Nueva y polémica medida la que llega desde Francia. El gobierno del país galo declara abiertamente la guerra a los coches más pesados, con los SUV claramente en el punto de mira. Las ciudades de Lyon y París serán las primeras en estrenar una nueva tasa de aparcamiento que penaliza a los coches en función de su peso.
Los vehículos con carrocería SUV se han convertido en el ojito derecho de los fabricantes, que ya no disimulan su apuesta por este tipo de coches que tantos éxitos y beneficios les están reportando. Es más, marcas que hace unos años se declaraban completamente en contra de los SUV han terminado claudicando y se han visto obligadas a apostar por este tipo de coches. Hasta Ferrari, Lamborghini o Aston Martin han caído rendidas a los encantos de esta silueta. Algo que, por otra parte, no hacerlo sería estar abocada a un claro fracaso comercial.
Pero los intereses de los fabricantes no parecen estar de acuerdo con los de determinados gobiernos que ven en los SUV una clara amenaza a sus políticas medioambientales. Y los primeros ejemplos nos llegan desde Francia. En el país vecino, las ciudades de Lyon y París van a poner en marcha una tasa de aparcamiento más elevada para aquellos vehículos que declaren más peso en su ficha técnica.
Hasta 45 euros mensuales por aparcar
Lyon comenzará el año que viene y en 2026 le seguirá la capital del país galo. A partir de 2024, en la primera este nuevo impuesto de aparcamiento se dividirá en tres tasas. La primera, denominada “Solidaria”, de 15 euros mensuales para los vehículos de combustión con un peso inferior a 1.000 kilos y eléctricos de menos de 2,2 toneladas, dirigida a familias numerosas y con bajos recursos.

La tasa “Estándar” será de 30 euros y estará dirigida a coches de combustión de 1.000 a 1.725 kilogramos y PHEV de 1.000 a 1.900 kilogramos, mientras que la “Plus”, de 45 euros mensuales, será para vehículos térmicos de 1.725 kilos en adelante, híbridos enchufables que pesen más de 1.900 kilos y eléctricos de más de 2.200 kilos.
Una medida recaudatoria y en contra de todos los coches
Es decir, que no se librarían de ellos vehículos como el Dacia Spring, que declara un peso de 1.045 kg, o un Smart Fortwo EQ, con un peso de 1.095 kg. Por eso muchos defienden que se trata de una medida meramente recaudatoria ya que, además de penalizar a los coches más pesados, esta medida también va en contra de los intereses de cualquier vehículo, incluso de los menos contaminantes como son los coches 100% eléctricos.
El argumento del ayuntamiento de Lyon para defender la aplicación de este nuevo impuesto es que “Los vehículos más pesados tienen un impacto mucho mayor en el clima. Consumen más combustible, requieren más materiales para su construcción y, en el caso de los vehículos eléctricos, necesitan baterías mucho más grandes. (...) Al frenar emiten más partículas finas y ocupan más espacio público, en detrimento de otros modos de transporte menos contaminantes".