Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán”

A pesar de que no llegará hasta mayo de 2019, ya hemos podido probar brevemente el nuevo Volkswagen T-Cross, el segundo SUV del Grupo con plataforma MQB A0 tras el Seat Arona.

Miguel García-Vidal

Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán”
Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán”

Tras debutar en el mundo SUV en 2002 con el gran Touareg, triunfar en el segmento de los compactos con el Tiguan y atreverse con un modelo tan pasional como el T-Roc, antes de que finalice el año Volkswagen enriquecerá su oferta aún más con este nuevo T-Cross. Un SUV del segmento B derivado del Polo, con el que comparte la plataforma MQB A0, muchos de sus motores y soluciones técnicas. Es la propuesta de la marca de Wolfsburg a lo que Seat ofrece con el Arona o más tarde hará Skoda con un derivado que, según nuestros colegas alemanes de Auto Motor und Sport, se llamará Polar.

Aún camufladas en su frontal y trasera, las unidades probadas brevemente corresponden a las de validación final, por lo que antes de que lleguen las versiones de producción habrá cambios de puesta a punto. Pese a ello, podemos hacernos una idea muy aproximada de cómo lucirá el T-Cross. Con una amplia parrilla, estilizados faros —que pueden ser halógenos con lámparas H7 o de led—, unos característicos antiniebla con gran presencia en la zona inferior del paragolpes así como amplios pasos de rueda.

Volkswagen T-Cross, mucho más de lo que parece

Al igual que sucede con el Golf entre los compactos, con 4,11 metros de longitud este Volkswagen T-Cross se configura como uno de los más cortos de su categoría mientras aspira a estar entre los de mayor habitabilidad. Frente a un Arona mide 3 cm menos, unos 9 frente al futuro Polar y 13 si lo comparamos con el T-Roc. Para los mercados asiáticos y sudamericanos existirá una versión alargada en 9 cm que no está previsto que se comercialice en Europa. Su altura de 1,56 m lo sitúan ligeramente por encima de la media, y la anchura, con 1,76 m se reduce en 2 cm respecto al Arona. Su amplitud interior recuerda a la del modelo español, es decir con una grata sorpresa al comprobar que parece mucho más grande por dentro de lo que sugiere su imagen por fuera. Se va sentado algo más alto de lo habitual, con la posición de las banquetas delanteras a 597 mm —10 cm más alto que en el Polo—, y las traseras a 652 mm —frenta a 540 mm—, para que los más pequeños tampoco tengan sensación de encajonamiento y los respaldos de los asientos traseros se dividen en dos secciones asimétricas. Pero la gran sorpresa es la banqueta trasera deslizante longitudinalmente en un rnago de 15 cm que permite jugar entre el espacio para las piernas de los ocupantes de las plazas traseras y el volumen del maletero, que homologa ** 385** litros en la posición más retrasada y 455 en la más avanzada** frente a los 400 del Arona (350 litros según nuestro estándar de medición). Además, para cuando se necesita trasportar objetos largos ofrece la posibilidad de abatir completamente el respaldo del asiento del acompañante delantero.

Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán

Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán"

Como en el Polo, opcionalmente la instrumentación puede ser digital, con el «Digital Cockpit» de 10,2", con buena definición y sin reflejos, mientras que la pantalla táctil para manejar el sistema de infoentretenimiento puede ser de 6,5 u 8". Cuenta con cuatro puertos USB, dos para las plazas delanteras y otros dos para las traseras, así como cargador inalámbrico para smartphone.

Volkswagen T-Cross: los motores del nuevo SUV

Aún tardará bastante en llegar a los concesionarios, hacia el mes de mayo de 2019, momento en el que permitirá escoger entre tres motores de gasolina TSI, el 1.0 tricilíndrico con 95 y 115 CV y el 1.5 TSI Evo de 150 CV con sistema de desconexión selectiva de cilindros, ambos con filtro de partículas para motores Otto. En Diesel la oferta se reduce al 1.6 TDI de 95 CV, aunque como sucedió en el Arona no tardará en llegar la variante más potente de 115 CV. El cambio puede ser manual de 5 o 6 velocidades y, en todos ellos como opción, el automático DSG de 7 relaciones con dos embargues monodisco en seco.

Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán

Volkswagen T-Cross: a prueba el “Seat Arona alemán"

Todas las versiones serán de tracción delantera, con un claro enfoque asfáltico. Se siente ágil y fácil de conducir, con una amortiguación algo menos firme que en el Arona pero sin ganar calidad de rodadura, donde ambos sobresalen respecto a otras creaciones de la categoría. No estarán disponibles ni siquiera en opción la tracción total o sistemas de ayuda electrónicos específicos para campo, pero sí podrá tener amortiguación adaptativa. Serán amplias las posibilidades en cuanto a asistentes a la conducción, entre los que sobresalen: el sistema de vigilancia «Front Assist», el de protección proactiva (que cierra ventanas, techo y pretensa cinturones ante un accidente inminente), de mantenimiento de carril, de aviso de salida del carril, de detección de peatones, cambio automático entre luz de cruce y de carretera, de vehículos en el ángulo muerto, de aparcamiento con alerta de tráfico cruzado trasero… Y muchas más cosas que conoceremos cuando a finales de año desvele sus formas definitivas en la «presentación mundial» de un modelo que, al igual que el Polo, saldrá de la factoría que la marca tiene en Landaben (Navarra).

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