A lo largo de estos últimos meses seguro que habrás "visto" este nuevo motor por aquí en más de una ocasión —desde que se estrenó el nuevo motor 1.3 TCe, y en su última evolución con filtro de partículas, lo hemos probado en Mercedes Clase A, Nissan Qashqai o Renault Kadjar—; como intuyes, se trata de un desarrollo más de la Alianza Renault-Nissan junto con Daimler, motor que acaba de acoger ahora el Renault Mégane para reemplazar a sus anteriores TCE de 1,2 y 1,6 litros, y versión que, por primera vez, nos permite comprobar cómo va este motor ligado a una caja de cambios manual.
Cómo no, también Renault ofrece en el Mégane el doble embrague EDC, que visto cómo va en el Kadjar, resulta ser una combinación magnífica, incluso superior al tándem 1.5 TSi junto con el DSG/7 en algunos modelos rivales —especialmente, en los más voluminosos SUV—. Y si citamos a este motor del Grupo VW no es meramente por capricho, sino porque hasta el momento era y sigue siendo en este nivel de potencia uno de los motores de referencia; también justo reconocer el buen equilibrio y rendimiento que ofrecen propulsores teóricamente más "clásicos", como el 1.4 T-GDi de Kia y Hyundai, con 140 CV, o el prometedor 1.5 EcoBoost de Ford, su nuevo tres cilindros de 150 y 182 CV, de momento, probado sólo el primero de ellos con la nueva caja automática de 8 velocidades que, creo, no deja explorar las verdaderas posibilidades del motor. Sobre ellos, cabe citar también la explosividad del 1.5 VTEC Turbo del Honda Civic, aunque con 182 CV, es cierto que juega en otra liga.
PRESTACIONES | Renault Mégane 1.3 TCe 160 CV GT Line |
Acel. 0-100 km/h | 8,89 s |
Acel. 0-400 m | 16,15 s |
Acel. 0-1000 m | 29,47 s |
Sonoridad 120 km/h | 69,15 dBA |
Sonoridad 140 km/h | 72 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 70,08 m |
Peso en báscula | 1.305 kg |
Renault Mégane 1.3 TCe 160 GT Line: juega tus números
De momento no hemos tenido ocasión de medir, pero sí conducir —en concreto, en un Qashqai—, la versión de 140 CV de este mismo TCE de 1,33 litros, y dejando a un lado la prestación pura, apostaría a que es todavía más suave que el de más potencia, careciendo únicamente de la buena consistencia que tiene el TCE/160 en la zona final del cuentarrevoluciones. Razón más que suficiente para echar cuentas de economía doméstica, y no sólo porque el TCE/140 cueste 1.000 euros menos que el de 160 CV, sino porque el primero está disponible en acabados más básicos —desde el Limited, por 19.688 euros— y menos equipados que el GT-Line —con más valor añadido no sólo en dotación, sino también en afinación de chasis—, el primero que da cabida al TCE/160: ambos extremos plantean entonces una diferencia de 4.000 euros. En el caso de la caja EDC, su sobrecoste es de unos más que razonables 1.500 euros, dispone de una relación de cambios muy bien escalonada, es tan rápida como suave y, además, consigue también que el Stop&Start funcione mejor que en la caja manual, mejorado, pero no del todo afinado. Dicho esto, TCE/140 y EDC creo que es la apuesta ganadora de la gama. Por cierto, pronto llegará el nuevo Clio y aunque todavía no ha anunciado al cien por cien sus motores, está claro que contará también con este propulsor, probablemente en una nueva versión de 130 CV.
CONSUMOS | Renault Mégane 1.3 TCe 160 CV GT Line |
Consumo en ciudad | 6,2 l/100 km |
Consumo en carretera | 5,2 l/100 km |
Consumo medio | 5,6 l/100 km |
Renault Mégane 1.3 TCe 160 GT Line: rendimiento
Si nos lees con frecuencia, conocerás de sobra las características técnicas de este motor, así que vamos directamente al grano. Si hay algo que ya ha demostrado este TCe es que es un motor que gasta muy poco; motores que además de esta cualidad, ofrezcan una capacidad prestacional semejante, sólo está al alcance del citado 1.5 TSi de Golf o León también probados. El aspecto más destacable del TCe/160 es el amplio margen de rendimiento pleno que ofrece, especialmente en la zona inferior del cuentarrevoluciones donde se desenvuelve y respira incluso mejor que el citado motor de VW. Es cierto que su bajo régimen se anima a alrededor de 1.250 rpm, pero incluso por debajo de este límite se permite el lujo de aguantar marchas intermedias o largas en ciudad o travesías sin presencia de tirones, incluso hasta mantener la sexta o quinta en deceleración progresiva hasta pararte en un semáforo, por ejemplo, sin necesidad de sacar la marcha. Su elasticidad no está reñida con una reacción bastante rápida, así que incluso abusando de su elasticidad en trazados muy lentos, puedes cambiar de ritmo —para cambiarte de carril— con gran agilidad. En los recorridos periféricos de Madrid, a ritmos de entre 70 y 90 km/h, he podido rodar en diferentes días con un consumo medio de ordenador —por cierto, marca un 4,6% por exceso— inferior a los 5 l/100 km, cifras ya muy cercanas a buenos Diesel, con cuyos desarrollos de locomotora no te puedes despistar lo más mínimo a estas bajas velocidades. En el otro extremo, también meritorios 13,8 l/100 km máximos en conducción deportiva, dato tal vez anecdótico por la tipología de coche que es, pero que corrobora la eficiencia del motor, beneficiado también por la ligereza del Mégane.
ESPACIO | Renault Mégane 1.3 TCe 160 CV GT Line |
Anchura delantera | 143 cm |
Anchura trasera | 136 cm |
Altura delantera | 93/100 cm |
Altura trasera | 92 cm |
Espacio para piernas | 71 cm |
Maletero | 410 litros |
En su utilización "normal", sus poderosos y consistentes medios son el mejor valor añadido para que este Mégane sume un excelente agrado de utilización, en perfecta sintonía con el equilibrio de chasis que aporta el acabado GT-Line, bien amortiguado para que predomine el confort pero lo suficientemente "sujeto" para gozar de un comportamiento ágil y gran precisión de trayectoria, destacando también la afinación electrónica del ABS en firme rizado o del ESP cuando buscamos los límites. En este acabado y nivel de potencia no es barato, pero sí es un gran coche.
Renault Mégane 1.3 TCe 160 CV: conclusión
Cuánto hace un buen motor en el global del coche, y no porque los motores salientes tuvieran fisuras, sino porque el nuevo TCe es un propulsor brillante en todos los posibles escenarios, aportando agrado, respuesta y eficiencia por igual, consiguiendo que el Mégane sea un coche francamente equilibrado.