Prueba: Jeep Renegade 1.6 Multijet 4x2, la caja mágica

El Jeep Renegade es, entre todos los SUV de pequeño tamaño, el que aparentemente más confianza genera para salir del asfalto, incluso en sus versiones 4x2.

Raúl Roncero. Twitter: @Rron0_autopista / Fotos: Mikael Helsing

Prueba: Jeep Renegade 1.6 Multijet 4x2, la caja mágica
Prueba: Jeep Renegade 1.6 Multijet 4x2, la caja mágica

Descatalogados los SUV compactos Compass y Patriot, Jeep reposiciona el Cherokee y salta a la jungla urbana con el Renegade, primer modelo de la marca fabricado en Europa. Tiempos de cambios en la casa hoy italo-americana, con nuevos proyectos para el año que viene, un 2016 en el que la marca cumplirá nada menos que 75 años y lo celebrará no sólo con ediciones especiales, sino también con la llegada de otro producto totalmente nuevo que desembarcará de lleno en el segmento SUV compacto.

Nuevo rumbo

Toda una leyenda en el mundo offroad, Jeep sigue explorando nuevos terrenos para adecuar mejor su oferta a la demanda y el crossover urbano era paso obligado. Bienvenido Renegade, probablemente el más especial y especializado coche de su categoría. Doce posibles combinaciones mecánicas, versiones de tracción delantera o dos diferentes sistemas de tracción total, cajas de cambio de doble embrague o de convertidor de 9 marchas, además de otras dos manuales... Otros simplifican gama, mientras que Jeep hace justo lo contrario abriendo al máximo el abanico de potenciales clientes.

De las Montañas Rocosas, pista de pruebas de legendarios y auténticos Jeep, a plena civilización. Pero no olvida la marca su verdadera identidad y dota al Renegade de cualidades de auténtico montañista, rematando la gama con una especialísima versión Trailhawk, con más altura libre al suelo, la tracción total pata negra de la gama, un modo adicional en el Select Terrain e incluso una función en su cambio de marchas automático que simula una reductora. Lo dicho, con la excepción del Jimny de Suzuki, probablemente no haya coche más y mejor preparado en su categoría para dejar atrás el negro asfalto.

Hecho sobre arquitectura Fiat 500x y 500L, incluso en su versión de tracción delantera como la de nuestra primera prueba, el Renegade rueda con una solidez inusual que aporta esa confianza extra para afrontar pasos en los que con otro SUV semejante dudarías.  Solidez y confianza que, probablemente fue la que nos llevó a seguir una rota y embarrada pista durante la sesión de fotos en la que demostró la efectividad de su control de tracción, con una inmejorable gestión en el reparto de par, el buen rendimiento de las gomas opcionales que equipaba nuestra unidad de pruebas, así como una característica que esconde el motor y que, en estas condiciones, se convierte en una gran virtud. Me refiero a la fuerza y al mismo tiempo suavidad y elasticidad que ofrece el 1.6 Multijet desde muy bajas vueltas, durante esas primeras 2.500 rpm que distinguen a este "primer" motor del "otro", el que aparece a continuación pasado ese régimen, pudiendo progresar despacio en marchas largas sin saturar al eje delantero, pero garantizando una rápida respuesta.

Jeep RenegadeBuen trabajo mecánico que el Renegade combina con una magnífica amortiguación en la que encontramos componentes de calidad, logrando un deseable control de carrocería con una gran calidad de absorción. 1.460 kilos no son precisamente un peso pluma. Se han conseguido utilizando un 70% de aceros de alta resistencia en la estructura, capó hecho en aluminio y otras peculiaridades como los tirantes de las estabilizadoras traseras de composite. Sobre deslizante barro, tal vez no sean tan determinante la puesta a punto general del coche, pero ya por rapidísimas pistas se intuye ágil, la dirección manifiesta precisión y los frenos la garantía de poder parar casi donde quieres.

Cambio de papeles

Es algo que también rápidamente se confirma en carretera, ya en su papel de turismo. El Renegade transmite alta sensación de seguridad aún cuando su tren trasero tiende a colaborar bajo fuerte transferencia de masas, balancea y cabecea poco y la amortiguación es cómoda, a lo que se suma un habitáculo bien aislado tanto del motor como del exterior, únicamente perturbado por el rozamiento del aire contra la carrocería a alta velocidad. Así lo lee el sonómetro que refleja datos a 140 km/h mejores que, por ejemplo, un Lexus NX300h. También sus excepcionales registros de frenada y tacto de pedal contribuyen a que al Jeep Renegade le puedas dar tratamiento de turismo a efectos de comportamiento, incluyendo un agradable tacto de conducción sólo enturbiado cuando al motor lo sacas de su libro de estilo.

Porque este Jeep no entusiasma cuando toca apurar una tras otra las primeras marchas de su motor: pronto encuentra bache en sus curvas de potencia y para hasta escalar a la zona de sobrerrégimen donde, por mucho que vuelva a progresar para cumplir y superar la potencia máxima declarada a 3.700 rpm, no se encuentra a gusto girando ahí, aunque sí te sacaría de un apuro en caso de una reaceleración de urgencia.  Pero, a cambio, ofrece un concentrado de par a bajo régimen que leves caricias de acelerador se traducen en metros y metros de consistente avance, pudiendo mover con suficiencia una quinta y sexta marcha en condiciones difíciles, algo que también redunda en agrado de utilización... Y en contención de gastos, aunque no son especialmente bajos los consumos del más pequeño de los Jeep, cuyas cifras en nuestros recorridos de carretera y ciudad ensombrecen frente a un más grande y potente Cherokee. A destacar, eso sí, un eficaz dispositivo Stop&Start que devuelve la vida al motor con gran suavidad, aunque no con tanta rapidez.

Cargado de personalidad, con inconfundibles recursos de la marca a lo ancho y largo de una carrocería de formas cuadradas, el Renegade administra bien el espacio interior ofreciendo generosas cotas de anchura y rodilla para los pasajeros de las plazas posteriores. Acceden por un puerta bastante pequeña pero que estira sus bisagras hasta en 80 grados para facilitar el acceso. Luego, es cierto que los asientos son algo cortos de banqueta, pero más que decentes. Delante, si mides más de 1,85 tal vez pueda quedarte algo justa la regulación longitudinal de banqueta —en mi caso, tuve que quitarme la cazadora—, o compensarlo subiendo el asiento. Aunque algo pequeños, el habitáculo está inundado de huecos; hay grandes superficies en plástico rígido aunque todos ajustes son buenos; y su acabado Limited garantiza tanta dotación en confort como en seguridad, aunque a costa de un precio al que, ahí sí, hay que llegar con reductora.

Jeep RenegadeEn pocas palabras

Aceleración: Correcto, sin más. Al motor no le gusta el girar alto de vueltas y el buen empuje inicial deja de ser consistente antes de acercarse a las 3.000 rpm. Por debajo, eso sí, mucha elasticidad.

Cambio: Largos desarrollos que parecen aún más abiertos por la forma en la que el motor entrega el par. Tacto de palanca suficientemente rápido y preciso.

Potencia y par: Inusualmente irregular, con un bache reconocible en su progresión tras el cual entras en unas poco eficaces dos mil revoluciones finales. 

Habitabilidad: Las plazas traseras son bastante anchas, tienen buena cota de piernas o altura y estas puertas abren 80 grados. La banqueta, eso sí, es algo corta.

Frenada: Muy bien en tacto de pedal y brillantes distancias, ayudado por grandes ruedas opcionales de 18". Sobresaliente también su estabilidad durante el ejercicio.

Consumos: No es grande ni excesivamente pesado, pero la aerodinámica deja huella. Los consumos no reflejan la eficiente tecnología y rendimiento de este gran motor Diesel de Fiat.

Adelantamientos: Su mejor arma es el buen funcionamiento mecánico a bajas vueltas y así lo constatan sus ágiles ejercicios de recuperación. Refinado funcionamiento cuando el motor trabaja en su zona de par máximo.

Maletero: No con mucha capacidad —idéntico al de, por ejemplo, un Seat León de 3 puertas—, pero sí con unas formas totalmente regulares. Su piso ofrece dos posibles regulaciones de altura.