La cifra es una barbaridad. Según los datos de la patronal de fabricantes europeos, ACEA, en España los automovilistas pagamos en total, por tener y mover nuestro vehículo, nada menos que 34.100 millones de euros. El dato, así en bruto, puede no impactar demasiado, pero si lo dividimos por automovilista te vas entonces seguramente a sorprender.
Lo que pagamos ya en Impuestos al automóvil en España
Y es que, de media, cada automovilista paga en España un total de 1.148 euros por coche al año. ¿Lo habías calculado? Pues es el resultado de sumar, especialmente, los impuestos que pagamos en cada repostaje por combustibles e hidrocarburos, que se llevan una gran parte de la cuantía, los Impuestos de Matriculación y Circulación, el IVA en la compra del coche, o los impuestos que pagas asociados, por ejemplo, al seguro anual del coche, entre otros gravámenes.

Pues bien, por si no fuera suficiente con ello, en Europa comienzan a salir iniciativas que pretenden establecer nuevas tasas encaminadas a obtener la neutralidad climática. En este caso, y a pesar de que ya se ha escuchado también en la UE la propuesta, es Reino Unido el que ya prepara un borrador para reducir la huella de carbono, y en el que pretende establecer un nuevo impuesto por los neumáticos. Sí, como lo estás leyendo. Pero, ¿por qué?
Así es el nuevo Impuesto a los neumáticos
Según informa hoy El País, este nuevo impuesto se contemplaría como una tasa a la contaminación al entenderse que este elemento de los vehículos es especialmente dañino para el medioambiente, al expulsar partículas nocivas durante su uso y degradación. Entre los compuestos peligrosos que emite se incluirían el zinc y el plomo.
Los neumáticos además están compuestos por plásticos contaminantes también, que figuran entre los más utilizados en el mundo. Así, al menos, lo corroboran estudios como el de la Universidad Abierta de Países Bajos, que aseguraba en 2017 que las gomas de los neumáticos generan hasta un 10 por ciento de los microplásticos que hay hoy en día en los mares.

Además, otros informes también alertan del enorme gasto en combustibles fósiles que se genera en la propia fabricación de neumáticos: producir cada uno requiere de hasta 32 litros de petróleo, mientras que el valor asciende a casi 100 litros si hablamos ya de cubiertas fabricadas para camiones o grandes transportes similares.
Esta misma información advierte también que, según el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido, los neumáticos contaminan más que los tubos de escape de los coches, al genera de media hasta 36 miligramos de partículas por kilómetro, frente a 0,02 mg/km.
Aunque en España ya existe la denominada Ecotasa que pagamos cada vez que adquirimos un neumático nuevo, y que supone un pequeño coste extra que hay que sumar para reducir el impacto ambiental de las cubiertas usadas y desgastadas que llegan al final de su vida útil, nada tiene que ver en realidad con este nuevo impuesto propuesto ya en Europa, ya que en nuestro caso se trata de una tasa relacionada con el reciclaje, y Reino Unido lo que quiere es aplicar un nuevo impuesto a la contaminación en uso.