Hace un año y un día que nuestro país vivía un momento histórico, la entrada en vigor del Estado de Alarma y, con él, un confinamiento domiciliario que cambió por completo nuestra relación con nuestro entorno. Daba inicio una crisis provocada por la Covid-19 que se ha extendido más de un año y que no tiene un horizonte definido.
En España, las consecuencias de la pandemia a nivel laboral han sido claras: un aumento del teletrabajo, un aumento de las compras por Internet y, también un aumento del ahorro de las familias, que miran con recelo a los próximos meses, y muchos domicilios que se tienen que enfrentar a los temidos ERTES y ERES, con su correspondiente grado de inestabilidad laboral.
Y en medio de esta tormenta, que ha provocado un descenso de la producción automovilística en Europa de un 22,3 por ciento, el sector automovilístico español tiene que afrontar la subida de precios derivada de la implantación definitiva de los exámenes de emisiones WLTP, con un encarecimiento de los precios que pone aún más trabas a la recuperación de un sector clave en España.

Así está la situación europea
Como decimos, la producción de coches en Europa ha descendido un 22,3 por ciento. Es decir, en el Viejo Continente se han fabricado cuatro millones menos de unidades en 2020. Si en 2019 salieron de las fábricas europeas 18,17 millones de vehículos, en 2020 esta cifra se estancó en 14,13 millones de unidades. El descenso dentro de la Unión Europea se acentúa un poco más, con una caída de la fabricación del 23,3 por ciento.
Y, pese a todo, España ha conseguido situarse por debajo de la media europea, tanto la continental como la comunitaria. En nuestro país, la fabricación de automóviles cayó un 19,5 por ciento, lo que supone 1,75 millones de vehículos menos saliendo de las plantas españolas. Esto ha permitido a nuestro país seguir siendo el segundo mayor fabricante de vehículos del continente, sólo por detrás de Alemania que, pese a que cayó un 24,3 por ciento, consiguió ensamblar 3,4 millones de automóviles.
Todos estos datos aportados por la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) contrastan con las cifras que se han recogido en Estados Unidos y Asia. En Estados Unidos la caída en la fabricación de automóviles quedó en un 20,4 por ciento, mientras que Asia consiguió frenar la caída en el 12,3 por ciento. Y la caída más llamativa es la de China que, pese a todo, sólo fabricó un 6,4 por ciento menos de automóviles que en 2019.
¿Qué pasa en España?
Como hemos visto, si bien el descalabro en la fabricación de vehículos en nuestro país ha sido muy grande, aún se encuentra lejos de cifras como las francesas, con retrocesos en la producción de un 45,8 por ciento. Y, aún así, el sector pasa por muchas dificultades.
Como puedes imaginar, el sector del automóvil en España no sólo vive de la exportación de vehículos, también es necesario que las ventas de nuevos vehículos se animen y, quizás, aquí es donde más dificultades está pasando el sector. En 2020 las ventas cayeron un 32,3 por ciento en nuestro país. Y los primeros meses de 2021 ofrecen datos aún peores, pues fueron los últimos meses antes de un cierre que provocó una caída en las ventas en más de un 96 por ciento durante el mes de abril de 2020.

Un año después del cierre, el futuro de las ventas de coches en España no pinta bien. A la entendible reticencia de los consumidores debido a la crisis económica y laboral de nuestro país hay que sumar un aumento en los precios con la entrada del nuevo ciclo de emisiones WLTP. Estos exámenes son más exhaustivos y han elevado el volumen de emisiones certificadas de la mayor parte de los automóviles, lo que ha provocado que muchos escalen al tramo superior en el Impuesto de Matriculación.
Como te contamos en este artículo, sólo dos modelos de entre los 10 más vendidos han mantenido su precio con la llegada del nuevo año. El resto de vehículos, se calcula, ha aumentado su precio en más de 800 euros, por lo que desde asociaciones como Ganvam han pedido al Gobierno que recalcule los tramos del Impuesto de Matriculación para absorber este sobreprecio y anime a la compra, como han hecho otros países de nuestro entorno.
Según Ganvam, si esta tendencia en la compra no se revierte, se llegará a las cifras que ya vimos entre 2008 y 2012. En este periodo de dura crisis económica en España se vendieron 475.000 unidades menos de las esperadas, unas cifras que se asemejan a las 100.000 unidades que Ganvam calcula que dejarán de matricularse en nuestro país este año.
Si sus previsiones se cumplen y la venta de automóviles no se recupera, la asociación de vendedores anuncia que podría suponer el cierre de unas 2.000 pymes y la pérdida de 50.000 empleos relacionados con el automóvil en nuestro país.