Probar en plena fiebre ecológica tres coches como los de esta comparativa –Ford Focus ST, Hyundai i30 N Performance y VW Golf GTI TCR- y terminar con una sonrisa es todo un lujo. Son tres coches muy buenos. Lo son porque siguen fieles a la filosofía de coche que puedes usar todos los días para ir a trabajar, pero que te saca una sonrisa en cuanto se lo pides. Salta a la vista, pero si además los arrancas, descubres que son diferentes; su sonido, los asientos que envuelven con deportividad, los pedales, la dirección, el cambio con respuesta deportiva… todo acorde con lo que son, GTI’s modernos. Son lo que parecen y cualquiera de los tres te hará muy feliz. Suena a herejía pero no hagas caso de quien te dice que los GTI de antaño eran mejores. Tienen el innegable glamour del paso del tiempo y fueron los primeros, pero ni eran más rápidos, ni más seguros, ni más deportivos, ni ofrecían las sensaciones de los de ahora. Sí, hasta las sensaciones deportivas han mejorado, la diferencia es que los nuevos las ofrecen a mayor velocidad.
El Golf GTI TCR (290 CV) es la última edición deportiva antes de su cambio generacional a la octava saga (ver aquí todas las claves del Golf 8), el Hyundai i30 N Performance (275 CV) es la consagración de la marca surcoreana como fabricante de emociones y el Ford Focus ST (280 CV) llega para dejar en evidencia a los anteriores ST. Llevan motores de cuatro cilindros con turbo, ya no quedan atmosféricos en la categoría. Son tracción delantera con un autoblocante mecánico similar, de discos controlados electrónicamente, suspensión pilotada, potente equipo de frenos y suenan a deportivo. Son lo suficientemente rápidos como para que no te aburras, a la vez que llegan a consumos asumibles cuando no se les exige. Entonces… ¿da igual elegir uno que otro? La respuesta es un contundente no.
Ford Focus ST, Hyundai i30 N Performance y VW Golf GTI TCR: potentes
Ya conocemos la técnica de cada uno por las respectivas pruebas individuales publicadas, sólo puntualizar que para llegar a una potencia similar tanto i30 como Golf ofrecen dos litros de cilindrada frente a los 2,3 litros el Focus; no han querido que este último sea más potente, se lo guardan para el RS, pero no han podido esconder su mayor par. El GTI TCR sólo se vende con el cambio automatizado DSG, de doble embrague y 7 marchas, mientras que los otros los probamos en versión manual de seis velocidades (el Ford ofrece el automático por convertidor de par y 7 marchas en opción, el Hyundai no).
PRESTACIONES | Ford Focus ST Pack Performance 280 CV | Hyundai i30 N Performance (275 CV) | VW Golf GTI TCR 290 CV |
Acel. 0-100 km/h | 6,11 s | 6,31 s | 5,68 s |
Acel. 0-1000 metros | 25,72 s | 25,68 s | 24,81 s |
Vuelta rápida en Circuito INTA | 1:26.04 | 1:27.51 | 1:27.67 |
Sonoridad 100 km/h | 67,6 dBA | 69,1 dBA | 68,3 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 70,5 dBA | 71,2 dBA | 71,5 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 68,46 m | 71,28 m | 76,28 m |
Peso en báscula | 1.472 kg | 1.494 kg | 1.480 kg |
La estética parece convencer a la mayoría en los tres casos; como siempre hay amantes y detractores, pero lo cierto es que se diferencian de sus versiones menos potentes con ciertos toques deportivos que denotan que son algo distinto. Esto se aplica tanto al exterior como al interior o al equipamiento. No faltan unos buenos asientos delanteros deportivos en los tres, firmados por Recaro en el caso del Focus ST. En atasco urbano son cómodos y sujetan bien el cuerpo en conducción deportiva, nada que reprocharles, salvo que dejan poca visibilidad delantera a los que van sentados detrás, algo que probablemente preocupe poco a su conductor. Delante hay espacio similar en los tres, y detrás el Hyundai tiene menos hueco longitudinal; es mejor en Focus y Golf, pero tampoco resulta problemático. A cambio ofrece más maletero, especialmente más que el Focus. La ergonomía es buena en los tres. Los volantes son agradables, el cambio está cerca de la mano, los pedales a la distancia correcta uno del otro y todas las funciones se manejan desde el volante o la pantalla central, que es táctil en los tres casos.
CONSUMOS | Ford Focus ST Pack Performance 280 CV | Hyundai i30 N Performance (275 CV) | VW Golf GTI TCR 290 CV |
Consumo en ciudad | 9,4 l/100 km | 9,1 l/100 km | 9,0 l/100 km |
Consumo en carretera | 7,0 l/100 km | 7,1 l/100 km | 7,0 l/100 km |
Consumo medio | 8,0 l/100 km | - l/100 km | 7,8 l/100 km |
Para las funciones del día a día, los tres cumplen. El Focus apuesta incluso por los comandos de voz, y es en lo referente a la dinámica deportiva donde surgen diferencias. Ofrecen distintos modos de conducción, que afectan a la dureza y trabajo de la suspensión, a la asistencia de la dirección, la gestión del motor, el bloqueo del diferencial, el control de estabilidad, la caja de cambios y el sonido. El más simple es el ST, que con un botón en el volante podemos cambiar de modo, si bien tiene un botón “S" para ir directamente al grano. Con el pack Performance se añade la opción circuito, que hasta desconecta parcialmente el ESP y retrasa su entrada. Algo similar tiene el i30 con su modo “N", sin embargo aporta más personalización, en la que puedes cambiar todos los parámetros uno por uno. Me parece muy interesante, puesto que no siempre se quiere conducir al ataque y se podría ir con todo en modo confortable pero con el sonido de motor “cañero" y el punta-tacón automático, por ejemplo. En un término medio entre la simpleza del ST y la agradable complicación del i30 N está el GTI TCR, con cuatro modos de conducción más un quinto personalizable.
ESPACIO | Ford Focus ST Pack Performance 280 CV | Hyundai i30 N Performance (275 CV) | VW Golf GTI TCR 290 CV |
Anchura delantera | 142 cm | 142 cm | 142 cm |
Anchura trasera | 137 cm | 138 cm | 135 cm |
Altura delantera | 93/100 cm | 95/101 cm | 90/96 cm |
Altura trasera | 92 cm | 94 cm | 96 cm |
Espacio para piernas | 73 cm | 69 cm | 75 cm |
Maletero | 315 litros | 410 litros | 370 litros |
Todos mantienen un nivel similar de confort. En los modos tranquilos son duros pero aceptables para no fatigar. El Hyundai transmite un poco más que los otros dos cuando se circula despacio, suena más, es más duro de suspensión y dirección, pero al poner el modo más deportivo, es el Focus el que toma el relevo de sensaciones; eso sí, a la hora de hacer ruido del que nos gusta, el i30 N es imbatible. Mientras tanto el Golf se mantiene discreto en relación a ellos, y eso que también suena bastante y también se vuelve firme. En la calle el más agradable es el GTI TCR; suena bien, tiene buenas prestaciones, gasta menos y transmite mayor refinamiento en todo, y luego, si quieres correr con él, vuela. Sin embargo, los otros dos no quedan muy lejos. Transmiten mayor rudeza, pero es que esa aspereza es intencionada, ya que buscan sensaciones y ahí es donde el Golf flojea (sólo al comparar); da la impresión de ser un deportivo y gusta, pero es que los otros dos lo hacen más, y también vuelan cuando se les pide. Se viaja agradable y los tres pueden mantener consumos asumibles a velocidades legales, especialmente el VW. Ahora bien, quien busca un compacto deportivo lo hace para tener algo más que una conducción normal en la que los tres aprueban y con nota alta.
Ford Focus ST, Hyundai i30 N Performance y VW Golf GTI TCR: al ataque
Con los modos deportivos conectados se transforma mucho el i30, pero sobre todo el Focus. Con el pack Performance de este último (1.200 €), que te recomiendo si te gusta aprovechar el máximo de tu coche, se comporta como un coche de carreras. Sin llegar a su límite pero en un grandísimo nivel se quedaría el i30 N Performance, al que no hay que añadir nada en opción, sólo apretar el botón N. Aquí, el Golf de nuevo es más discreto. Entramos en circuito en búsqueda del límite de cada coche. El alemán corre mucho, más que los otros dos, el cambio DSG es más rápido que los manuales, y tracciona muy bien en línea recta. Al llegar a la curva frena peor (comprobado en distintas unidades), situación que se complica porque es el que más rápido llega de los tres, por lo que es necesario empezar a frenar mucho antes. Hace bien la entrada y la zaga va aplomada, transmitiendo seguridad y facilidad. De los tres es el más fácil en curva rápida y el más fácil de llevar al límite en general, si bien no es el más efectivo, ya que las lentas se le atragantan y hay que bajar más la velocidad antes de empezar a acelerar. Luego, una vez recto, es un disparo. Estoy seguro de que en un circuito más rápido que nuestro revirado Circuito del INTA se defendería mejor. Al final registra un tiempo de 1’27’’67.
El i30 es una gozada. Frena bien, suena más que ninguno, corre y tiene un magnífico paso por curva. No llega al nivel del Mégane RS Trophy o el Focus ST pero le falta muy poquito. Su motor es menos potente y eso se paga. En curva rápida apenas se mueve y en las lentas se deja ayudar de la parte trasera, que redondea ligeramente sin poner al piloto en apuros. De ellas sale muy rápido y casi sin subvirar. Se disfruta mucho y al final rueda en 1’27’51, ligeramente más rápido que el Golf, pero eso no es lo importante, ya que el i30 consigue rodar en todas las vueltas con apenas dos o tres décimas de diferencia, mientras que el VW hace una rápida y luego se va alejando en los tiempos, esto denota calidad deportiva. Y llega el Focus, para mí el gran descubrimiento deportivo del año. Hace todo igual que el Hyundai pero un poco mejor. Frena más, te deja meter dirección antes, puedes acelerar más pronto… es mucho más rápido, concretamente 1,5 segundos. Saca todo su tiempo en las zonas más complicadas, las que demandan un buen chasis y un buen autoblocante. La trasera es más nerviosa y eso ayuda a sacar tiempos. Quizá a los menos expertos les complique un poco más, sobre todo en zonas rápidas, pero si tienes fe y deshaces el redondeo trasero a base de acelerador, te deleita con una gran capacidad de tracción. Registró 1’26’’04, calcando el tiempo entre vueltas con una o dos décimas entre ellas. Es muy bueno.