Mazda CX-3 2.0 Skyactive-G frente a Honda HR-V 1.5 i-VTEC

Uno es seda en movimiento, otro ingenio y funcionalidad. Mazda CX-3 y Honda HR-V te intentarán conquistar por virtudes diferentes. ¿Sabes quién es quién?

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista

Mazda CX-3 2.0 Skyactive-G frente a Honda HR-V 1.5 i-VTEC
Mazda CX-3 2.0 Skyactive-G frente a Honda HR-V 1.5 i-VTEC

Te bastarán una centena de metros para darte cuenta de lo diferente que son los SUV Mazda CX-3 y Honda HR-V, hoy comparados con sus motores de gasolina equivalentes. Y menos tiempo o distancia aún si, ya de entrada, abres el maletero o alguna de sus puertas posteriores. Te darás entonces de cara con el elemento no ya diferenciador, sino el decisivo si entre las prioridades de compra has puesto la "X" en vida a bordo, y más especialmente, en los campos espacio, funcionalidad y versatilidad. Aquí, Honda y su HR-V apenas tiene rivales que puedan ofrecer una calidad de vida semejante en términos de espacio, siendo junto al Skoda Yeti dos de los modelos de referencia en esta categoría de SUV "pequeños".

Honda HR-V: híper espacio

Honda domina la materia, su hermano mayor, el Honda CR-V es un buen ejemplo. Se nota desde el mismo momento que puedes abrir las puertas traseras casi hasta 90 grados y acceder o atar a un niño que vaya sentado en una silla infantil de manera mucho más cómoda que en el Mazda CX-3... O en muchos otros coches de la categoría.

Honda HR-V 1.5 i-VTECSi tuvieras los dos coches delante te aseguro que no te haría falta sacar la cinta métrica. Verás las diferencias a simple vista, porque son enormes. La plaza central del HR-V es una más en la fila trasera, a diferencia de un Mazda CX-3 condicionado por un túnel de transmisión por el que, eso sí, pasa el árbol que mueve el eje posterior de las versiones con tracción total, un activo del que no puede presumir ni Honda en su gama europea, ni muchos otros competidores del segmento. Para mi, es una de las condiciones que exijo a una gama para que un SUV sea verdaderamente un SUV, pero está claro que lo que se está imponiendo no son aptitudes, sino filosofía de vida, diseño y practicidad de uso.

Esa mayor libertad de movimientos que ofrece el habitáculo del Honda HR-V frente a su rival también deriva de los 7 centímetros más de espacio para piernas con los que cuenta, o los 3 adicionales de cota vertical, fruto de una altura de carrocería algo mayor. Aunque lo intuyas, hablamos de coches de longitud semejante, así que tiene mérito lo que ha conseguido Honda de puertas adentro con su reciente SUV HR-V. Aspecto, espacio o ambiente del que no nos podríamos despedir sin hablar de los Magic Seat, sus particulares asientos traseros: no sólo puedes meter alguna que otra bolsa bajo ellos, sino que además se levantan como una butaca de cine para poder meter bajo las plazas traseras objetos que jamás imaginarías que pudieras transportar. Y por si fuera poco, la guinda frente a los escasos 340 litros del Mazda CX-3: un impresionante maletero de 470 litros de capacidad —más otros 105 litros bajo el piso— te ofrecen en el Honda HR-V mucha más polivalencia.

La plataforma del Honda HR-V, mezcla de elementos de Jazz y Civic y con depósito de combustible ubicado en bajo los asientos delanteros, permite tan práctica configuración interior. Pero entonces, ¿en qué materia destaca Mazda con su pequeño SUV?

Mazda CX-3, delicadeza

Muy, muy fino, Mazda transmite sensaciones de puro algodón a través de todos sus mandos, pero especialmente desde los que gestionan cambios de dirección o ritmo: volante y acelerador. Bate récord en ligereza y su dirección es menos directa y asistida, pero más precisa, suave e informativa que la de su rival, por la que llegan a las manos del conductor más asperezas que a la del Mazda CX3. Y la respuesta de su motor es, también, diametralmente opuesta.

Tecnologías enfrentadas, más cilindrada tratada bajo el paraguas Skyactiv para Mazda, frente a un no menos excepcional motor con ese carácter de la mejor Honda de aquellos viejos tiempos, con dos caras claramente diferenciadas por una distribución variable que cambia el tono, respuesta y agilidad mecánica en su progresión. Sobre el papel, rendimiento extraordinario en ambos casos, incluso para un motor Honda en el que ya intuyes que tendrás que conducir muy "al ataque", buscando su potencia y par altas vueltas, pero puestos en dos coche de este enfoque, Mazda resuelve mejor la encrucijada: cuando ya no interesa estirar más su motor, el de Honda empieza a despertar, a empujar de verdad e inundar el habitáculo con una delirante orquesta que, sin temor a equivocarme, no te disgustará escuchar.

Pero reconozco que es mucho más eficiente el talante del propulsor de Mazda. Mejor aceleración y especialmente, mayor capacidad de recuperación permiten una conducción mas fluida, más agradable, más refinada... más premium.Y también más eficiente. Skyactiv es la suma de muchas pequeñas grandes piezas de un puzle que deriva, también, en un coste de utilización algo inferior, fruto de unas cifras de consumo medio algo mejores que los ya de por sí excepcionales registros del Honda HR-V. Pero también creo que es justo dejar claro que desestabiliza mucho más Honda la balanza si pusiéramos individualmente sobre ella el factor motor y el de vida a bordo.

Más contrastes. Hay mayor correlación o afinidad en la línea en la que responden motor y chasis en el caso de Mazda que el de Honda —a decir verdad, la versión Diesel del HR-V con el motor 1.6 i-DTEC resulta mucho más equilibrada que la de gasolina— , coches ambos en los que prima la seguridad, facilidad de conducción y comodidad, no a costa de amortiguaciones exageradamente blandas, aunque sí ligeramente flexibles. De hecho, los CX-3, y muy especialmente las unidades con ruedas de 18 pulgadas, no asimilan tan bien como el SUV de Honda los movimientos verticales bruscos y rápidos de suspensión —sea un bache más o menos profundo o un reductor de velocidad— y aunque los cambios de dirección y apoyo parecen ralentizados respecto a cómo responde el HR-V, la precisión del tren delantero del Mazda CX-3 es mayor y el comportamiento también es algo más lineal que su rival a medida que vas exigiendo más y más a cada chasis.

Es entonces cuando el CX-3, también con plataforma de utilitario —el Mazda 2—, disimula más y mejor que deriva de un coche pequeño. El marcaje es tan férreo hasta el nivel de calcar prácticamente precios, y no bajos precisamente: las carrocerías compactas de sus respectivas gamas son claramente más baratas... y no menos polivalentes, especialmente en el caso de un enorme —en habitabilidad—, más refinado y también más eficaz Civic. Pero Mazda rompe este único punto de encuentro en el que coinciden estos dos SUV aparentemente semejantes, ofreciendo más equipamiento de serie en este acabado —de entre lo de más valor, navegador y faros full led—.

Mazda CX-3 vs Honda HR-VToca análisis, poco si, como te decía al principio, ves y buscas en este formato practicidad de uso, aspecto en el que Honda aporta soluciones en el HR-V que le convierten en uno de los coches de referencia de la categoría, ganando claramente al modelo de Mazda por eliminatoria: el CX-3 no cumple con unos mínimos como coche familiar. Por su tacto mecánico y chasis, es Mazda quien ofrece un producto más equilibrado, pero no con una diferencia tan amplia como para ganar al rival por "KO" técnico. Los puntos, finalmente, deciden a favor del HR-V

En pocas palabras

Aceleración: Srpint o fondo. El dos litros Skyactiv de Mazda es empuje constante, el 1.5 i-VTEC de Honda es estirada frenética. Pero más que cómo estiran, aquí cuentan valores absolutos de potencia o peso. El HR-V no es lento, tan sólo es más rápido su rival. 

Frenada: A la japonesa. Honda, con buena mordiente con sólo acercar el pie al pedal, pero con distancias sólo aceptables. Mazda, con demasiados metros encima y más síntomas de calentamiento que su rival.  

Sonoridad: Molinillo Honda. Y sin embargo, sus cifras son más bajas en valor absoluto. No lo parece así en marcha, y no porque suene mucho, sino porque lo hace "diferente", con muchos "agudos" procedente del motor.

Adelantamientos: Recuperando "a mano". Nos vale para comprar, es una evidencia de que el motor de Mazda tiene más fuerza, pero como atmosféricos que son, hay que quitar marchas cuando toca ganar velocidad, dejar su par al margen y buscar toda su potencia.

Potencia y par: Evidencias. Si el 1.5 i-VTEC ha superado con creces el rendimiento oficial, el de Mazda se ha salido de la tabla. Además de más cantidad, sus caballos son de más "calidad", concentrados desde bajas vueltas. Aún así, es un verdadero placer conducir un motor como el de Honda.

Consumos: Bueno o excepcionalmente bueno. Dos décimas no dan una clara ventaja al uno sobre el otro, porque Honda compensa en ciudad lo que Mazda recupera en carretera. En gasolina, son valores realmente bajos.

Habitabiidad y peso: No hay color. Mazda hace milagros para pesar tan poco. Honda los hace para conseguir un habitáculo con semejante capacidad interior y volumen de maletero. A igualdad de tamaño, en el CX-3 no salen las cuentas... O mejor dicho, los centímetros.

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