Si no eres residente en el centro de Madrid y no tienes un coche con etiqueta medioambiental, no podrás entrar a la nueva zona Madrid Central a partir del próximo 23 de noviembre. Si eres residente pero no tienes una etiqueta medioambiental, no podrás hacerlo a partir de 2025, así que te tocará cambiar de coche o transporte. Estas son los pilares principales de un proyecto que pretende dejar del centro de Madrid a los coches más contaminantes en siete años.
Madrid Central es el proyecto creado por el Ayuntamiento de Madrid para hacer del centro de la capital un lugar más limpio. Para ello, a partir del 23 de noviembre entrará en funcionamiento una gran APR (Área de Prioridad Residencial) limitada por las calles Princesa, Bailén, Ronda de Segovia, Ronda de Toledo, Ronda de Atocha, Paseo del Prado, Paseo de Recoletos, Génova y Alberto Aguilera.
En mes y medio, la circulación en el centro de Madrid se va a restringir hasta el punto de que quien no tenga un coche con etiqueta medioambiental no podrá acceder, a menos que sea residente o esté invitado por éste. En una primera fase, la Policía Municipal se situará en los lugares de acceso para controlar que los vehículos más contaminantes no crucen la doble raya roja pintada en el suelo, que servirá como perímetro zonal.
Sin embargo, no será hasta febrero cuando el control se realice mediante cámaras y comiencen a expedirse las primeras multas para aquellos que crucen la línea roja, la que separa Madrid Central del resto de la ciudad y la que deberá ser inquebrantable para los vehículos de gasolina y Diesel anteriores a los años 2000 y 2006, respectivamente.
Madrid Central, el calendario según las etiquetas
Como decimos, los accesos a Madrid Central van a estar limitados en función de las etiquetas medioambientales, pero también en lo relativo a si somos residentes, invitados, proveedores de comercios, taxistas o tenemos movilidad reducida.
Los primeros afectados serán los no residentes. A partir del 23 de noviembre, su acceso sólo se permitirá si tienen pegatina medioambiental de la DGT y, teniéndola, los propietarios de un vehículo B o C sólo podrán rebasar los límites si es para acceder a un garaje o aparcamiento (público o privado). Los que cuenten con la pegatina ECO podrán, además, aparcar en zona SER por un máximo de dos horas y aquellos que tengan un coche Cero emisiones no contarán con ningún tipo de restricción.
Las motocicletas con pegatinas ECO o Cero emisiones tampoco tendrán ninguna restricción ni de movimiento ni de aparcamiento pero aquellas que posean una B o una C sólo podrán circular y estacionar libremente entre las 7:00 y las 22:00 horas. Fuera de este horario su destino deberá ser un aparcamiento o un garaje. El paso para aquellas que no tienen etiquetas estará prohibido.
Los siguientes en contar con mayores problemas para entrar en Madrid Central serán los invitados por los residentes. Está previsto que éstos no tengan ningún tipo de restricción para moverse si cuentan con pegatina medioambiental (aunque tendrán que aparcar en el barrio de la persona por la que han sido invitada) aunque no podrán hacerlo aquellos que no tengan etiqueta a partir de 2020.
En cuanto a los residentes y a las personas con movilidad reducida, ambos grupos contarán con el mismo calendario. Estas personas tendrán que contar con un coche con pegatina medioambiental a partir de 2025 si quieren entrar en el interior de Madrid Central, ya que más allá de esa fecha, quienes tengan un coche de gasolina anterior al año 2000 o Diesel anterior a 2006 no podrán acceder al centro de Madrid.
En cuanto a los profesionales, los proveedores de los comercios cuentan con una normativa propia que establece distintas restricciones en función de distintos criterios, como la masa del vehículo o el combustible utilizado. Los taxis y VTC, por el contrario, necesitarán tener pegatina medioambiental a partir de este 23 de noviembre si quieren trabajar en el interior de Madrid. Sin embargo, los planes de renovación de vehículos para los taxis hacen que carecer de etiqueta medioambiental sea una auténtica rareza.