En este 2024 se cumplen cincuenta años del lanzamiento del primer Volkswagen Golf, el Mk1, en el que justo ha coincidido con la actualización de su octava generación. Pero que mejor para celebrar estas particulares “bodas de oro” que mirar hacia atrás y conocer como se gestó la creación de uno de los auténticos mitos del automóvil.

Un reto muy difícil
En este particular viaje que vamos a realizar para conocer el origen del Golf nos tenemos que trasladar hasta finales de la década de los 60. En esos años, el Beetle se estaba “agotando” como producto pues los años le empezaban a pesar y se había detectado una disminución notable en sus ventas. Además, la configuración del “Escarabajo”, con propulsión trasera, motores bóxer o refrigeración por aire se estaban pasando de moda frente a lo que ofrecía la competencia de la época.
Ante tal tesitura los entonces directivos de Volkswagen lo tuvieron claro: había que crear un modelo completamente nuevo y radicalmente opuesto al Beetle. Un coche de tamaño compacto, que ahora pasaría un segmento B pequeño con sus 3,7 metros, que cambiara sus motores a una arquitectura con cilindros en línea, con la tracción delantera, una refrigeración por agua y un diseño más funcional.

El primer Golf: elegido entre tres prototipos
Partiendo de esas premisas, Volkswagen le encargó a Porsche la creación del sustituto del Beetle. La firma de Stuttgart les presentó el prototipo conocido como EA 266, que destacaba por su carrocería autoportante, su gran maletero y por colocar el motor en posición central, justo debajo de los asientos traseros. Ese quizás fue uno de los grandes motivos para descartarle finalmente, pues para poder realizar laborales de mantenimiento sobre el bloque el acceso era bastante dificultoso. Por esto y su alto coste de fabricación se descartó en 1971, justo cuando estaba listo para producirse en serie y con 50 unidades ya ensambladas.

La siguiente propuesta fue conocida como EA 276, diseñada ya en la sede de Wolfsburgo. En este caso sus formas era completamente diferentes, pero contaba con alguna solución que llegarían al modelo definitivo como el motor colocado en el frontal y que mandaba su fuerza al eje delantero, de nuevo un gran maletero, eje de torsión y a diferencia del otro prototipo, con el depósito de combustible bajo los asientos traseros. Lo único es que el propulsor empleado era el del Beetle, uno de los aspectos que habíamos comentado que se querían cambiar.

El movimiento definitivo fue la llegada de Rudolf Leiding desde Audi. El creador de modelos como el 80 y el 100, que destacaban por sus formas rectangulares, fue el que impulsó el proyecto del Golf realizando el encargo a Giorgetto Giugiaro, que había sido el creador de otros modelos de la marca como el Passat o el Scirocco.
El toque de Giugiaro
El primer encuentro entre Giugiaro y Volkswagen se produjo durante el Salón de Turín celebrado en 1969. Allí, una delegación del fabricante alemán comandada por Kurt Lotz, en entonces máximo mandatario, eligieron los seis coches que más les habían gustado de la muestra italiana y cuanto de ellos los había diseñado el italiano. Por este motivo, apenas unos días después le estaban llamando a la sede de su marca Italdesign para que se reuniera con ellos en Wolfsburgo.
Fue en enero de 1970 cuando se celebró esa reunión en la sede de Volkswagen y Lotz le dio unas premisas claras a Giugiaro: “tienes que diseñar al sucesor del Beetle, nos daremos por satisfechos si su espacio interior es similar y tiene que ser compacto, moderno y con portón trasero”. Incluso ya le entregaron las medidas y los motores que equiparía.

Finalmente sería el italiano el que crearía el modelo definitivo del primer Golf con sus formas cuadradas y un gran espacio interior, comunicándoselo el 12 de agosto de 1970. Aunque sobre el original se realizaron pequeños cambios provocados por análisis técnicos, de la parte financiera y también por las normas de seguridad estadounidenses. Incluso se modificaron las formas de los faros delanteros de cuadrados a redondos porque eran más baratos de fabricar.
El Mk1 destaca también porque había conseguido facilitar mucho su montaje. Contaba con superficies de chapa claras y lisas, pocos puntos de soldadura necesarios o escasos componentes individuales. A esto se unió una gran inversión de 2.500 millones de marcos alemanes en sus fábricas para sentar las bases para los próximos años.
El lanzamiento del Golf y su nombre
Fue el 29 de marzo de 1974 cuando se empezó a fabricar el primer Golf en la planta de Wolfsburgo y apenas un mes después ya se encontraba expuesto en los concesionarios. Con un precio de partida de 7.995 marcos alemanes, el sucesor del Beetle tenía mucha presión sobre él, pero como todos sabemos cumplió con creces. En apenas 31 meses ya había alcanzado el millón de unidades, mientras que el Mk1 se cerró con 6,9 millones. Y el 25 de junio de 2022 salía de la fábrica la unidad 21.517.415 del compacto, superando de esta manera al Escarabajo y convirtiéndose en el modelo de mayor producción de la historia de la marca.

Respecto a su nombre, desde la marca nos cuentan que una de las primeras opciones sobre la mesa fue Blizzard. Otros muchos creen que Golf podría deberse al deporte del mismo nombre y cuya bola decora los pomos del cambio de las versiones GTI. Pero en realidad se debe a una corriente del Golfo, siguiendo la tradición de nombrar a los coches con vientos. Como curiosidad, Hans-Joachim Zimmermann, ex jefe de compras de Volkswagen de 1965 a 1995, también comentó que había un caballo llamado Golf, cuya imagen era sinónimo de “clase superior, elegancia y fiabilidad”.