En unos días, el 10 de Noviembre, los españoles tendremos que volver a votar en unas elecciones generales. Será la cuarta vez en los últimos cuatro años, lo que se traduce, sin duda, en una situación complicada, de inestabilidad política y de incertidumbre para nuestro país. El sector del automóvil no puede escapar tampoco a estos problemas, y lo hace además en medio de un proceso de transformación tecnológica, pero también de presión asfixiante sobre su impacto medioambiental. Y al final, son los fabricantes, los conductores y los ciudadanos los que terminan siendo los mayores afectados.
La inestabilidad política de los últimos años, con la legislatura del PP interrumpida por la moción de censura vivida hace año y medio, el corto período de Pedro Sánchez y el PSOE justo después, la repetición de unas nuevas elecciones generales y, además, la no aprobación de los últimos Presupuestos Generales del Estado, ha provocado que el sector automovilístico español haya estado prácticamente parado en estos últimos años. Y esto, queramos o no, ha impedido tomar decisiones vitales.
Decisiones que permitan, cosa que no ha pasado todavía, una apuesta firme por la movilidad eléctrica (y por “resucitar" el interés por la tecnología actual del diésel, como piden muchas asociaciones y algunos partidos políticos) y por la renovación del parque automovilístico español, cuya edad media supera ligeramente los 12 años. Y mientras tanto, se espera que las cifras de ventas de coches al final del año caigan un 3 por ciento respecto al 2018, mientras que las fábricas de nuestro país han producido menos, en un porcentaje similar a la caída de ventas, que el año pasado.
¿Qué pasará con el diésel?
El diésel ha estado en boca de todos en los últimos años. Sin embargo, como comentábamos en otros artículos, todavía tiene muchos argumentos a favor (siempre hablando de los modelos actuales): su tecnología es cada vez más eficiente y limpia, con niveles de emisiones de CO2 claramente inferiores a los de gasolina (cuyas ventas en España superan el 50 por ciento) y de NOx (óxidos de nitrógeno) casi a la par. Además, el diésel será importante para los fabricantes para cumplir con los límites de CO2 que marcará Europa a partir del 1 de enero de 2020.
Mientras que la tecnología de coches eléctricos no despegue, el diésel actual juega un papel fundamental para los fabricantes… y para los conductores, que tienen en ellos un tipo de vehículo que ofrece buenas prestaciones en aceleración, mejores consumos que la gasolina y que se hace ideal para los largos desplazamientos.
El Gobierno socialista, con Teresa Ribera (foto superior) como Ministra de Transición Ecológica, empezó a mandar avisos de que los vehículos de combustión tendrían “fecha de caducidad" en España: 2040. Y además, que se implantaría una nueva fiscalidad al diésel, de cara a que el litro de combustible se equiparase con el de gasolina.
Sin embargo, el discurso parece haberse “relajado" en los últimos meses y en los propios programas electorales: el equipo socialista ya ha confirmado que no se iba a prohibir la venta de coches diésel y gasolina en 2040, y la propuesta fallida de Presupuestos Generales ha echado abajo el cambio de fiscalidad del diésel, que acabaría subiendo el precio del litro en las gasolineras (en el programa electoral del PSOE tampoco figura este apartado de forma directa).
¿Qué proponen otros partidos?
El único partido político que, en su programa electoral, habla directamente de “aliviar" la presión sobre el diésel es el Partido Popular: hablan de querer “eliminar las restricciones indiscriminadas a los vehículos diésel". VOX sigue una línea similar y pide que el proceso de descarbonización no vaya “en detrimento del empleo y la industria de las empresas españolas", teniendo “en cuenta todos los intereses".
Eso sí, tanto el equipo del PP y de VOX como el resto de partidos candidatos al 10N recalcan la importancia de afrontar la transición hacia el reto de la electrificación, ya sea hablando de ayudas a la adquisición, mejora de la infraestructura, inversiones para mejorar la tecnología de las baterías (Unidas Podemos), la renovación del parque móvil y “el transporte público" (Ciudadanos),…