Comparativa SUV: Jaguar E-Pace vs Volvo XC40, ¿cuál es mejor?

A tenor de los exitosos resultados cosechados para Jaguar con su F-Pace y Volvo con sus XC60 y XC90, ambas marcas han decidido, casi al tiempo si nos fijamos en sus fechas de presentación, ampliar la familia por debajo. Decisión que otras marcas premium ya tomaron hace tiempo y que les ha reportado grandes beneficios, como a BMW con su X1, ya en su segunda generación, Audi con su Q3 o Mercedes con su GLA, que pronto estrenarán segunda entrega.

Pero uno de los grandes protagonistas entre los SUV compactos premium, como los que hoy nos ocupan, no tiene sangre alemana, sino británica. Hablamos del gran fenómeno que ha supuesto el Range Rover Evoque, del que el Jaguar E-Pace adopta ahora plataforma, propulsores y tecnologías. El Volvo XC40, por su parte, estrena la plataforma CMA (Compact Modular Architecture), que también veremos en el resto de futuras Series 40 o en el prometedor Lynk & Co 01, pero con un tacto que recuerda mucho a los superiores y exquisitos XC60 y XC90. Y es que basta recorrer unos pocos metros para comprobar el carácter que cada fabricante ha tratado de imprimir a su creación, con un tacto netamente deportivo en el inglés… y una clara apuesta por el confort en el sueco.

Jaguar E-Pace vs Volvo XC40: interior y espacio

En sus interiores continúa la misma tónica. En el Jaguar E-Pace, en este equipado y costoso acabado First Edition, que se comercializará durante su primer año de vida, seduce su piel Windsor negra con costuras en rojo, también en salpicadero y parte de la consola central, el techo forrado en símil Alcantara y unos envolventes asientos de contorno variable con ajuste eléctrico con 18 movimientos. A primera vista, también influidos por su diseño y colorido, transmite una sensación de calidad ligeramente superior, pero un examen más detallado nos descubre un plástico duro liso y delgado bajo la instrumentación, pantalla multifunción y consola central.

El Volvo XC40, con una presentación más sobria, también exhibe plásticos duros, pero en menor presencia así como de tipo rugoso, que a la postre le aportan mayor lustre. Sus asientos también cuentan con banqueta extensible, de forma mecánica y no eléctrica como en su rival, al tiempo que aportan gran ergonomía y confort pero sin resultar tan envolventes. La postura de conducción en ambos es buena, con múltiples posibilidades de regulación mientras la visibilidad hacia el exterior es un poco mejor en el sueco, resultando en ambos escasa hacia atrás en oblicuo.

Usabili… ¿qué? El peor fallo de ergonomía lo presenta la palanca de cambios del Volvo XC40. Para algunos ya resultará peculiar su manejo secuencial de derecha a izquierda —como antiguamente en Mercedes—, pero lo que no tiene sentido es su minúsculo tamaño, bajo emplazamiento y hasta ilógico funcionamiento; ya que al carecer de bloqueo tanto para seleccionar directa como marcha atrás requiere un doble toque de palanca. Además, carece de levas tras el volante, que sí son de serie en los R-Design, por lo que ya sólo por ello merece la pena este acabado. Nos gusta mucho más la tradicional del Jaguar E-Pace, que, como debe ser, permite reducir marchas con toques hacia delante y subirlas hacia atrás. Lo que no se entiende es que para manejarlo manualmente desde las levas emplazadas tras el volante haya que situar la palanca en posición Sport o en el pasillo secuencial.

El acceso a sus plazas traseras no ofrece un amplio hueco, si bien el del Jaguar E-Pace no resulta tan angosto. Una vez dentro, el Volvo XC40 ofrece mayor anchura —tanto delante como detrás entre los mejores de su segmento—, exhiben el mismo espacio para las piernas y la plaza central no alcanza por dimensiones y espumado el confort de las laterales. Algo más de espacio también en el maletero del Volvo que, sobre todo, resulta más versátil por su capacidad para compartimentar la carga pero también por los botones para abatir los respaldos de los asientos traseros.

En el Jaguar E-Pace sólo se abaten los respaldos desde las plazas traseras, también en dos secciones asimétricas pero sin portezuela para objetos largos como esquís. Como el Volvo XC40, tiene gomas de agarre y toma de 12V mientras se desmarca con unas prácticas guías con ganchos móviles para estibar la carga. En ambos al abatir los asientos queda una superficie de carga plana mientras bajo sus pisos esconden pequeños receptáculos para triángulos, redes, herramientas…

Jaguar E-Pace P250 AWD vs Volvo XC40 T5 AWD: motores

Nueva corriente. Con la demonización sufrida por los Diesel, cada vez más conductores piensan en el momento de la compra en propulsores de gasolina, incluso aunque sean ya de un respetable nivel de potencia como aquí sucede: con cuatro cilindros en línea de dos litros sobrealimentados por turbo y con intercooler. El Ingenium P250 del Jaguar E-Pace, con 249 CV de potencia, activa todos nuestros sentidos al pulsar el botón de encendido con un estimulante bramido que cesa a los pocos segundos, aspecto en el que el T5 del Volvo XC40, con 247 CV, pasa inadvertido.

Al ralentí los dos motores se sienten refinados, con un bajo nivel de vibraciones, lo que permanece con bajas cargas sobre el acelerador. Es ante grandes demandas cuando cambian de cara. El T5 del XC40 en esas circunstancias se siente más sedoso, pero sobre todo más convincente por su capacidad para subir más rápido de régimen. Además, las sensaciones de aceleración y recuperación que ofrece son muy superiores, como bien refleja el instrumental de medición de nuestro Centro Técnico.

Pero en ello no sólo tiene gran repercusión la eficacia del propulsor T5, que además consume menos, también interviene su peso más reducido y su comunión con el cambio. Ambos son automáticos por convertidor de par, con 9 marchas en el caso del Jaguar y 8 velocidades en el Volvo, que desde cualquier apartado a valorar resulta más convincente. No es tan rápido en la transición de una marcha a otra como el de un X1 o un Q3, pero es tan suave como el primero, lo que le otorga gran confort.

Jaguar E-Pace P250 AWD vs Volvo XC40 T5 AWD: comportamiento

Como fiel reflejo a su diseño, dinámicamente el Volvo XC40 hace una apuesta muy decidida por el confort mientras el Jaguar E-Pace cuenta con un tacto más deportivo, con una amortiguación mucho más firme que no procura gran confort, sobre todo ante los grandes guardias tumbados que como setas en primavera tanto han proliferado. A ritmo tranquilo o rápido, el tren delantero del E-Pace se siente más preciso, pero en conducción deportiva aparecen acusados movimientos verticales de carrocería que, especialmente en el tren delantero, le restan precisión.

En el Volvo, con la suspensión de serie (opcionalmente también tiene una deportiva (262 €) o la variable Four-C (915 €), Adaptative Dynamics para el Jaguar, por 1.258 €, aunque no en este First Edition de equipamiento cerrado), se siente más el balanceo pero sin movimientos de carrocería parásitos ni pérdida de precisión, pese a una dirección que no acaba de convencer por tacto o la información que transmite, con una pequeña mejora en el modo Dynamics. Por cierto, modos a los que se accede más fácil y rápido en el E-Pace.

Así que, en definitiva y en global, damos ganador al Volvo XC40. No es tan atractivo como el Jaguar, especialmente con los equipamientos seleccionados para este duelo, ni su aspecto puede que resulte tan deportivo, pero esta versión gasolina T5 aporta mayor confort, agrado de uso, mayor eficiencia y mejores prestaciones.