El coche eléctrico es el futuro… y comienza a ser el presente. Cada nuevo lanzamiento de coche incluye ya, casi por norma general, una gama electrificada y versiones de cero emisiones contaminantes. Sin embargo, con más 90 por ciento del parque automovilístico impulsado a diario por vehículos tradicionales de combustión, ¿hasta cuándo existirán los coches diésel y gasolina?
La Unión Europea ya ha acordado este verano la prohibición de vender coches y furgonetas nuevas diésel, gasolina e híbridos desde el año 2035. Sin embargo, la ley, pendiente de aprobación este otoño, introducía, a propuesta de Alemania e Italia, una importante enmienda: “se explorará la posibilidad de que se puedan matricular motores de combustión impulsados por combustibles sintéticos de cero emisiones. Pero solo si, y solo si, sus emisiones son nulas”.
Científicos americanos presentan su descubrimiento
Pues bien, en las últimas horas no solo los denominados e-combustibles (o combustibles sintéticos) emergen como un posible salvoconducto para los coches de combustión tradicionales: científicos de la Universidad de Berkeley, Stanford y Texas, en Estado Unidos, aseguran haber descubierto un componente sencillo y barato capaz de capturar en este vehículos el dióxido de carbono de los combustibles fósiles y reducir en un 90 por ciento sus emisiones contaminantes. Así, al menos, lo publica ya la revista Science Advances.

Según estos científicos e ingenieros americanos, este material no sería otro que la resina de melanina, un polímero que se emplea como principal componente de la formica y que, según sus investigaciones, podría utilizarse también en chimeneas industriales, tubos de escape de coches y otras fuentes de dióxido de carbono para reducir sus emisiones. Y, además de eficaz, resultaría muy barato.
Este laminado de alta presión, propuesto por el equipo de bioquímicos de las universidades, se encargaría de capturar el dióxido de carbono y es muy sencillo de fabricar, ya que nace de la unión entre polvo de melamina (que cuesta alrededor de 40 euros por tonelada), formaldehído y ácido cianúrico. La unión de estos tres elementos es capaz de absorber el CO2 en una alta eficacia, llegando en determinadas condiciones a reducir las emisiones en un 90 por ciento, según el estudio.
“Este trabajo crea un método de industrialización hacia la captura sostenible de CO2 mediante redes porosas. Esperamos poder diseñar un futuro accesorio para capturar los gases directamente desde el tubo de escape de los coches, dispositivos para los edificios o incluso un recubrimiento para la superficie de los muebles”, ha asegurado Haiyan Mao, investigadora postdoctoral de la UC Berkeley y principal autora del estudio.
El proyecto, aunque todavía en fase de estudio, parece desde luego prometedor. Sometido a diversas pruebas, esta unión de componentes ha sido capaz de absorber casi todo el dióxido de carbono de una mezcla de gases de combustión en 3 minutos. Además han comprobado en laboratorio que se puede utilizar una y otra vez sin que se observe ningún descenso en su eficacia ni a corto ni a largo plazo.