Ya os venimos contando en los últimos meses la intención de la DGT de seguir instalando nuevos radares en las carreteras españolas para controlar la velocidad de los conductores. Y entre estas intenciones, hay una que destaca por encima del resto: desde la DGT se considera que los radares de tramo son los más efectivos en este sentido y gran parte de los actuales y futuros esfuerzos se centran en dotar a nuestras carreteras de este tipo de radares.
Pero ojo, porque no solo el equipo de Pere Navarro tiene entre ceja y ceja estos radares de tramo. Esta semana hemos conocido que hay un Ayuntamiento, el de Barcelona, que tiene previsto instalar cuatro nuevos radares con esta tecnología para el verano. Precisamente el consistorio barcelonés fue noticia hace unos días porque, de los 44 nuevos radares previstos para este año, “tan solo” se terminarán instalando 21.
Y de estos 21, 4 son los mencionados radares de tramo y los otros 17 serán fijos que llegarán más tarde. Respecto a los radares de tramo, estos se instalarán en la Ronda Litoral, el túnel de Glòries, el túnel de Badal y en el túnel de la Rovira. Estos empezarán a funcionar en el mes de mayo, pero no multarán hasta agosto de este mismo año. En este otro artículo te contamos en detalle cómo funcionan estos radares de tramo, que son capaces de registrar la velocidad de los coches en varios carriles en dos puntos diferentes y calcular la velocidad media.
En cuanto a los nuevos radares fijos para las calles de Barcelona, de los 17 que están previstos para empezar a funcionar en 2023, 12 se ubicarán en entornos escolares y los otros 5 irán destinados a puntos de alta siniestralidad en la Ciudad Condal: en concreto, estos últimos irán destinados a la Gran Via de les Corts Catalanes con la calle Sant Roc; la calle Aragó, entre las calles Urgell y Casanova; la avenida Diagonal con la plaza Pius XII, en dirección Llobregat; otro en la avenida Diagonal con la calle Numància, en dirección Besòs; y el paseo de la Bonanova con la calle Anglí, en dirección Llobregat.
Respecto a estos últimos radares fijos, el Ayuntamiento iniciará primero una fase en la cual se avisará a los conductores, mediante pantallas informativas, si se ha superado o no la velocidad máxima permitida. Después, en otoño, pasará a enviarse cartas a los conductores infractores, pero sin multar, algo que empezará a hacerse en enero de 2023.
