Lo sabemos, hay muchos conductores que no son lo cuidadosos que deberían con sus coches, pues solo basta con observar los neumáticos de algunos que casi parecen ruedas de Fórmula 1 de lo lisos que van. Y el mantenimiento de nuestros vehículos es un aspecto importantísimo, ya que afecta directamente a la seguridad tanto de los pasajeros como también de los otros usuarios de la vía.
De ahí que nos llame poderosamente la atención el informe que acaban de publicar los principales fabricantes de componentes en España agrupados en la patronal Sernauto conocido como “Elige calidad, elige confianza”. De él se ha sacado una conclusión que resulta un tanto preocupante, pues se afirma que el 20% de los vehículos en circulación de nuestro país (si estamos rondando los 34 millones serían como 6,8 millones) lo hacen con deficiencias en un sistema tan importante como el de los frenos.

Señales que nos pueden alertar
Teniendo en cuenta este escenario, desde Euromaster, han querido remarcar tres señales para tener en cuenta y que nos pueden indicar rápidamente que algo no está funcionando del todo bien en los frenos. Por ejemplo, una de ellas tiene que ver con el tacto del freno, pues si empezamos a notar que está más duro de la cuenta o, por el contrario, que se ha vuelto muy blando, es el momento para ir pidiendo cita en el taller.
Vamos entonces con el segundo. Otra señal de alerta con nuestros frenos la podemos escuchar, pues en algunas ocasiones se producen ruidos cuando pisamos el pedal e incluso podremos llegar a sentir vibraciones en el pedal. Estas situaciones nos pueden indicar que probablemente tengamos una deformación en los discos.

Y la última también va de comprobar el comportamiento de tu vehículo. Si cuando intentas frenar en el semáforo o el stop por los que pasas a menudo el coche necesita más distancia para por detenerse por completo también es otra señal de alerta. Aquí lo más seguro es que te toque cambiar las pastillas, pues puede que se hayan gastado o que su material se haya cristalizado por envejecimiento.
Debido al peligro que supone circular con los frenos en mal estado, desde la cadena recomiendan realizar un correcto funcionamiento del sistema de frenado y cambiar siempre a tiempo alguno de sus diferentes componentes como puede ser el líquido, las pastillas o los discos. Y si bien no existe una cifra exacta de kilometraje para cambiar los propios frenos, pues depende del estilo de conducción de cada uno, se recomienda empezar a revisarlos de forma más exhaustiva a partir de los 20.000 kilómetros.
Por últimos nos recuerdan que la peligrosidad de los frenos en mal estado se extiende tanto a los trayectos que se realizan por la ciudad, en donde se producen numerosas y constantes paradas, como en carretera, donde las consecuencias de una frenada defectuosa pueden afectar a otros vehículos, sobre todo en vías de doble sentido.