No hace tanto tiempo los monovolúmenes eran los coches familiares por excelencia. No eran los «reyes del mambo», pero casi, porque tenían ese halo de coche práctico, perfecto para viajar con niños y equipaje, con un acceso muy cómodo a su interior, con asientos individuales en la segunda fila en muchos casos... Pero, de repente, se produjo el «fenómeno SUV», pues esas cualidades se vieron reflejadas en estos modelos junto a una posición de conducción más dominante, la sensación de mayor protección en algunos usuarios, una imagen de vida más moderna y activa... y los monovolúmenes fueron perdiendo protagonismo a pasos agigantados.
BMW Serie 2 Active Tourer y Mercedes Clase B: más cerca del suelo
Tanto es así, que en algunas marcas la oferta monovolumen ha sido cubierta directamente en sus gamas por los crossover, pero todavía hay quien espera encontrar un nuevo camino para el monovolumen cambiando de alguna manera su enfoque. Un claro representante de esta tendencia es el nuevo Clase B, al que Mercedes aleja lo menos posible del Clase A intentando que el público lo vea más como un compacto «un poco más alto» y con algo más de maletero que como un monovolumen. Y esa intención persiste en el puesto de conducción con algunos detalles que luego se proyectan directamente hacia las sensaciones al volante. Por ejemplo, nuestra unidad del B 200d incorporaba un paquete AMG Line, quedando la distancia libre al suelo en unos 17 cm, frente a los 21 cm medidos en la carrocería de su contrincante el BMW 218d Active Tourer. En éste, el asiento del conductor queda a una altura de 60 cm desde el asfalto, frente a los 53 cm del Clase B, de forma que su conductor puede ir bastante más cerca del suelo si aprovecha los reglajes en su punto más bajo.
PRESTACIONES | BMW 218d Active Tourer 110 kW (150 CV) Aut | Mercedes B 200 d 110 kW (150 CV) 8G-DCT |
Acel. 0-100 km/h | 9,16 s | 7,94 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,28 s | 29,11 s |
Sonoridad al ralentí | 48,5 dBA | N.D. dBA |
Sonoridad 100 km/h | 67,8 dBA | 65,9 dBA |
Frenada desde 100 km/h | 39,1 m | 38,7 m |
Peso en báscula | 1.580 kg | 1.600 kg |
Y estos «mimos» que recibe el conductor no significa en absoluto descuidar ese lado práctico que suelen buscar los compradores de este tipo de coches. El Clase B es 7 cm más largo que el Serie 2 Active Tourer y su distancia entre ejes también es 6 cm mayor, pero el espacio habitable es casi calcado en los dos. La mayor caída del techo del Mercedes en la parte final no implica menor altura interior y a simple vista también puede dar la impresión de que el BMW ofrece más hueco para las piernas en las plazas traseras, pero es solo un efecto óptico provocado por unas banquetas que son 4 cm más cortas que las del Mercedes. Con el metro en la mano hay prácticamente un empate técnico, aunque por mullido y ergonomía detrás se va más a gusto en el Clase B, presentando los dos modelos una plaza central más pensada para un uso ocasional por su menor anchura y confort.
Por otra parte, tanto el Clase B como el Serie 2 Active Tourer ofrecen en opción una segunda fila deslizante —en el BMW se mueve 13 cm y en el Mercedes llega a 14 cm— o respaldos abatibles en el asiento del acompañante, algo que siempre es útil a la hora de transportar objetos alargados. El coste en ambos es similar (sobre 450 euros), con la ventaja en el Serie 2 de contar con unos tiradores en el maletero que hacen más cómodo el plegado de los respaldos traseros. Nuestras mediciones también otorgan al BMW un maletero algo más grande: 430 litros frente a 415 del Clase B, aunque hay rivales de marcas generalistas que les superan en capacidad.
CONSUMOS | BMW 218d Active Tourer 110 kW (150 CV) Aut | Mercedes B 200 d 110 kW (150 CV) 8G-DCT |
Consumo en ciudad | 6,8 l/100 km | 6,3 l/100 km |
Consumo en carretera | 5,0 l/100 km | 4,6 l/100 km |
Consumo medio | 5,7 l/100 km | 5,3 l/100 km |
El aspecto interior del BMW se nota más «veterano» que el del Mercedes, que muestra un diseño más moderno y detalles que resultan más refinados. Las dos pantallas grandes —opcionales— y el sistema de infoentretenimiento elevan el impacto visual del Clase B, con unos sensibles botones de manejo en el volante, pero con posibilidad de control táctil y vocal, además de ofrecer llamativas imágenes de «realidad aumentada». Ante tantas posibilidades, un periodo de adaptación resulta imprescindible. La instrumentación del Serie 2 es más convencional y su Head-Up Display es de los que proyecta la información sobre una pantalla de plástico. Eso sí, el mando iDrive ayuda a manejar fácilmente todas las funciones, con menús más sencillos que los del Clase B.
Ambos cuentan con motores diésel de 2,0 litros. En el Mercedes junto a un cambio automático de doble embrague de ocho marchas, rápido y preciso, pero menos suave que el de BMW al salir de una rampa pronunciada o reacelerar en rotondas. Incluso cuando necesitamos hacer una maniobra rápida utilizando la marcha atrás no es tan ágil, pues para que la palanca situada en la columna de dirección admita los cambios hay que pisar muy bien el pedal del freno —no basta con tocarlo—.
ESPACIO | BMW 218d Active Tourer 110 kW (150 CV) Aut | Mercedes B 200 d 110 kW (150 CV) 8G-DCT |
Anchura delantera | 141 cm | 142 cm |
Anchura trasera | 137 cm | 138 cm |
Altura delantera | 91/99 cm | 90/98 cm |
Altura trasera | 94 cm | 95 cm |
Espacio para piernas | 73 cm | 74 cm |
Maletero | 430 litros | 415 litros |
Ambas mecánicas de 150 CV responden con solvencia, con un reprís consistente en aceleraciones exigentes y un funcionamiento muy agradable si se opta por rodar con suavidad. Dentro de las buenas prestaciones de ambos, el Mercedes es algo más rápido, mejorando el 0-100 km/h del Serie 2 en más de un segundo y mejorando los adelantamientos. Su consumo ponderado también reduce en 0,4 l/100 km lo marcado por el BMW.
A pesar de que el conductor del Serie 2 va un poco más alto, el Active Tourer sigue poniendo ese agradable punto de deportividad entre los coches de su clase, haciendo la vida familiar más dinámica. Su tacto enamora, con una dirección de precisión nítida. Hay pocos monovolúmenes tan ágiles en zonas sinuosas. El B 200d cuenta de serie con un eje torsional en el tren trasero —pasa a ser multibrazo si se opta por la suspensión pilotada; el BMW también ofrece amortiguación adaptativa—, que no es tan delicado al superar baches. Aun así, el tren de rodaje con la altura rebajada de nuestra unidad —con el paquete AMG Line—, las llantas de 18 pulgadas y su dirección más directa logran unas reacciones muy neutras, que transmiten mucha seguridad a ritmos vivos.