el testigo luminoso correspondiente en el panel de instrumentación tras el volante) que en el sistema ABS hay algo que no funciona bien.
Una de las primeras causas de avería o de fallo en el ABS es que alguno de los sensores de la rueda no funciona correctamente (Ver artículo Frenos ABS: ¿qué son, cómo funcionan y para qué sirven?). Para cerciorarse de que es éste el defecto, según recomiendan los talleres mecánicos consultados, lo mejor es que el vehículo se someta al examen de una máquina de diagnosis técnica general del vehículo, algo que puede costar entre 30 y 50 euros, aproximadamente. Si al hacer el primer examen en la máquina de diagnosis efectivamente se encuentra un fallo en alguno de los sensores –porque estén sucios- la factura final en el taller podría incrementarse alrededor de unos 50-70 euros (dependiendo del coste de la hora de mano de obra y si se emplea más de 1 hora en realizar dicha tarea). Por otro lado, también puede ocurrir sencillamente que el propio sensor esté averiado (y no esté sucio), en cuyo caso el coste sí que se puede incrementar hasta los 150 euros, dependiendo de la marca del vehículo.
El caso más extremo y caro para el bolsillo del conductor puede radicar en un fallo del propio software (o programa informático) que controla toda la correcta gestión y funcionamiento del ABS. En este caso, la reparación es mucho más costosa, al tener que cambiar el software y volver a reprogramarlo, algo que podría suponer una factura en el taller de alrededor de unos 1.000 euros.