Fueron legión y seguro que tuviste uno, ahora se cuentan con los dedos de una mano y el mejor es…

Diésel, sí. Sin distintivo ECO, también. Pero con mucha eficiencia a sus espaldas y sobre todo, con una calidad de ejecución impecable y una dinámica de conducción de la de quitarse el sombrero. Dicen en economía que en el nicho están las oportunidades y el BMW 118d es, hoy por hoy, lo mejor de un reducido pero selecto grupo de competidores.

Raúl Roncero

Fueron legión y seguro que tuviste uno, ahora se cuentan con los dedos de una mano y el mejor es… el BMW 118d.
Fueron legión y seguro que tuviste uno, ahora se cuentan con los dedos de una mano y el mejor es… el BMW 118d.

Benditos Diésel, benditos compactos con esa artillería que les proporciona su elevado par y alto aprovechamiento energético. Qué tiempos aquellos en los que los que, con sus “malos humos”, eso sí hay que reconocerlo,  se convirtieron en legón en nuestras carreteras, tenían incluso aspiraciones deportivas y hacían morder el polvo a potentísimos coches de gasolina a los que desfondaban por sus maratonianas tecnologías.

Pero cómo han cambiado las cosas. Hoy el Diésel potencia, digamos, media, pongamos desde unos 150 CV en adelante, ha huido como la pólvora del compacto clásico, o viceversa y se pueden contar con los dedos de una mano las alternativas que puedes encontrar en el mercado. Lo dicho, si nos ceñimos no sólo a rivales del BMW Serie 1, sino de su interesante versión 118d, los competidores se cuentan con los dedos de una sola mano. A saber. Audi A3 35 TDi, VW Golf 2.0 TDi o Seat León —Cupra no ha llegado a dar el paso al Diésel—. Quien tuvo, retuvo. El grupo VW fue uno de los artífices de la fiebre Diésel.  

BMW 118d
BMW 118d

Pero también Mercedes con su Clase A en su versión 200d así como un quinto modelo que técnicamente deriva del Serie 1 de BMW aunque es mucho más singular y funcional, aunque probablemente, junto con el BMW 118d, también sea el coche más dinámico y divertido del grupo. Nos referimos al Mini Clubman D Cooper. Si quieres más de esos 150 CV que distinguen al primer grupo de turbodiésel, la cosa pinta aún peor en cuanto a cantidad, aunque la calidad está fuera de toda duda: BMW también tiene un 120d de 190 CV, la misma potencia que su único directo competidor, el Mercedes Clase A 220d. Ninguno de ellos tiene distintivo ECO.

Lo más curioso de todo es que ninguno de estos coches pertenecientes al escuadrón de élite tiene distintivo ECO, así que lanzamos una pregunta al aire, ¿Interesa un Diésel C a estas alturas? Claro que sí.. O claro que no. No me puedo poner en tu pellejo. Parece claro que si eres un conductor urbanita que se pasa media vida en la ciudad no va a ser la mejor opción no ya un Diésel, y no porque su distintivo C, sino porque el turbodiésel moderno está ahora, más que nunca, desarrollado y pensado tal como se concibió este tipo de motores en su origen: para viajar largas distancias con el mejor consumo posible, como  herramienta a la que muchos fabricantes, pero BMW en particular le ha sabido dar desde hace décadas un toque de exclusividad.

La verdad Diésel y ECO no atrae demasiado al fabricante. Tienes coches como el Kia Ceed 1.6 CRDi de 48 voltios, un buen coche compacto en líneas generales, pero ni tan potente ni tan aspiracional como lo es el BMW 118d, modelo que vamos a analizar dese 5 puntos distintos: configuración, dinámica de conducción, motor, interiores y satisfacción, que no deja de ser una opinión personal, y sacamos conclusiones.

Las opciones que yo equiparía a un BMW 118d

El BMW 118d no es el más barato del grupo de coches que te he comentado, pero tampoco es el más caro de todos. Si igualamos las transmisiones, todos a caja automática en este caso, el León 2.0 TDi DSG tiene el honor de ser el más barato —también el menos exclusivo—, seguido del Audi A3 con ese mismo motor, en esta caso, bajo la denominación 35 TDi S-Tronic, en ambos casos con posibilidad de elegir afinadas versiones FR o S-Line, respectivamente. Por su parte, tanto el Mercedes Clase A 200d como el VW Golf 2.0 TDi DSG son los más costosos, así que el BMW 118d está en una favorable y competitiva y “cómoda” plaza intermedia, más aún si tenemos lo que tenemos verdaderamente en cuenta es el valor de lo que ofrece a cambio de su precio. así que tanto el 118d está en una competitiva plaza intermedia.

Puestos a configurar esta versión, puedes elegir el cambio manual o el automático Steptronic —un magnifico convertidor de 8 velocidades, mucho más robusto que las cajas de doble embrague que han ido poniéndose tan de moda—. Yo, sin dudarlo y por más que me guste conducir, me quedo con la versión automática; si puedes, añade 350 euros adicionales y monta la Steptronic deportiva, no tanto porque tiene una programación más dinámica, sino porque monta levas en el volante, aunque la palanca de la caja normal tiene manejo secuencial —es algo pequeña y está en una posición demasiado bajas, así que te aseguro que agradecerás tener las levas en el volante—.

BMW 118d
BMW 118d

Mi configuración ideal: un acabado M-Sport que va de cine por equilibrio de amortiguación en general y de chasis en particular eligiendo cualquiera de las llantas de 17 pulgadas que vienen de serie con los neumáticos normales, no los deportivos salvo que tu orientación sea conseguir la mejor prestación dinámica. Va así tan bien, que me ahorraría incluso la suspensión adaptativa y eso que cuesta “solo” 590 euros, un precio bastante interesante

No hay otro compacto con su relación entre confort y efectividad... incluso entre los que tienen menos potencia

Si algo estoy convencido es que hay hay tres aspectos que te van a llamar enormemente la atención de este coche cuanto te pongas al volante: lo cómodo que es, lo ágil que resulta y el aplomo y facilidad de conducción que ofrece, y por extensión, la magnífica integración de todo cuanto afecta a su dinámica y agrado de conducción. No tiene un carácter tan plano como los coches del grupo VW y apostaría los brazos a que el BMW 118d te parecerá un coche más divertido de conducción que cualquier de ellos, en especial el Golf que viene ligado al acabado R-Line. Se siente bastante más ligero que el Clase A equivalente y también que su hermano mellizo el Clubman, aunque como te he dicho, a este modelo le gana fácilmente la partida por versatilidad pura.

Y es que, el BMW 118d es también un perfecto coche de familia para viajar con un altísimo confort a bordo para usar el coche a diario. Y no, no nos referimos a su capacidad, sino a su personalidad. A destacar de su comportamiento, su tren delantero, de esos de acción y reacción gracias a una dirección rápida con ese puntito extra de firmeza para sentir el asfalto, que no el firme. Creo que me entiendes… qué gran trabajo hizo BMW con esta tercera generación, la F40, a nivel estructural.

El aislamiento, control de rebote, filtrado, amplitud de movimientos de carrocería o firmeza de amortiguación son de lo más apropiado para conducir rápido y a su vez, ofrecer una calidad de vida a bordo fuera de lo común. Y pese a ello, es un coche de acción-reacción, muy ágil, pero sobre todo, plenamente “confiable” por ser tan preciso y a su vez, predecible. De los tres coches del grupo VW, el Golf R-Line es el que más se aproxima a este compromiso que ofrece BMW. Mercedes puede ofrecernos un mejor confort pero no tanta calidad de bacheo mientras si algo me gusta del Mini Clubman es, precisamente, su mayor defecto: es un coche más estresante de conducir en el día a día.

BMW 118d
BMW 118d

Un Diésel como ayer, con las necesidades de hoy: limpieza, eficiencia y pegada

Insistimos: cómo ha cambiado el Diésel. Ya sabes que para un motor medio se empezaron a imponer cilindradas más bajas, pero no me refiero a ello. Las restrictivas normas los han asfixiado y aunque son más “limpios” también son, para lo bueno o para lo malo, más suaves, plásticos o untosos. El punto fuerte es que todo ese proceso de normalización de emisiones lo ha sufrido BMW partiendo de un motor que ya en origen era buenísimo… Y la verdad es que así sigue siéndolo

Te voy a reconocer que cuando lo conduce te da la sensación de que es más rápido de lo que reflejan sus fríos datos, que no son para nada malos, por cierto. Cuando un coche de combustión, Diésel además, baja con facilidad de los 30 segundos en los mil metros con salida parada es que hay tiene una prestación dinámica más que considerable, y esas cifras son pan comido BMW 118d.

Pero no es lo que corre lo que te sacará una sonrisa de lado a lado en tu cara, sino la calidad y facilidad con la que lo hace. No es el propulsor con más pegada porque el 200d del Mercedes Clase A es algo más soberbio en este sentido a cambio de ser menos elástico y sobre todo, más perezoso para subir de vueltas. El 2.0 TDi de VAG, en cualquier de los coches que lo monte, es un propulsores verdaderamente solvente y nadie puede negar se eficiencia, pero me resulta un propulsor a todas luces más “soso” que este 2.0 litros de BMW y también con una zona baja de rendimiento y respuesta más comprometedora que te obligará a estar de vez en cuando atento al cambio de marchas. Desde mi punto de vista, el mejor maridaje de este 2.0 TDi se consigue el Golf R-Line, un coche de chasis muy noble y muy eficaz que al igual que el 118d, tiene la virtud de sr también un coche comodísimo en el día a día.

BMW 118d
BMW 118d

Volviendo al motor del 118d, es cierto que es más lineal que años atrás, pero sigue teniendo buenos bajos, buenos medios, y sobre todo, buen alto régimen si es que de verdad te interesa subir el motor a más de 4.500 rpm, algo que dudo. Ejemplar combinado con el cambio manual. Soberbio con el automático. Mueve sus 64,3 km/h en octava marcha con una facilidad asombrosa así que viajas en autopista con el motor en su punto dulce de par.

 Si conduces totalmente despreocupado, cambio y motor te ponen en bandeja gran rapidez de respuesta, suavidad absoluta y un elevado agrado de uso. Si lo tuyo es de conducir más al ataque, el cambio Steptronic también funciona a las mil maravillas y como te he dicho, tienes el motor más completo para conducir de medio régimen hacia arriba. ¿Su consumo…? El mejor valor de referencia es el acumulado desde que salió de fábrica: menos de 6 l/100 km conduciendo suave, normal, deprisa, rápido y muy rápido. Vamos un poco de todo, así que te puedes hacer una idea lo fácil que es conseguir medias de “cuatro altos” o rozando los cinco litros cada 100 km si eres cuidadoso y que difícilmente tendrás pista libre para superar los 7 l/100 km por más que te quieras ir todo lo deprisa que puedas.

BMW Serie 1: el coche más “analógico” de la marca

Es el coche más analógico de cuantos quedan en BMW. Tanto el BMW X1 como Serie 2 Active Tourer, basados en esta misma Serie, tienen ya el ecosistema digital de pantalla panorámica con sistemas operativos más avanzados. A mi me gusta este toque algo más “clásico”, donde no falta la rueda giratoria ni un mando físico para cada función y las pantallas del Live Cockpit divididas. Como soy de los que cuando se ponen al volante lo hacen, precisamente, para eso, conducir con la mayor concentración posible, no me disgusta para nada aunque sí te reconozco que me gustaría que le cuadro de instrumentos fuera más personalizable o contara con una escala de datos más completa. Ahí acaban mis críticas.

La postura de conducción es soberbia, se ve bien en diagonal y bastante bien hacia atrás y me gusta tener esa sensación de que estructuralmente es un coche reforzado, algo que atrás es todavía más evidente. La calidad, impecable… Los materiales me parecen mejores que un Clase A, que siempre puede perecer el coche y marca de referencia en este sentido. También superiores, allí donde el ojo no llega con tanta facilidad, a los de un Audi A3.

BMW 118d
BMW 118d

Atrás no sobra espacio, pero tampoco falta si viajas con dos ocupantes. Como te decía, tal vez puedes tener una primera impresión más agobiante al entrar o salir que, por ejempolo, en un Golf, pero acomodado, viajarás cómodo y suficientemente holgado. Tres, como en la mayoría de coches así, son multitud. El maletero, por su parte, cuenta con los mismos 380 litros que los tres coches del grupo VW, aunque mejor aprovechados por formas en el caso del BMW. Ni el Clase A ni mucho menos el Clubman alcanzan esta capacidad interior.

Y nos queda un último concepto, ¿satisfacción personal? La mía creo que ha quedado claro: me gusta el Serie 1 en general, incluso no le hago feo a un 118i de 136 CV, el motor más básico en gasolina, preferible en este caso a su equivalente en Diésel, el 116d. Lo que parece claro es que si estás buscando compacto turbodiésel con una potencia de 150 CV como mínimo estás renunciando a cualquier distintivo medioambiental que no sea el C, y de ese minoritario y a su vez selecto grupo de coches el BMW 118d tiene el honor de ser uno de los completos en todo sin ser el más caro.

 

BMW 118d

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