Ya te lo habíamos presentado en junio pasado. Ahora, cinco meses después y puesto en carretera, el nuevo Peugeot 408 es un coche que no deja indiferente por formas. Difícil de catalogar, buscando una originalidad que permita diferenciación para el que ya está aburrido de SUV pero la berlina le parece una silueta rancia. Aspecto dinámico, afilado, muy coupé, con mucho ángulo en las formas para transmitir potencia, dinamismo, robustez y las obligatorias protecciones plásticas inferiores contorneando el coche para que te lleve, combinado con sus casi 19 cm de altura de la carrocería al suelo, a un mundo crossover.
El Peugeot 408 es un coche largo, casi 4,7 metros, y con una altura de 1,48 metros que no parece tal ante la longitud de la carrocería. Así logramos mejorar habitabilidades y facilidad de acceso y salida frente a un, por ejemplo, Peugeot 508, aunque esa silueta coupé penalice, además de la visibilidad, tu cabeza detrás si tu altura sobrepasa los 1,8 metros, aunque sin obligarte a tomar una posición muy forzada hundiendo caderas en los asientos traseros, y con buen espacio para rodillas –se nota esa batalla de 2,79 metros-.

Pierde 65 litros de capacidad el maletero frente a la versión de gasolina pura -471 frente a 536 litros-. Interior que te sonará a déjà vue en Peugeot 308, ya conocido, con buenas calidades, diseño muy moderno y representación gráfica en 3D. Si te gusta el formato i-cockpit con volante pequeño –muy práctico y manejable- y pantalla elevada –dependiendo de tu posición al volante quizás te reste información visual-, este 408 es tu coche también desde un punto de vista interior. Como curiosidad te diremos que este interior se diseñó primero para el Peugeot 408 pero que luego se decidió transferir al 308 que saldría antes al mercado.
Peugeot 408: así va el nuevo SUV
Dinámicamente, este Peugeot 408 es un coche muy equilibrado, priorizando en su comodidad y agrado de conducción aunque sin renunciar a efectividad. Ensalzamos, además el trabajo acústico que hace que su rodar sea silencioso aunque rodemos por carreteras reviradas donde exigimos al coche en aceleraciones y frenadas, todo ello combinado en nuestro día de pruebas con mucho viento, aunque el coche apenas se resintió en cuanto a comportamiento, algo que seguramente sí habríamos notado con una carrocería SUV.

Aunque se nos antoja como un perfecto rutero, con un carácter muy familiar –buena alternativa a esos SW que no terminan de cuajar en nuestro mercado-, tiene un punto deportivo interesante –hemos dicho un punto, no que lo sea- que lo hace hasta divertido en curvas, con balanceos contenidos y siempre transmitiendo solidez, aplomo y agilidad pese a esa longitud, apoyándose en una dirección muy precisa que aprovecha los 225 CV de potencia que entrega nuestra variante híbrida probada que en báscula se va casi hasta las 1,8 toneladas de peso.
El coche corre y mucho si quieres en modo sport -7,8 segundos en el 0-100 km/h y 233 km/h de punta- aunque en tu día a día el modo híbrido será el más utilizado. Agradeceríamos en un coche moderno como es éste poder gestionar la regeneración de la frenada con diferentes niveles y no solo dos posibilidades –nos acaba de suceder lo mismo con el Jeep Avenger-. A cambio, podemos reservar energía de la batería para uso posterior como, por ejemplo, circulación en núcleos urbanos. Anuncia 64 km de autonomía eléctrica que se quedarán muy lejos de la realidad en uso normal donde te irás, en el mejor de los casos a 40 km, suficientes, posiblemente para buena parte de tus necesidades.