En un coche con transmisión automática, el convertidor de par puede ser el componente responsable de transmitir la energía del motor a la caja de cambios sin recurrir a un embrague convencional. Esta pieza permite que el coche arranque y cambie de marcha sin intervención directa del conductor, facilitando una conducción más cómoda y progresiva.
Gracias a su diseño hidráulico, este sistema mejora la eficiencia del conjunto motor-caja y reduce el esfuerzo necesario para poner el vehículo en movimiento.
¿Qué función tiene el convertidor de par en un coche automático?
El convertidor de par se encuentra entre el motor y la transmisión. Su misión es actuar como enlace hidráulico entre ambos, reemplazando al embrague de los vehículos manuales. Se adapta a las condiciones de conducción para garantizar un traspaso de fuerza progresivo y eficiente.
Existen dos variantes principales: con sistema de bloqueo y sin él. Los modelos actuales incorporan un embrague de bloqueo para mejorar el rendimiento, mientras que los primeros sistemas carecían de esta función, con pérdidas energéticas más evidentes.
¿Qué diferencia hay entre un convertidor con bloqueo y uno sin bloqueo?
Convertidor de par con bloqueo
Este tipo de convertidor incorpora un embrague interno que conecta directamente el eje de entrada y salida cuando se alcanza cierta velocidad. Esta unión reduce el deslizamiento hidráulico y mejora la eficiencia del conjunto, lo que se traduce en un menor consumo de combustible y una respuesta más directa.
Convertidor de par sin bloqueo
Las primeras versiones carecían de embrague de conexión directa. Esto generaba mayores pérdidas de energía por deslizamiento, afectando el rendimiento y aumentando el consumo. Aunque funcionaban correctamente, su eficacia era menor en comparación con los modelos actuales.

¿Cuáles son las ventajas de un coche con convertidor de par?
Un sistema de transmisión automática con convertidor de par ofrece varios beneficios relevantes:
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Mayor entrega de fuerza: permite transmitir más par motor que un embrague de fricción, ideal para salidas desde parado y pendientes.
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Durabilidad destacada: con el mantenimiento adecuado, su vida útil puede igualar la del propio coche.
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Mantenimiento sencillo: únicamente requiere cambios periódicos del líquido ATF, generalmente cada 60.000 km.
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Mayor confort de conducción: los cambios de marcha son suaves y sin tirones, lo que mejora la experiencia al volante.
¿Qué componentes forman parte del convertidor de par?
El convertidor está compuesto por varios elementos que trabajan en conjunto para transferir el par motor de forma eficiente:
Bomba
También conocida como impulsor, va acoplada al cigüeñal. Gira con el motor y se encarga de enviar el fluido hidráulico hacia la turbina.
Turbina
Recibe el fluido desde la bomba, lo que hace que gire y transmita el movimiento a la transmisión. Una vez completado su ciclo, el fluido regresa al sistema.
Estator o reactor
Redirige el flujo del líquido de nuevo hacia la bomba, evitando turbulencias innecesarias y mejorando el rendimiento hidráulico del convertidor.
Embrague de anulación
Presente en convertidores con sistema de bloqueo. Se activa mediante la unidad de control electrónico (ECU) y crea una conexión directa entre motor y caja a determinadas velocidades.
¿Cómo funciona el convertidor de par durante la conducción?
El sistema se basa en la dinámica de fluidos. Al arrancar el motor, la bomba comienza a girar, impulsando el fluido hacia la turbina. Esta empieza a moverse gracias a la fuerza del líquido, lo que genera la rotación inicial de la transmisión sin necesidad de pisar el acelerador.
Cuando se acelera, la bomba gira más rápido, lo que aumenta la presión del fluido sobre la turbina. A medida que la velocidad de ambos elementos se iguala, entra en acción el embrague de bloqueo para transmitir el movimiento directamente, reduciendo pérdidas.

¿Qué síntomas indican un fallo en el convertidor de par?
Un convertidor deteriorado puede presentar señales que conviene identificar pronto:
Cambios de marcha irregulares
Si hay retrasos al cambiar de velocidad, puede deberse a baja presión hidráulica.
Vibraciones o mimbreo
Movimientos anómalos en la transmisión al acelerar o al circular a velocidad constante.
Pérdida de tracción
Fallos en la transmisión del fluido pueden provocar deslizamientos y falta de respuesta.
Ruidos en la transmisión
Zumbidos o chirridos pueden ser señal de desgaste interno.
Alteraciones en la velocidad del coche
Si la velocidad no responde a la aceleración, puede haber un fallo en la unidad.
¿Cada cuánto se debe revisar el convertidor de par?
El mantenimiento de este componente es sencillo. Basta con cambiar el fluido de transmisión (ATF) cada 60.000 km o según lo indique el fabricante. Utilizar el tipo de aceite adecuado y mantener el nivel correcto ayuda a prolongar la vida útil del convertidor y a prevenir averías.