Hoy os traemos los 3 casos más probables de avería que podéis tener. Además os diremos cómo repararlos para poder continuar la marcha. De esta manera ahorras mucho tiempo ya que no tendrás que llamar a la grúa y podrás solventarlo una vez que hayas llegado a tu destino.
Fallo motor
En este caso nos podemos dar cuenta o bien porque empezamos a notar algo raro en el coche o bien porque nos salte la advertencia de que algo ha ocurrido en el motor. Muchas de estas averías se producen por la rotura o incluso el aflojamiento de alguno de los manguitos del coche. Los manguitos son piezas de caucho que consiguen que el líquido refrigerante vaya del radiador al motor y al revés. Es por ello por lo que si uno de ellos se afloja o se rompe, nuestra marcha puede verse detenida o como mínimo, mermada.
Normalmente este tipo de averías se puede detectar si escuchas sonidos raros en tu motor, especialmente si estos ocurren cuando pisas el pedal del acelerador. Detén tu viaje y ponte manos a la obra. Lo que sí necesitarás será o bien una carraca o bien una llave de vaso. Después deberás localizar dentro del motor la caja de filtro del aire, y en ella los manguitos. Estos están unidos con bridas metálicas. Usa la llave para apretarlas y que no quede suelto.

El mítico pinchazo
Lo primero que debes hacer, y más si es un viaje de largo recorrido, es comprobar el estado de los neumáticos, tanto su desgaste como ver si están hinchados con la presión correcta. No obstante es posible que aun así, por una piedra o el estado del asfalto, acabes pinchando. He aquí cuando tu habilidad entra en juego para poder proseguir la marcha.
Como es obvio lo primer que debes hacer es situar el coche en un lugar seguro, si te da para llegar a una vía de servicio o algún poblado, mejor que en el arcén, aunque si tuvieras que hacerlo en él, con el chaleco y todo señalizado como se debe, no tendría por qué haber ningún problema.
Para llevar a cabo este cambio necesitaremos un gato y las llaves de cruz o tuercas de seguridad de los neumáticos. Primero, usa el gato para elevar la parte del vehículo donde se encuentra la rueda pinchada. Después deberás quitar el tapacubos (en caso de tenerlo) para, con la llave de cruz aflojar las tuercas y así poder quitar los tornillos y extraer el neumático. Asegúrate de comprobar cuando pongas el nuevo neumático que está en la posición correcta, coincidiendo con los agujeros de los tornillos. Cuando estés seguro, apriétalos y baja el coche con el gato. Una vez en el suelo asegúrate de que están bien fijados.

¿Un coche tuerto?
En ocasiones no se le da la importancia que se debería a nivel de seguridad a los faros del coche. Hay mucha gente que deja ir averías de este tipo, pudiendo causar accidentes tanto a ajenos como a ellos mismos.
Si vamos a realizar un viaje, lo suyo es tener claro que todas las luces de nuestro coche funcionan sin problema alguno como bombillas fundidas. Para no molestar a otros conductores, deberemos estar atentos también de que están regulados a la altura correcta.
Como decíamos antes con las ruedas, a pesar de que esté todo perfecto a la hora de emprender el camino, a mitad de él se nos funda cualquier bombilla. Por ello debemos llevar siempre las luces de repuesto en un pequeño maletín en nuestro coche, que casi no ocupa y que nos puede salvar en una situación así.
Si estás en medio de la carretera, para en una gasolinera o en una vía de servicio y tómate un café mientras cargas el móvil ya que deberás esperar a que el motor esté frío. Cuando hayas conseguido esto deberás apagar las luces del coche como es obvio. Además deberás quitar la protección antihumedad y la carcasa que va dentro del reflector de luz. Una vez has hecho esto, deberás desconectar el conector del casquillo de la bombilla mientras la sujetas presionando los clips metálicos que se ubican en sus laterales.
Para poner la nueva, coloca la bombilla tal y como iba la anterior, para eso debes haberte fijado antes.
