Hasta la fecha Estados Unidos ha sido el paraíso para los ensayos de los coches autónomos. Varios fabricantes como Audi, General Motors o el propio Google han aprovechado, no se sabe bien si la permisividad de las autoridades americanas o simplemente el apoyo de sus autoridades, para echar a andar los primeros kilómetros con sus coches sin conductor. El de Google, por ejemplo, se conoce ya de memoria las carreteras de los estados de California, Washington o Texas.
Pero parece que, gracias a la colaboración del Gobierno británico, este escenario está a punto de cambiar. Y es que en el Reino Unido apuestan ciegamente por esta industria y creen que en 2025 moverá cerca de 900.000 millones de libras anuales. Por esta razón, Gran Bretaña acaba de autorizar los primeros ensayos en la vía pública con coches sin conductor, para lo que ha invertido 25,7 millones de euros.
Las pruebas tendrán lugar en las calles de Londres, concretamente en la amplia plaza frente al 02 Arena, el gran coliseo de conciertos de la ciudad londinense, en Bristol, Coventry y Milton Keynes, una ciudad futurista creada al norte de Londres en los años 70.
En palabras de Clarie Perry, la secretaria de Transporte del Gobierno, “Estamos en una etapa muy temprana todavía, pero es un paso importante para situarnos en la punta de lanza de esta nueva tecnología. Los coches sin conductor son el futuro y queremos que Gran Bretaña esté al frente de un desarrollo tecnológico tan atractivo”. Otra de las representantes del transporte en Londres, Isabel Dedring, ha declarado que los coches autónomos estarán en las grandes ciudades dentro de unos años y lo mejor sería probarlos cuanto antes mejor.
Sin embargo, esta apuesta ciega de las autoridades británicas por el coche autónomo parece que no convence a la opinión pública de este país. El 43 por ciento de los ingleses rechazan que los coches sin conductor circulen por las carreteras y uno de cada cuatro asegura que no se subirían a uno de ellos.
En España hace unas semanas un coche autónomo recorrió los 600 kilómetros que separan Vigo de Madrid. Se trataba de la primera vez que un vehículo sin conductor circulaba por las carreteras de España, tras la aprobación en noviembre de 2015 por parte de la DGT de las pruebas de vehículos autónomos en vías abiertas al tráfico.
A pesar de que los expertos creen que faltan todavía unos diez años para que sea una realidad en las carreteras, el coche autónomo poco a poco se va haciendo un hueco, no sólo en los planes de los fabricantes, también entre el tráfico de las ciudades.
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