BMW X3: superprueba del nuevo SUV en su versión Diesel de 190 CV

El nuevo BMW X3 aporta una elevada carga tecnológica heredada de sus hermanos mayores con los que comparte plataforma. Probamos a fondo la versión Diesel xDrive20d de 190 CV.

Daniel Cuadrado / Fotos: Israel Gardyn

BMW X3: superprueba del nuevo SUV en su versión Diesel de 190 CV
BMW X3: superprueba del nuevo SUV en su versión Diesel de 190 CV

Hoy en día hay que conocer bien un modelo para saber si ha cambiado de generación. La necesidad que tienen las distintas marcas tanto de mantener el aire de familia como por ser continuistas con su producto para mantener el valor residual, y más si funciona bien como es el caso de la nueva generación del BMW X3, hace que en algunos casos a primera vista y sin tener el anterior a su lado, llegues a dudar de si es generación nueva o una actualización

Pero insistimos: el BMW X3 es un SUV nuevo, completamente nuevo, cambia de plataforma y añade una fuerte carga tecnológica que afecta tanto a la vida a bordo como a la seguridad, el comportamiento o la eficiencia. Una vez empiezas a fijarte en su apariencia aprecias detalles en sus formas y elementos que son nuevos y hasta te parece un coche mucho más grande, cercano en tamaño al X5. De hecho, el primer X5 medía 4,66 m con 2,82 m de batalla (4,89 y 2,93 m el actual) y el X3 de tercera generación que ahora probamos mide 4,71 m con 2,86 m de batalla (4,66 m y 2,81 m era el tamaño de la segunda generación X3). 

BMW X3 SUVEl tercer BMW X3 (denominación interna G01) emplea la plataforma modular CLAR, la misma que hemos visto en las Series 5 y 7, de ahí que incluya muchos de los elementos que ya estrenasen sus hermanos mayores. Lo probamos con el motor básico Diesel, el 20d de 190 caballos, que sólo se puede asociar al cambio automático y a la tracción total xDrive.   

ESPACIO BMW X3 xDrive20d 190 CV
Anchura delantera 146 cm
Anchura trasera 142 cm
Altura delantera 91/98 cm
Altura trasera 94 cm
Espacio para piernas 75 cm
Maletero 495 litros

BMW X3: espacio interior

Con los datos anterior, el BMW X3 crece, por tanto, seis centímetros, de los cuales cinco son del aumento de batalla. Es también un centímetro más ancho y dos más alto. Con estas proporciones el habitáculo debería recibir nuevas cotas. Sin embargo ofrece el mismo espacio, que no era nada malo comparado con lo que tiene la competencia directa actual. El trabajo se ha encaminado a ampliar el maletero, que crece en 40 litros, además de mejorar el respaldo trasero, más cómodo y con la posibilidad de reglaje en inclinación (opcional). La calidad interior es idéntica a la vista en un Serie 7 o un Serie 5, con el matiz de la personalización. Dos unidades de X3 pueden ser radicalmente distintas, en función de las opciones que el comprador decida; el listado de opcionales tiene 40 páginas, lo que dice mucho de las amplias posibilidades. Hay muchas cosas apetecibles, unas más recomendables que otras, con lo que, como en todo BMW, hay que contar que al menos el 10 por ciento del precio se incrementa en opciones. Pero esto no es nuevo, ya era así. El portón trasero es eléctrico de serie, algo imprescindible para poder manipular con soltura semejante puerta. También es de serie el climatizador o el necesario control de distancia de aparcamiento, pero ambos se pueden mejorar con elementos como un ionizador de aire (la calidad de aire importa), tres zonas de climatización, perfumador de ambiente integrado o un recomendable equipo de cámaras de excelente funcionamiento que ayudarán a proteger la carrocería y facilitar los aparcamientos. 

Los asientos en el nuevo BMW X3 son cómodos en las cuatro plazas principales. Como también ocurría antes y pasa en coches como el Audi Q5 o el Mercedes GLC, la quinta plaza es ocasional. Hay espacio de sobra pero tiene un respaldo muy duro y hay que hacer contorsionismo con el pie para salvar el espacio que hay entre la consola central y la banqueta trasera, a lo que se une la anchura del túnel central. Los delanteros tienen todo tipo de reglajes, siendo el coche que más puede ampliar el tamaño longitudinal de la banqueta de los que me he subido, que prácticamente son todos los del mercado. El puesto de conducción está totalmente integrado con el salpicadero y la consola central. Esto logra que te sientas en una berlina deportiva y menos en un SUV, algo que personalmente agradezco, eso sí, con la típica postura de conducción SUV de las rodillas con un ángulo cercano a los sanísimos 90 grados que tanto agradece la espalda. 

PRESTACIONES BMW X3 xDrive20d 190 CV
Acel. 0-100 km/h 8,3 s
Acel. 0-1000 M 29,91 s
Sonoridad 100 km/h 64,8 dBA
Sonoridad 120 km/h 67,5 dBA
Frenada desde 140 km/h 71,63 m
Peso en báscula 1.918 kg

BMW X3: su tecnología

El nuevo BMW X3 transmite una alta sensación tecnológica. Entre el display del cuadro digital (367 €), la nueva pantalla central táctil y el control gestual de algunas funciones como el volumen del sistema multimedia, sientes que estás en el coche del futuro, pero ya es realidad. Hay muy buena definición de imagen y todo funciona bien. El cuadro opcional es configurable en dependiendo del modo de conducción (EcoPro, Comfort, Sport o Adaptative) o los gustos del conductor. Hay tantos menús y pantallas que llevaría varios artículos describirlos. El caso es que todo es intuitivo y se informa de todo, desde los grados de inclinación de la carrocería para una conducción todoterreno a los múltiples reglajes del sistema. 

CONSUMOS BMW X3 xDrive20d 190 CV
Consumo en ciudad 7,3 l/100 km
Consumo en carretera 6,2 l/100 km
Consumo medio 6,64 l/100 km

El motor Diesel 20d arranca con suavidad. Está más filtrado en vibraciones que antes; el sonido Diesel no ha cambiado en cantidad, que es poca, pero sí en calidad y eso hace que sea menos perceptible. Utiliza el mismo 20d de la generación anterior, un cuatro cilindros de inyección directa con turbo de geometría variable, que mantiene las cifras de potencia y par (190 CV y 40,8 mkg). Destaca el agrado general de marcha. Una de las cosas que más me ha gustado de este coche es la caja de cambios automática de 8 velocidades, que parece que no existe en conducción tranquila y se vuelve obediente cuando la pasas a modo manual, que apenas lo demanda. En el modo EcoPro hace de conducción a vela cuando levantas el pie del acelerador con suavidad y en el cuadro te va sumando los kilómetros que realizas en punto muerto; en lo que dura un depósito descubres que vas en punto muerto más veces de lo que imaginas, y eso al final es menos consumo, y no por ello la conducción es aburrida. Lo único que hay que tener en cuenta es que en esta situación el motor no retiene, por lo que hay que tener cuidado y anticiparse cuando levantas el pie para pasar por un radar de la DGT o entrar en una curva, ya que mantiene la velocidad; con tocar el freno se engrana la marcha de nuevo. Esta función no está disponible para el modo Comfort y se echa de menos. En el modo deportivo endurece suspensión (opcional), dirección, transmisión y cambia los relojes a color rojo. Tiene un modo adaptativo que estudia el entorno, tráfico y navegador, cambiando automáticamente entre Comfort y Sport dependiendo de la situación. Funciona bien y ayuda a bajar consumo, especialmente en viajes largos, pero tanto cambio acaba por hartar ya que hay variaciones de dureza de suspensión y dirección y se nota; no es problemático pero a mí no me convenció. 

BMW X3 interiorEl nivel de prestaciones es ligeramente más alto y su consumo una décima de litro menor que la anterior generación. De su categoría y potencia es de los que menos gastan, siendo unas décimas más rápido en aceleraciones que antes. Con este motor no demandas más velocidad, que ya es buena. Cómodo en cualquier situación, ofrece cierta agilidad de bastidor; la amortiguación de dureza variable (931 €) parece un extra recomendable. Soporta bien la frenada en apoyo y la tracción total logra que apenas haya pérdidas de tracción, generando una elevada sensación de seguridad. En campo se desenvuelve relativamente bien, aunque su orientación es más pensada para el asfalto, y más en unidades que lleven la doble medida de neumático delante-detrás como en nuestra unidad de pruebas. Su precio de coche de marca premium no se incrementa con respecto a la anterior generación a pesar del aumento de calidad, tamaño y tecnología. 

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